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 Estudiar la colección de medallas que desde 1973 auspicia la Oficina del Historiador y acuña la Casa de la Moneda, permite acercarnos a los acontecimientos históricos que estas piezas rememoran en un conveniente marco simbólico y estético.
La medalla para conmemorar la gesta rehabilitadora del Convento de San Francisco de Asís, fue emitida en 1993.

Tras reiterados propósitos de restauración de este importante exponente de nuestra arquitectura religiosa, no fue hasta 1992 que comenzó a materializarse tal empeño, dirigido y ejecutado por la Oficina del Historiador, con la colaboración financiera de la Agencia Española de Cooperación Internacional.
Acuñada en oro, plata proof. (relieves mates y brillo espejo) y cobre patinado, la medalla fue emitida mientras se trataba de devolver a la edificación su apariencia de antaño.
Bajo la tutela del Historiador de la Ciudad, el diseño fue interpretado y realizado por Juan Carlos Pérez Botello, coordinador de la Escuela Taller de La Habana Melchor Gaspar de Jovellano, activa participante de la restauración de la Iglesia y Convento de San Francisco de Asís.
Partiendo de las ideas iniciales y del objetivo de la obra, se impuso un serio trabajo de documentación histórica para sustentar correctamente los elementos de la pieza. Después de valorar diferentes propuestas y teniendo en cuenta los requerimientos técnicos para las acuñaciones, se llegó a su concepción definitiva. La medalla presenta en el anverso, sobre un rectángulo, el emblema de la Orden de San Francisco de Asís, compuesto por una cruz y dos brazos entrelazados: el de Jesús y el de San Francisco con el hábito.
Al pie de la imagen hay un corazón que simboliza el sacrificio de Cristo. Alrededor, el cordón y los nudos emblemáticos de los franciscanos.
Tanto en sus proporciones como en su estructura, la medalla representa una síntesis de las imágenes labradas, en dos lápidas del Convento: una, ya restaurada, en la portada del claustro norte, y la otra, en la fachada de la capilla de la Orden Tercera. Esta última fue retirada por su alto grado de deterioro y sustituida por una reproducción que realizaron los alumnos de Cantería, pertenecientes a la mencionada escuela taller. Colocada en 1743, la lápida original constata en su texto el inicio de la construcción de esta parte del edificio, aunque se exhibe actualmente en el claustro norte.
Completan la composición del anverso las fechas 1731 y 1993, los logotipos de la Comisión del V Centenario del encuentro de América y Europa, de la Agencia Española de Cooperación Internacional y del Escudo de la Ciudad de La Habana. De una forma u otra, dichas instituciones están relacionadas con la construcción y restauración del Convento.
El reverso tiene una vista del Convento desde la plaza homónima, donde se aprecia un quitrín, típico carruaje citadino del pasado siglo, que hace referencia al carácter civil y comercial del entorno.
Alrededor de la medalla se repite el tema del cordón y los nudos franciscanos, esta vez acordonados en un lazo, tal y como aparecen en una lápida del Convento de San Francisco «el Nuevo», antiguo San Agustín. Ubicada en Cuba, esquina a Amargura, esta edificación también ha sido restaurada por la Oficina del Historiador.