Como parte del II Salón de Arte Contemporáneo (1998) tuvo lugar la muestra «De la jaba al shopping bag» en la Biblioteca Pública Rubén Martínez Villena. Con esta exposición «se transitó de lo simple a lo complejo, al exhibir las más disímiles maneras de interpretar el fenómeno bolsa»... desde la óptica de los diseñadores.
Varios diseñadores lograron una fiesta de lujo con la muestra centrada en la jaba como objeto. En ella belleza, utilidad y utopía se tomaron las manos para sacralizar, burlar, asumir o negar esa costumbre tan humana de envolver.

 Nadie podrá decir a ciencia cierta desde cuándo data la tradición de empaquetar, almacenar los objetos: bienes materiales, recuerdos, compras, en bolsas de plástico, nylon, cajas de madera...
La exposición transitó de lo simple a lo complejo, al exhibir las más disímiles maneras de interpretar el fenómeno bolsa, desde sus definiciones más estrictas: especie de saco empleado para guardar una cosa// mochila de los mendigos// huacal; hasta variaciones del tema en las que militaban paquetes con forma de carretilla, cartel, vestido, lámpara. Hubo diseños frágiles, rudos, grotescos, inocentes, sensuales...
A un grupo de diseñadores cubanos les motivó la idea y se enrolaron en el proyecto «De la jaba al shopping bag», presentado en la Galería de la Biblioteca Pública Rubén Martínez Villena, como parte de las actividades del II Salón de Arte Contemporáneo, en noviembre de 1998.
 En el aspecto técnico, el soporte abrió su diapasón entre dos extremos opuestos: metal y papel; las dimensiones variaron desde propuestas gigantescas hasta otras pequeñas, más cercanas a la lógica común. Las formas: flexibles, rígidas, insospechadas.
El carácter funcional, en este caso, no se limitó a la capacidad de contener –endémica de las jabas, los bolsos– sino que explotó las posibilidades comunicativas del diseño: el anuncio, la propaganda. El concepto de la exposición abarcó el puente que existe de la jaba al shopping bag, de la esencia a la periferia, de lo asimilado a lo autóctono, de lo convencional al gesto violento de la osadía.
Fiesta de lujo del diseño cubano. Belleza, utilidad y utopía se tomaron las manos en la muestra para sacralizar, burlar, asumir o negar esa costumbre tan humana de envolver. Sabia noción: guardar, almacenar, empaquetar... en fin, poner a salvo los objetos, los elementos tangibles de la vida.

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