El Cristo de La Habana (1958) —obra emblemática de la escultora cubana Jilma Madera—, que fue preservado por un equipo de ingenieros y arquitectos de la Oficina del Historiador de la Ciudad, recibió este jueves el Premio Nacional de Restauración, que otorga cada año el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural. En la ceremonia, efectuada en el Memorial José Martí, se conoció que el jurado otorgó la distinción «por el excepcional y riguroso trabajo de investigación científico, el diagnóstico certero de un monumento escultórico de dimensiones excepcionales que implicó tareas riesgosas y artísticas, y el rescate de un hito importante de la ciudad capital».