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 El lunes 16 de noviembre la ciudad de San Cristóbal de La Habana cumple 490 años de fundada. El domingo en la noche es la peregrinación popular alrededor de la Ceiba, en El Templete, donde se reverenciará a «la ciudad a lo largo del tiempo, su atractiva  personalidad, su urbanismo, su arquitectura; más aún, los hechos notables acaecidos en casi medio milenio de vida y hasta nuestros días».
La ceremonia tradicional dará inicio a las 6:00 p.m. del domingo 15 de noviembre desde el Palacio de los Capitanes Generales hasta el Templete.

Celebramos el 490 aniversario de haberse establecido el nuevo asiento de la villa de San Cristóbal de La Habana en la costa norte y junto al puerto del mismo nombre. San Cristóbal: así le llamaron los fundadores al primer asiento en la costa sur, que debió ocurrir, ateniéndonos a lo que hoy sabemos, cinco años antes, en 1514.
 
En realidad, lo que nos interesa más que el hecho que evocamos junto al árbol de ceiba y a los monumentos que en la Plaza de Armas se erigieron sucesivamente junto a ella: en 1754 la columna Cagigal con las inscripciones lapidarias y en 1828 el templete grecorromano, en cuyo interior se conservan los tres grandes lienzos encargados al pintor francés Jean Baptista Vermay.
Rememoramos y celebramos, repito, la ciudad a o largo del tiempo, su atractiva  personalidad, su urbanismo, su arquitectura; más aún, los hechos notables acaecidos en casi medio milenio de vida y hasta nuestros días. Cultura, aportaciones excepcionales a la forja de la identidad de nuestro país, escenario de actos heroicos, cuna de tantas celebridades; escojamos una sola, abarcadora y absoluta: José Martí.
Una vez más peregrinamos al árbol a cuya sombra, como símbolo poderoso de la perennidad, acudieron generaciones. Visitaremos en la catedral metropolitana, la recia escultura de San Cristóbal cuyo nombre, unido al de La Habana, forma un díptico de leyenda y poesía que ha de sobrevivir  y es hito, punto de partida que proyecta la ciudad futura.

Eusebio Leal Spengler
 
(Palabras publicadas en el Programa Cultural correspondiente a noviembre de 2009)



Entremos al Museo de la Ciudad

 
Una noche a finales de octubre de 1968, el Historiador de La Habana, el doctor Eusebio Leal Spengler, inauguró la primera sala del hoy espléndido Museo de la Ciudad, ubicado en el antiguo Palacio de los Capitanes Generales, donde moraron gobernadores españoles hasta 1898 y a partir de 1902, algunos presidentes del período republicano.
Recuerdo cómo discutí con el fotógrafo Beruvides —ambos trabajábamos en el periódico Granma—, porque cuando llegamos al Museo, cuatro horas antes de la inauguración oficial,  él comenzó a disparar los flashs sobre los obreros sacando escombros del patio central de hermoso edificio colonial y yo necesitaba las diapositivas únicamente de los objetos que se exhibirían.  Especialmente,  se interesó en fotografiar a un joven veinteañero que carretilla en mano se nos acercaba para darnos la bienvenida.  Era Eusebio Leal.
 
Quizás se pregunten ¿por qué la anécdota? Sencillamente, porque desde la remodelación del edificio hasta el más valioso objeto de patrimonio expuesto en las diferentes salas, encontramos las huellas de  fidelidad y amor del Historiador de La Habana por el Museo de la Ciudad. Es una obra que enaltece a las culturas cubana e hispánica y  también, a la universal.
Ubicado en el corazón de La Habana Vieja, Patrimonio de la Humanidad,  frente a la Plaza de Armas,  así como al pequeño monumento El Templete y la ceiba que evocan el sitio donde se fundó definitivamente San Cristóbal de La Habana hace 490 años, el edificio de estilo barroco hispánico del Museo de la Ciudad es reconocido como una de las obras arquitectónicas más bella de la colonia española. Su construcción duró 15 años, entre 1776 y 1791.  En la fachada existe todavía el reloj que fuera colocado hacia 1860, uno de los más antiguos de la capital cubana.
Lo primero que el visitante observa desde la entrada principal es el patio con vegetación autóctona, distinguida por la palma real que es el árbol de símbolo nacional y justo en el medio, vemos la segunda estatua erigida en Cuba (1862) a Cristóbal Colón, de mármol de Carrara, Italia. Muy cerca, está adosado a una pared el monumento más antiguo de la colonia, data de 1557.  La pequeña obra funeraria  recuerda el disparo accidental que privó  la vida de la joven María Cepero, quien se encontraba en el interior de la Iglesia Parroquial Mayor que allí existió.  Asimismo, del primitivo templo se conserva un trozo de  bóveda subterránea y un ataúd con restos de los primeros vecinos de la villa de San Cristóbal.  
 
 
En la planta alta se halla el Salón de los Espejos donde los gobernadores españoles solían iniciar las ceremonias de besamanos, asistidas por la aristocracia española y la criolla, así como militares de alto rango, las máximas autoridades eclesiásticas y visitantes ilustres.
En otras salas aparecen muebles muy antiguos, algunos de estilos Luis XIV y Luis XV, isabelinos e imperio; lámparas de Baccarat y opalina, así como numerosos adornos, entre los cuales se destacan los de porcelanas de Sevres y de loza Satzuma, además de cerámicas mayólicas de Talavera de la Reina y otras piezas de arte procedentes fundamentalmente de España, Francia, Italia, México y Japón.
 Por otro lado, despierta la curiosidad el Salón del Trono, que durante el período colonial fue visitado por un solo miembro de familia real,  la infanta Eulalia de Borbón, en 1893. En este espacio, el 1ro. de enero de 1899 a las doce del día, el general español Adolfo Jiménez Castellanos leyó al general  estadounidense John R. Brooke, el documento donde consta: «Cesa la soberanía de España en Cuba y empieza la de Estados Unidos».
 
 

Los salones dedicados a las reliquias patrias exhiben valiosas piezas del patrimonio de Cuba, como la  bandera izada en la isla en 1850 que más tarde devino en la enseña nacional, así como la enarbolada por el Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, al iniciar la guerra de independencia, el 10 de octubre de 1868. También se muestran armas, monturas de caballos y otros objetos que pertenecieron a patriotas cubanos, entre ellos al Apóstol de la Independencia, José Martí Pérez.
La Oficina del Historiador invita al recorrido especial La Habana, ciudad marinera para celebrar el aniversario fundacional, el 13 de noviembre, a las 10:00 AM, con salida de la Plaza de Armas. El paseo incluirá al Museo de Arqueología, donde podrá apreciar las pinturas murales que recrean las entradas de bajeles vistas por ciudadanos y, sobre todo, la de un navío de línea en la bahía. Para seguir por esta ruta marinera, el itinerario propone las visitas a la casa marcada con el número 4 de la calle Tacón, importante solar habanero relacionado con la construcción naval durante el siglo XVII; así como a los restos arqueológicos de la muralla de mar y al Museo Castillo de La Real Fuerza.    
La ceremonia tradicional dará inicio el día 15 de noviembre, víspera de la fecha fundacional, a las 6:00 PM. La peregrinación comenzará en el Palacio de los Capitanes Generales y terminará en el Templete.

Ángela Oramas Camero

                                                                                                      (Texto tomado de Cubadebate)