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Con la presentación de La Cuba Pintoresca de Frédéric Mialhe, la Biblioteca Nacional José Martí (BNCJM) estrenó su colección «Raros y Valiosos», un ambicioso proyecto de ediciones facsimilares que sacará a la luz los tesoros bibliográficos de esa institución.

Este libro que redimensiona la figura de Pierre Toussaint Frédéric Mialhe (1810-1881), artista de origen francés radicado en La Habana, es sin dudas una de las contribuciones más importantes al patrimonio visual cubano.

Bajo la autoría de Emilio Cueto y con prólogo de Eduardo Torres Cuevas, director de la Biblioteca Nacional José Martí, La Cuba
pintoresca de Frédéric Mialhe
fue coeditada
por esa institución, Ediciones Imagen Contemporánea, la Casa de Altos Estudios
Fernando Ortiz, la Universidad de La Habana y la Editorial Boloña de la Oficina del Historiador.

Con la presentación de La Cuba Pintoresca de Frédéric Mialhe, la Biblioteca Nacional José Martí (BNCJM) estrenó su colección «Raros y Valiosos», un ambicioso proyecto de ediciones facsimilares que sacará a la luz los tesoros bibliográficos de esa institución.
Resultado del colosal trabajo que, por más de tres décadas, ha realizado el investigador Emilio Cueto en la Isla y varias naciones del mundo, este libro redimensiona la figura de Pierre Toussaint Frédéric Mialhe (1810-1881), artista de origen francés radicado en La Habana, pues dispone de un catálogo razonado de su obra gráfi ca cubana, así como una cronología de su vida, obra, contexto e impacto.
Según refiere Cueto en el pórtico al libro, ese artista «fue un sagaz observador del entorno social de la época (...) un verdadero historiador de nuestros hábitos, tradiciones, ocupaciones, modos de vestir y transportarnos; por ello es el Mialhe costumbrista el más copiado en publicaciones extranjeras».
De enorme valía es el cotejo realizado entre los grabados primigenios de Mialhe y el empleo de los mismos —o sus detalles— en infinidad de soportes (portadas de libro, partituras musicales, tarjetas navideñas, vajillas...) que el investigador ha localizado en Cuba, España, Estados Unidos, Francia, Alemania, Holanda y otros países.
Sumamente curioso es también su explicación del litigio que enfrentó al artista francés y al impresor Louis Marquier contra la casa editorial B. May y Cía, debido a que en 1853 esta última reprodujo 26 de las 30 vistas del libro Viage pintoresco al rededor de la Isla de Cuba, que Miahle había publicado por entregas desde 1839 hasta 1842.

Paisaje de Mialhe sin título, firmado y fechado en 1862. Óleo sobre lienzo (70 x 50 cm). Adquirido en 1982 por el Dr. Guillermo Pérez Mesa (Nueva York) y perteneciente a Teresa de Anchorena (París).

Aunque se trató indudablemente de un plagio con fines mercantiles, Frédéric debió ceder en el juicio al no contar con los requerimientos legales que –exigidos por la Casa May— ampararan su autoría sobre esa obra: específicamente el recibo del depósito de los ejemplares que, según el artículo 13 de la ley de propiedad intelectual vigente en 1847, debían ser entregados a la Biblioteca Nacional y al Ministerio de Instrucción Pública.
Así, aunque apoyado por Felipe Poey y Víctor Patricio de Landaluze —entre otras personalidades amigas—, Mialhe y Marquier tuvieron que contentarse con 18 onzas españolas, cuando ya el juicio languidecía sin esperanzas de ganarlo. Por su parte, la compañía acusada quedaba libre de seguir vendiendo esas vistas.
Como resultado, afirma Cueto, «los álbumes de May fueron muy exitosos y se esparcieron por Europa y Norteamérica.
Eso hizo que las escenas de Mialhe fueran cada vez más conocidas —bien por los originales, bien por los plagios de May— y comenzaron a aparecer en las publicaciones extranjeras, con tal frecuencia y en tantos sitios, que hoy puede asegurarse que la imagen que tuvo el público ilustrado del XIX, fue la de Mialhe» Además de reproducir esos grabados —los cuales han sido «punto de referencia imprescindibles sobre nuestro quehacer decimonónico»—, esta suerte de opera omnia contiene tres óleos pintados por Mialhe en Cuba entre 1860 y 1870, hasta ahora prácticamente desconocidos.
Constituye este libro, sin dudas, una de las contribuciones más importantes al patrimonio visual cubano.

Lysbeth Daumont
Colaboradora de Opus Habana