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Un encuentro didáctico sobre construcción y restauración de instrumentos de la familia del violín tuvo lugar entre estudiantes de las escuelas de música de La Habana y operarios del Taller de Luthería de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, el miércoles 25 de enero, como parte de las actividades que organiza la Sociedad Civil Patrimonio, Comunidad y Medio Ambiente en torno al proyecto Gestión y difusión del patrimonio musical de Cuba y Latinoamérica: luthiería, investigación y docencia, subvencionado por la Comisión Europea, y coordinado por la ONG belga Luthiers sans Frontières.
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Situado en la Plaza Vieja y adscrito al Gabinete de Restauración y Conservación de la Oficina del Historiador de la Ciudad, en el Taller de Luthería laboran un jefe de taller, cuatro operarios y cinco aprendices, una de cuyas principales funciones es la reparación gratuita de los instrumentos que utilizan los estudiantes de las escuelas de música del país.

La Sociedad Civil Patrimonio Comunidad y Medio Ambiente junto con el Taller de Luthería de la Oficina del Historiador de la Ciudad propiciaron un encuentro didáctico sobre construcción y restauración de instrumentos de la familia del violín destinado a los estudiantes de violín, viola, violoncello y contrabajo de las escuelas de música de La Habana. Al encuentro asistió una nutrida representación de las escuelas Guillermo Tomás, de nivel elemental y medio (municipio Guanabacoa); Amadeo Roldán, de nivel medio (municipio Centro Habana); Manuel Saumell, de nivel elemental (municipio Plaza de la Revolución) y Paulita Concepción, de nivel elemental (municipio Cerro).
Este encuentro con los estudiantes de música fue organizado con el objetivo de incentivar en ellos la vocación por la luthería e iniciarles en las técnicas de la construcción artesanal de los instrumentos que ellos estudian. Otro aspecto del encuentro trató las principales afectaciones que pueden evitarse teniendo en cuenta medidas adecuadas para la preservación de los instrumentos. Los estudiantes tuvieron la oportunidad de constatar cómo se desarrolla todo el proceso de construcción, desde el corte de la madera en bruto hasta los secretos del barnizado. También pudieron observar las roturas más comunes de instrumentos que se encuentran actualmente en el Taller, en proceso de restauración, e incluso, revisar sus propios instrumentos con el propósito de que ellos mismos puedan detectar en el futuro las fallas más comunes. Con tal propósito les fue repartido a cada uno un plegable con Consejos técnicos para preservar en buen estado los violines, violas, violonchelos y contrabajos.
Al finalizar el encuentro pudieron escuchar la Chacona de Johann Sebastian Bach, interpretada con el primer violín construido en el Taller en 2010, cuyo sonido se va perfeccionando con el uso y el paso del tiempo.

A la izquierda, los estudiantes de música junto al aprendiz Juan Carlos Prado, que trabaja en el proceso de construcción de una nueva viola. A la derecha, Suaima Ramos, operaria que recientemente ha hecho un curso de especialización en arquetería en el taller de Pierre Guillaume, luthier internacionalmente reconocido en Bruselas, Bélgica, muestra a los estudiantes cómo deben actuar para conservar sus arcos.

 

- Al terminar cada práctica, limpiar con un pañuelo o tela de algodón la pezrubia (colofonia) que haya caído sobre el instrumento, las cuerdas y el diapasón.
- Nunca dejar el instrumento a la intemperie o al sol, ya que el barniz puede sufrir consecuencias irreparables.
- Cada vez que se cambie una cuerda, marcar con el lápiz (carbón) el canal de esta sobre el puente y sobre la cejilla. Así podrán deslizarse mejor, se podrá ajustar bien el puente y ayudará a que las cuerdas no se deshilen.
- La parte trasera del puente es plana y está en ángulo recto con la tapa. Es muy importante verificar después de cada afinación el ángulo recto, para evitar que la madera del puente se doble.
- Guardar siempre el instrumento al terminar cada práctica; no dejarlo sin su estuche
- Destensar las cerdas del arco después de cada práctica.
- No tensar demasiado las cerdas; la vara de madera del arco siempre debe conservar su curva.
- Evitar tocar con los dedos las cerdas del arco: la grasa natural de las manos combinada con la pezrubia las afecta y enmohece.


Redacción Opus Habana