Desde el año 1956 el nombre de Mar y Pesca se asocia a una revista cubana especializada en los temas marítimo-pesqueros. La revisión de los fondos de la Biblioteca Nacional de Cuba le ha permitido a nuestra redacción precisar detalles en beneficio de los lectores y evitar omisiones históricas que pudieran lastimar a aquellos que en un momento u otro estuvieron comprometidos con las mejores causas de una revista que ha vivido varias etapas.
Una revista que se convirtió en la crónica de la pesca en Cuba.
 
En octubre de 1956, y patrocinada por el llamado entonces Instituto Nacional de la Pesca, comienza a publicarse una revista que recogía, a la usanza de la época, los principales acontecimientos gremiales y pesqueros de la muy exigua industria de la pesca cubana. En sus páginas coincidían lo mismo algunos de los pocos estudiosos del mar con que contaba Cuba en aquel entonces, que los más conspicuos personeros del régimen de Batista.
No faltaban amplias crónicas sociales donde la promoción de figuras de la politiquería de la época ocupaba espacios destacados en la publicación.
    
Portadas de los números uno y 383 de la revista Mar y Pesca.
Aquella revista, a partir de 1959 (a cargo ya de la Dirección de Fomento Marítimo perteneciente a lo que sería más tarde la Marina de Guerra Revolucionaria, y después, en 1960, del Dpto. de Pesca del INRA), continuó publicándose hasta 1962, agrupando varios números en un solo volumen, pero con un aliento completamente diferente: se dedicaba a divulgar los primeros pasos que daba la Revolución para devolverle a los pescadores costeros y a sus familias, la condición de seres humanos, y a divulgar las acciones para convertir la pesca de plataforma cubana en una fuente de empleo y recursos para el país. También jugó su papel en la Campaña de Alfabetización cuando en sus páginas, los pescadores aprendían a leer con la cartilla impresa en la revista, mientras navegaban.  Al dejar de circular en  1962, comenzó a publicarse un tabloide llamado El Pescador, de muy corta vida.
En diciembre de 1963 se separa del INRA la actividad pesquera, creándose el Instituto Nacional de la Pesca (INP) como organismo a cargo de esta actividad económica.
Un año después, a finales de 1964, el Comandante en Jefe Fidel Castro plantea al recién designado director del Instituto nacional de la Pesca «la imperiosa necesidad» de crear una revista que cumpla objetivos de amplio alcance social dedicada al mar y a la pesca.
Aquellos objetivos básicos, definidos por el compañero Fidel al entonces director del INP, serían elevar el nivel técnico y científico de nuestros pescadores, contribuir a la preparación de los alumnos de las escuelas del sector, satisfacer el interés de los aficionados a los deportes acuáticos e informar del desarrollo de la pesca cubana.
Orientó además, que el lenguaje de sus trabajos periodísticos no debía ser extremadamente técnico y estar al alcance de todos los segmentos de la población por su claridad, variedad y sencillez. Su formato no debía ser ni de periódico y tampoco una revista grande. Debía ser lo suficientemente práctico y manuable para todos.1
Eran años en que Cuba se iba a dormir con barcos de madera amarrados al muelle y despertaba con una flota de modernos barcos arrastreros para la pesca del alto; industrias procesadoras, escuelas de pesca que acogían incluso a jóvenes campesinos que nunca habían visto el mar, ciudades pesqueras y todo lo que genera una auténtica Revolución cuando lo extraordinario se convierte en cotidiano.
El número Uno de aquella Mar y Pesca vio la luz en octubre de 1965 y hasta el día de hoy ha tratado de ser fiel a aquellas indicaciones.
  
Entre las páginas de la revista se pueden hallar, además, artículos relacionados con la historia naval de Cuba y el resto del mundo.
Los principios no han cambiado, aunque sí el escenario mundial. La revista ha sabido desplazar su acento hacia nuevos tópicos cuando otros han dejado de ser relevantes: los temas de acuicultura marina y de agua dulce, el medio ambiente marino y el cambio climático, avances en el campo de las ciencias pesqueras, entre otros, han pasado a un primer plano en los contenidos de la publicación. Con una constancia que muchos admiran, Mar y Pesca ha mantenido por 40 años una sección dedicada a las Artes inspiradas en el mar, sin ser una publicación del catálogo de publicaciones editadas por las instituciones culturales del país.
Y por sobre todas esas cosas, la revista ha sabido siempre poner en el centro de su atención, dándole el reconocimiento social que merecen, a los hombres y mujeres de la pesca, ya estén vinculados a la pesca marítima o a la acuicultura, a los trabajadores industriales, científicos y demás trabajadores del sector.
Es por eso que a la pregunta ¿qué aniversario es el que celebramos?, la respuesta es bien sencilla.
Reconocemos a todos aquellos que hicieron de Mar y Pesca en su primera etapa, desde 1956 hasta 1962, una publicación con valores aún en las peores circunstancias, y que por reglas y normas bibliográficas, es una misma desde el ya lejano año de 1956 hasta hoy.
Pero el aniversario 45 que celebraremos en octubre del 2010 es el de la revista Mar y Pesca que se convirtió en la crónica de la pesca cubana, cuando un país entero se decidió a «conquistar el mar».
 
1 Basado en el testimonio del año 2009 de Álvaro Lavastida, director del Instituto Nacional de la Pesca en 1965 y primer director de la revista Mar y Pesca en aquel año.
 
Orestes González Caballero
Subdirector de la revista Mar y Pesca.
 
 

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar