Publicado en el periódico Patria, el 10 de octubre de 1898, cuando se cumplía el 30 aniversario del Grito de La Demajagua, este artículo —con el título de «La bandera de Yara»— fue escrito para la ocasión por Fernando Figueredo Socarrás, quien fuera secretario privado de Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo cuando este era Presidente de la República en Armas, primer gobierno independiente cubano.

Unas fueron desplegadas en batallas memorables; otras ondearon en actos cívicos trascendentales o presidieron asociaciones patrióticas en el exterior. Al amparo del símbolo de la nación cubana, como celeste velo, fueron creadas las colecciones del Museo de la Ciudad de La Habana.

Pocas capitales del mundo cuentan con un espacio dentro del centro para su crecimiento y desarrollo, con un escenario tan lleno de oportunidades por sus altos valores patrimoniales, culturales y ambientales.

Entre 1990 y 1994 dos pescadores del poblado de Punta Alegre, colindante con Los Buchillones, realizaron hallazgos que cambiaron de forma radical la visión sobre el lugar.