Muy vinculadas a las costumbres europeas, estas vajillas denotan la opulencia y los gustos de la familia aristocrática cubana.
 En la Sala Dormitorio del Museo de Arte Colonial, junto a una suntuosa cama, reluce una benditera de cerámica de Manises, estimada del siglo XVII, época cuando esa región de Valencia se hizo famosa por sus objetos de arraigo popular.
 Adquiridas año tras año en Europa y Estados Unidos por Joaquín Gumá, conde de Lagunillas, las antigüedades que conformaron su colección personal vuelven a ser mostradas al público gracias a la reapertura del Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana.
 Dedicado al Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal, se presentó este viernes 15 de octubre —con el título El museo me hizo a mí— un nuevo CD de la Colección «Palabra viva», que edita el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau.