Diversas generaciones de creadores han sido convocadas por la muerte, y… ¿cómo escapar a sus subterfugios? Diecinueve artistas se reúnen para hablarnos de variaciones, más que de un tema; para colocarnos ante conflictos existenciales, ontológicos, culturales y escatológicos del hombre, mediante el prisma de la realidad cubana.
Duvier del Diago Flash Back, (2004). Cráneos de animales y humano, dimensiones variables. |
Agustín Bejarano, Anunciación, (2008). Técnica mixta sobre resina, (90 cm de diámetro) |
La dimensión antropológica se aferra a los mitos religiosos fundacionales como alternativas de supervivencia; el desgarramiento familiar generado por los movimientos migratorios revela el dolor implícito de una travesía azarosa; las nuevas franjas de marginalidad social desatan la violencia interna y los conflictos de identidad, etcétera. La muerte emerge como sensor de la mutilación social de la Cuba contemporánea, cuya aparición en los años 90 ha definido una corriente temática legitimadora en la producción artística actual.
Juan Carlos Romero, detalle de «Lista de espera», (2009) Fotografía digital, (80 x 100 cm). |
José Angel Toirac Sábana santa, (2001) Vino tinto sobre tela, (196 x 275 cm). |
Kirenia Rodríguez
Lic. Historia del Arte
Lic. Historia del Arte