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 Piezas de colecciones de tres museos del Centro Histórico integran la exposición «Presencia holandesa en Cuba», que celebra los Días de Holanda en La Habana, un evento cultural organizado por la embajada de ese país en Cuba y la Oficina del Historiador de la Ciudad.

Pipas holandesas para fumar tabaco triturado, botellas de ginebra y azulejos de Delft, atesorados por el Gabinete y Museo de Arqueología, junto a grabados de autores holandeses que recrean La Habana del siglo XVIII conforman la muestra.

El Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, durante la inauguración de la exposición junto al vicealcalde de Rótterdam, Lucas M. M. Bolsius (a la izquierda), y el embajador de Holanda en Cuba, Wicher Wildeboer (a la derecha).
La exposición «Presencia holandesa en Cuba», quedó abierta este miércoles en la sala transitoria del Museo de la Ciudad, para celebrar los Días de Holanda en La Habana, evento cultural organizado por la embajada de ese país en Cuba y la Oficina del Historiador de la Ciudad. «Nos sentimos muy dichosos de poder corresponder hoy a la amistad que profesamos al pueblo de los Países Bajos, a sus tradiciones, a su cultura, a su notabilísima contribución, a demostrar cómo es posible la supervivencia y el florecimiento de una sociedad en condiciones difíciles», expresó el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, al dejar inaugurada la muestra en presencia, entre otros, del embajador de Holanda en Cuba, Wicher Wildeboer y el vice alcalde de Rótterdam, Lucas M. M. Bolsius, quien también usó de la palabra.
Leal agradeció al embajador Wildeboer, por hacer posible la jornada cultural Días de Holanda en La Habana, y, sobre todo, por la gentileza de su país al nombrar un tulipán, símbolo de paz y concordia de los Países Bajos, con el nombre del Apóstol José Martí.


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 100 gulden - 2/2/1953.

Las piezas de la exposición que celebra los Días de Holanda en La Habana, un evento cultural organizado por la embajada del Reino de los Países Bajos en Cuba y la Oficina del Historiador de la Ciudad, provienen de las colecciones de varias instituciones del Centro Histórico: pipas holandesas para fumar tabaco, platos, tazas, botellas para ginebra y azulejos estilo Delft, conservados por el Gabinete y Museo de Arqueología; grabados originales holandeses que recrean una Habana presente en el imaginario europeo del siglo XVII, y reproducciones de obras de los siglos XVI, XVII y XIX conservadas en importantes fondos archivísticos de ese país; monedas, billetes y medallas de la colección del Museo Numismático, y potiches de cerámica DElft (siglo XIX) atesorados por el Museo de la Ciudad u exhibidos en sus exposiciones permanentes.


(Palabras al catálogo de la exposición «Presencia holandesa en Cuba», que se exhibe en la Sala Transitoria del Museo de la Ciudad).


Redacción Opus Habana