El aniversario del natalicio de José Martí sirvió también para la entrega de los premios Casa de las Américas 2010 . De 436 obras enviadas, fueron premiadas Crónicas de muertes dudosas, del argentino Bruno Di Benedetto (poesía), Al otro lado del mar, de la salvadoreña Jorgelina Cerritos (Teatro), Approaching Sabbaths, de la triniteña Jennifer Rahim (Literatura caribeña en inglés o creol) y Aprendiz de Homero, de Nélida Piñon (Literatura brasileña). El Premio Extraordinario Bicentenario de la Emancipación Hispanoamericana, recayó en el cubano Sergio Guerra Vilaboy, por Jugar con fuego. Guerra social y utopía en la independencia de América Latina.

 En correspondencia con las enseñanzas martianas sobre la necesidad de apreciar el arte y con las celebraciones por el natalicio del Maestro, este 28 de enero se inauguró la galería de arte José Nicolás de la Escalera que exhibirá de manera permanente la colección atesorada por la Oficina del Historiador de la Ciudad. Situada en el recientemente restaurado edificio que acoge al Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana (San Ignacio, entre Obispo y O’Reilly) la galería cuenta con dos salas que aúnan, de manera dialéctica, obras de arte cubano y universal con un criterio cronológico y pedagógico.

 La Casa de África celebra hoy 29 de enero una velada especial en homenaje a la cantante sudafricana Miriam Makeba (1932-2008). La artista, conocida como «Mamá África» por promover la cultura y la independencia de ese continente, visitó Cuba en varias oportunidades  y recibió numerosos reconocimientos por su lucha contra la pobreza y la discriminación, como el nombramiento de Embajadora de Buena Voluntad de la FAO en 1998. También, se clausura la exposición «Jardín de ensueños», de Rosendo Rivero Ash, una de cuyas obras alcanzó el Premio de la Casa de África en el pasado Concurso de la Galería Wifredo Lam del municipio de Marianao.
 La exposición «Ventana entre dos», de los jóvenes orfebres Roxana Vargas y Yasniel Valdés se inaugura hoy 29 de enero en la galería transitoria del Museo de la Orfebrería. Orientada hacia la perspectiva de una joyería atrevida y funcional que se aleje de las matrices tradicionales, la muestra reúne piezas trabajadas con variedad de materiales, como piedras preciosas, semipreciosas, acero, cobre, que dialogan entre sí para lograr formas suaves, sensuales, destinadas a lucir. Las obras en metal se vinculan también a estrategias escultóricas a base de piedra que se ajustan al discurso geométrico e intimista de los autores.