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 Con el concierto Esteban Salas in aeternum, dedicado al bicentenario de la muerte del genial compositor cubano, quedará inaugurado este 1 de febrero, a las 7 pm, el Primer Festival Internacional de Música Antigua Esteban Salas en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís.

Bajo la batuta de Teresa Paz, directora, junto a Aland López, del Conjunto de Música Antigua Ars Longa, se reunirán músicos de Cuba y Francia para cantar, entre otras, las obras policorales de Salas que forman el más reciente CD de esta agrupación.

 Además de seis villancicos —entre ellos, los inéditos Guerra viene declarando y Unos pastores—, serán interpretados dos Salve Regina, un Magnificat, una Letanía y una Tota pulchra por el Conjunto Ars Longa, el Coro Polifónico de La Habana (dirigido por Carmen Collado) y el Ensemble Vocal de Bourgogne, al frente del cual se encuentra Etienne Meyer.
Además de los villancicos mencionados, las últimas cinco obras —de carácter litúrgico— eran totalmente desconocidas hasta que fueron rescatadas por la musicóloga Miriam Escudero, quien al caracterizarlas en la conferencia-concierto que ofreciera el pasado 29 de enero como preámbulo del Primer Festival, expresó:
"Si bien los villancicos —en su interrelación música-texto— tientan al investigador musical en la búsqueda de una expresión vernácula, no sucede así con las obras litúrgicas, porque es obvio que éstas debían conservar la sobriedad habitual del culto, manifiesta en una consecuente estabilidad estética, no exenta —por supuesto— de matices y excepciones".
Por último, la Salve Regina en sol menor, es una obra mucho más cercana al lenguaje de los villancicos y al estilo moderno caracterizado por la influencia italianizante, evidente en el uso concertante de voces e instrumentos.
No existe una sola imagen de la fisonomía de Esteban Salas, el músico cubano más importante del siglo XVIII y uno de los más altos exponentes del barroco latinoamericano.
Nacido el 25 de diciembre de 1725, Salas realizó estudios de Filosofía, Sagrada Teología y Derecho Canónico en la Real y Pontificia Universidad de La Habana, pero no se ha precisado aún quienes fueron sus maestros en el arte de los sonidos. Su vinculación a la Parroquial Mayor de La Habana desde 1734 como tiple de coro es la única pista sobre su formación musical, la cual —por la vía que fuese— adquirió totalmente en Cuba, de donde nunca emigró.
Tal fue su talento, que le valió en 1764 el nombramiento de maestro de capilla. A partir de su llegada a Santiago, y hasta su muerte allí en 1803 —cuyo bicentenario se celebra este año—, Salas desplegó una intensa actividad musical que abarcó la creación de más de cien partituras entre obras litúrgicas y villancicos.