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El pasado domingo 25 de noviembre, la segunda edición del festival Habana Clásica llegó a su termino. El patio del otrora Liceo Artístico y Literario de La Habana fue el lugar seleccionado para una última jornada de conciertos.

En el claustro del patio central, del antiguo Palacio del Marqués de Arcos, se reunieron los amantes contemporáneos de las artes y las letras para escuchar a Regina Ramos, quien hizo sonar nuevamente el violoncello recién construido por el Taller de Luthieria de la Oficina del Historiador de la Ciudad.

Habana Clásica ha clausurado el domingo 25 de noviembre sus jornadas de conciertos en el patio del otrora Liceo Artístico y Literario de La Habana. Un sitio consagrado al arte en todas sus manifestaciones que posee el halo mítico de aquellos otros que protagonizaran la Condesa de Merlín, Pablo Desvernine o Gertrudis Gómez de Avellaneda.
Este nuevo Centro Cultural del Centro Histórico fue la sede, por dos semanas, de clases magistrales impartidas por el barítono Bruno Taddia (Italia) y la soprano Ann Liebeck (Reino Unido), la violinista norteamericana Tai Murray, la violista rusa Anastasia Shugaeva, los cellistas Nikolay Shugaev (Rusia) y Sonja Krauss (Alemania), la directora orquestal francesa Maya Barsacq y un encuentro de compositores liderados por Michael Fine (EEUU).
En el claustro del patio central, del que también fuera Palacio del Marqués de Arcos, se reunieron los amantes contemporáneos de las artes y las letras para escuchar a Regina Ramos, quien hizo sonar nuevamente el violoncello recién construido por el Taller de Luthieria de la Oficina del Historiador de la Ciudad, mientras que el Cuarteto Habana incluía en su presentación el violín marca «Habana Clásica», realizado especialmente para este festival por el luthier ruso-ucraniano Alexander Schetina. Un dúo poco común de viola (Anastasia Shugaeva) y contrabajo (Michel Taddei) interpretó música contemporánea suiza y, como colofón, la Orquesta de Cámara de La Habana —con Daiana García al frente— y el cellista ruso Nikolay Shugaev tocaron el acorde final de El gran tango de Astor Piazzolla.
A propósito de Habana Clásica, otro mecenas del arte en Cuba, Salomón Gadles Mikowsky, director artístico de cinco magníficos Encuentros de Jóvenes Pianistas en La Habana (2013-2017) sentenció: «Ha sido una suerte que Marcos Madrigal haya estado dispuesto a aportar su profesionalismo artístico, la diversidad de sus posibilidades interpretativas (solista y música de cámara), acompañado todo de sus muchos contactos profesionales, su alta preparación musical y sus cualidades personales, incluyendo la modestia. Ello significa un gran paso hacia adelante, como La Habana se merece en su 500 aniversario, con vistas a un futuro in crescendo. No se reduce al piano, sino que lo abarca todo.  Felicitaciones a Eusebio Leal, quien debe estar de regocijo, y a todos los que han hecho esto posible».

Dra. Miriam Escudero

 

Instantáneas de Habana Clásica. De arriba hacia abajo: la flautista cubana Niurka González junto al pianista italiano Alessandro Stella en la sala San Felipe Neri. Regina Ramos en la Sala Cervantes, haciendo sonar por vez primera el violoncello «Habana Clásica» que construyó el Taller de luthieria de la Oficina del Historiador. El Cuarteto Habana junto a Anastasia Shugaeva (viola), Nikolay Shugaev (cello), Sonja Kraus (cello) y Michel Taddei (contrabajo) inauguran Ha´Bici, el sistema de bicicletas públicas del Centro Histórico. Por último, la violinista norteamericana Tai Murray imparte clases magistrales a los estudiantes de las escuelas de arte de La Habana en el Centro Cultural Antiguo Liceo Artístico y Literario de La Habana. Fotos: Gabriel G. Bianchini.