Teatro Espontáneo de La Habana es un grupo que cuenta ya con cinco años de vida. Creado por el joven actor Carlos Borbón, quien actualmente continúa siendo su director, este proyecto surgió a partir de un taller de playback introducido en Cuba por Susan Mesk —una directora norteamericana— en el cual participaron muchos de los actores que hoy integran el colectivo.

 El teatro espontáneo  es una manifestación de las artes escénicas que intenta abolir la frontera entre vida y espectáculo, así como entre público y actor. 

Teatro Espontáneo de La Habana es un grupo que cuenta ya con cinco años de vida aproximadamente y a pesar de esto aún resulta poco conocido en el panorama escénico nacional. Fue creado por el joven actor Carlos Borbón, quien actualmente continúa siendo su director. Surgió a partir de un taller de playback introducido en Cuba por Susan Mesk —una directora norteamericana—en el cual participaron muchos de los actores que hoy integran el colectivo.

 
 El fundador y director del grupo Teatro Espontáneo de La Habana, Carlos Borbón, interactúa con la audiencia.
Actualmente el grupo tiene una peña fija los últimos sábados de cada mes que ha sido llamada «Felices los normales»  siendo su espacio fijo la Casa Gaia.   La peña consigue mantener interesado al público por más de dos horas consecutivas en cada una de sus presentaciones. Cuenta en el presente con el apoyo de instituciones como la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe de la UNESCO por la labor que ha realizado a favor de la lucha contra el VIH-SIDA, en estos años. Existen muchas instituciones que por una razón u otra han solicitado la participación de la compañía en sus espacios; ésta ha llegado a presentarse durante sus años de trayectoria, en centros de trabajo, escuelas y cárceles.
El teatro espontáneo es una manifestación de las artes escénicas que  intenta abolir la frontera entre vida y espectáculo, así como entre público y actor. Se nutre directamente de la técnica del Playback Theatre(1975), una forma de improvisación teatral en la que la audiencia o los miembros del grupo cuentan sus historias y después, a partir de esto, se realiza un sketch o representación breve.
El playback constituye ante todo la posibilidad de escuchar a las personas. Muchas veces en una función de teatro tradicional los espectadores no tienen la oportunidad de decir lo que sienten, o lo que piensan. Por el contrario en «Felices los normales» todo el contenido dramatúrgico lo aporta el público, no los histriones, y por consecuencia es la audiencia quien trabaja a partir de sus sentimientos, emociones, pasiones miedos y angustias. Los actores son únicamente el vehículo para que las historias se conviertan en espectáculo vivo. Encontramos que la retroalimentación se erige aquí como principio básico y fundamental sin la cual no existiría esta experiencia teatral. De más está decir que en los encuentros de cada último sábado podría encontrar cualquier creador argumentos para articular una dramaturgia contemporánea, en tanto se exponen temas que motivan a las personas de hoy.
El teatro espontáneo cuenta con normas específicas muy diferentes a las de cualquier otra modalidad escénica. En las peñas por ejemplo, desde el punto de vista de la ubicación actor- público se trabaja frontalmente, marcando un espacio, pero no a la manera de los tablados tradicionales, sino de un modo diferente, ya que incluso el público puede atravesar la escena si necesita desplazarse de un lado a otro.
 
 Los actores se ubican de manera frontal a los espectadores, ademas no se requiere de iluminación ni de escenografía para la puesta en escena.
No se utiliza iluminación ni escenografía: únicamente acompañan a los actores un par de módulos —bancos o dados— y una percha con telas, que emplean indistintamente en dependencia de las necesidades dramáticas. A nivel de vestuario los actores visten todos iguales con ropas, se podría decir de entrenamiento, que les resultan cómodas y les permiten buena movilidad. Se comportan así cual entes neutros que sólo adquieren personalidad en el devenir de las historias.
La música, ejecutada en vivo durante la representación, acompaña los distintos momentos dramáticos de la Peña. Contribuye a hacer más intensa la comunicación con los espectadores. Los intérpretes —una cantante y su acompañante— logran captar con ingenio el ritmo apropiado a cada situación. He podido escuchar versiones de El Manicero y de otros temas populares surgidas espontáneamente aportando el apoyo preciso en las diversas circunstancias. Son utilizados varios instrumentos musicales entre ellos el tambor, y la guitarra, además de equipos de audio como micrófonos y bocinas.
Muchos de los integrantes de Teatro Espontáneo de La Habana son actores profesionales e incluso dominan varios medios: radio, televisión... En la circunstancia escénica tienen que estar preparados para encontrarles a los acontecimientos narrados por el público su punto esencial y tejer a partir de ellos un argumento capaz de resultar entretenido. Este teatro parte de la improvisación como principio. La representación no se fija de antemano debido a que entre los intérpretes no existe una comunicación previa. Todo va saliendo del juego directo que se da en el espacio y de las interacciones de unos con otros. Logran gracias al entrenamiento psicofísico pensar muy rápidamente en las diversas situaciones teatrales que enfrentan. Llama la atención el dominio que tienen del cuerpo y la voz, así como la efectividad de una presencia que les permite poder mostrar las emociones y comunicarlas de forma inmediata e impactante.
Suelen asistir muchos jóvenes al espectáculo, aunque el público es bastante heterogéneo, en cuanto a este aspecto se refiere. Desde el punto de vista sociológico la labor que realiza este grupo con su peña es muy loable. La Compañía ha logrado que la audiencia se confiese en cada función haciendo catarsis de alguna forma. La comunión con los actores funciona desde el punto de vista terapéutico, como una forma de distanciarse del problema representado, e incluso reírse de una circunstancia que puede resultar problemática en la vida de sus protagonistas reales.
Desde esta dimensión el colectivo se nutre del psicodrama o drama terapia, del cual el playback constituye una modalidad. Esta práctica de investigación pretende el examen psicológico y psicoanalítico al hacer que los protagonistas representen una escena partiendo de la improvisación teatral, con el objetivo de develar así los conflictos reprimidos, y las dificultades que enfrentan a diario.
«Felices los normales» suele tomar de la sesión psicodramática distintos recursos. Por ejemplo utiliza un escenario y un protagonista, lo que sería un paciente en el psicodrama. Es él quien elige el tema a dramatizar pero aquí no interpreta el papel principal, sino que brinda la pauta para una historia de la cual ha de devenir espectador, y he aquí una diferencia con respecto a la técnica psicoanalítica. Aparece también un director, a manera de terapeuta que dirige la sesión, así como uno o más auxiliares, que ayudan a interpretar los papeles previstos en la representación y, finalmente, el público capaz de ayudar a los actores al mostrar determinadas reacciones y observaciones de forma espontánea.
Otro elemento común con el psicodrama es la organización del espectáculo a modo de sesión que se desarrollará en tres tiempos:
1. Calentamiento. Llegan los actores. Cada uno refiere una experiencia personal. Los restantes representan la historia. Esto ayuda a ganar la confianza del público que es quien cuenta luego sus vivencias recientes.  —En la peña correspondiente a octubre de 2008 por ejemplo, una muchacha relataba que al participar en un casting fue acosada por un señor algo mayor, y se sintió asombrada porque la difícil situación le causó placer en lugar de malestar.
2. Actuación. Los actores interpretan las distintas situaciones expuestas por el público.
3. Tiempo para compartir. La narradora llama a las personas del público para que sentadas junto a ella, le cuenten sus historias más íntimas. En uno de los encuentros se presentó un joven colombiano que lleva alrededor de dos años en Cuba. Por esta razón ve muy poco a su esposa que vive en Colombia. Cada uno ha decidido ir por su lado en lo profesional y esto ha llevado a la separación por tiempo indefinido. Esta confesión y su posterior representación llevó a que una muchacha se decidiera a contar, ella también su historia, un poco contrapuesta a la de su predecesor. Al estilo de una Penélope contemporánea decía estar cansada de esperar los regresos de un marido siempre ausente. Interactuaron aquí las actrices de la historia del colombiano y propusieron un simpático final en que irrumpía un nuevo amante.
 
Los actores escuchan al público, luego de ser linvitados por la narradora a contar sus vivencias personales.
Así suelen desarrollarse las presentaciones de «Felices los normales». La música colma la escena y las distintas situaciones representadas a lo largo de la peña se mezclan cual una sola historia. El público deviene verdadero protagonista de esta fiesta escénica.
Más allá de los recursos propios del psicodrama de que se hace uso en las peñas es innegable que nos encontramos ante una experiencia teatral, aunque eso sí, muy específica, con sus propias normas y convenciones. El teatro suele partir de la relación directa del actor con el público. Toda vez que esta acontece, es recíproca, y aceptada por el espectador, el teatro entonces está vivo: es válido como experiencia.
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1 Como necesidad que parte de un intento de centrar el análisis y hacerlo más específico se tomarán como referentes inmediatos para este trabajo las peñas correspondientes a los últimos meses de 2008
2 La Casa Gaia se encuentra ubicada en la calle Teniente Rey entre Cuba y Aguiar (Habana Vieja) y es la sede del grupo Gaia Teatro de La Habana. Brinda un espacio para que distintos hacedores de la plástica y las artes escénicas compartan su trabajo con el público.
3 Pavis, Patrice: Diccionario del teatro. Dramaturgia, estética y semiología. Editorial Paidós  Ibérica S. A. España 1980 p. 485

Barbarella González Acevedo
Crítica e investigadora teatral.

Comentarios   

Eilyn Diez
0 #1 Eilyn Diez 06-11-2009 01:06
es de las mejores experiencias que he tenido......no soy critica de arte pero me parecen geniales y pienso que haber compartido con los muchachos es un tremendo placer pues tienen un talento y una compenetracion increible que llega al publico de una forma muy esoecial.GRACIAS TEATRO ESPONTANEO!!!
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