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 La Catedral Ortodoxa de San Nicolás de Mira fue consagrada el domingo 25 de enero de 2004 por Su Toda Santidad Bartolomeo, Patriarca Ecuménico, en presencia del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.


Situada en uno de los extremos del Jardín Madre Teresa de Calcuta, en la parte trasera del Convento de San Francisco de Asís, la Catedral Ortodoxa de San Nicolás de Mira fue consagrada el domingo 25 de enero de 2004 por Su Toda Santidad Bartolomeo, Patriarca Ecuménico.
En la ceremonia estuvo presente el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien previamente visitó el convento de San Salvador de Santa Brígida —inaugurado con su presencia el 8 de marzo de 2003— y depositó un ramo de flores junto a la estatua de Madre Teresa de Calcuta que antecede el paso hacia el jardín homónimo
 En ceremonia que se remonta a los orígenes del cristianismo, el Patriarca Ecuménico Bartolomeo ofició el servicio de consagración y, desde ese mismo instante, el templo ortodoxo habanero se convirtió en sitio de culto con tal de que exista un solo cristiano en la Tierra. ampliar
Su Toda Santidad Bartolomeo avanza con la patena que contiene las santas reliquias.

 Verdadera joyita bizantina en los predios del Centro Histórico, la pequeña Catedral Ortodoxa de San Nicolás de Mira combina los elementos cubanos autóctonos —como la piedra conchífera— y preciosos exponentes artísticos traídos de Grecia y otros sitios del mundo. ampliar
Detalle del iconostasio, la principal y más distintiva características en todas las iglesias griegas.

 La construcción del pequeño templo bizantino sobre los terrenos contiguos al Convento de San Francisco de Asís planteó interesantes retos a los arquitectos y obreros cubanos, como fue la erección de sus bóvedas de cañón mediante un antiquísimo método constructivo. ampliar
Vista del templo en plena faena constructiva, cuando ya estaban erigidas su cúpula y bóvedas.
H I S T O R I A
La iglesia ortodoxa. Un acercamiento a los orígenes y evolución del cristianismo oriental

Por encima de la baranda del iconostasio, la imagen de Cristo en la cruz representa al Rey de Reyes que es sacrificado en el altar donde se celebra la eucaristía. Una vez consagrada la Catedral, solo sacerdotes (o sus esposas) y monjas pueden acceder a este lugar sagrado.
La iglesia ortodoxa es una de las tres grandes comunidades o iglesias vinculadas al cristianismo (las otras dos son la iglesia católica y las iglesias protestantes surgidas tras la Reforma). Desde una perspectiva histórica, al haber surgido en el seno del imperio bizantino y haberse propagado por la zona oriental de Europa, la ortodoxia es —por tanto— la iglesia cristiana del Oriente, mientras que el catolicismo y el protestantismo lo son del Occidente. Algunos hitos en la evolución histórica del cristianismo nos permiten orientarnos en torno a la aparición de la iglesia ortodoxa como institución religiosa hasta nuestros días:
—La primera iglesia fue creada por judíos cristianos en Jerusalén, convirtiéndose en el núcleo cristiano por lo menos hasta su destrucción a manos de los ejércitos de Roma en
70 d. C.
—A pesar de las persecuciones de que eran objetos los
cristianos en Roma, a comienzos del siglo IV su número había crecido tanto que el emperador Constantino I, El Grande, decidió asumir ese credo, fundando un Imperio cristiano.
—Durante los siglos IV y V se inician los concilios oficiales de la Iglesia con vistas a dirimir las cuestiones doctrinales producidas por las diferentes interpretaciones del Nuevo Testamento. El meollo del asunto giraba en torno a la condición divina de Cristo en relación con la del Padre, o sea, de Dios. Es precisamente este profundo conflicto teológico el que condujo a la separación de la iglesia ortodoxa, al negarse algunos de sus teólogos a reconocer el credo según el cual el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo. Para los ortodoxos proviene sólo del Padre.
—En el año 330, Constantino decide trasladar la capital del Imperio desde Roma a la «Nueva Roma», la ciudad de Bizancio, en el punto más oriental del Mar Mediterráneo. La nueva capital, llamada Constantinopla (hoy, Estambul, Turquía) en honor del emperador, se transformó en el centro intelectual y religioso del mundo cristiano del Oriente hasta 1453, cuando —después de siglos de ser sitiada por los seguidores del islam— cayó en manos de los turcos.
—Mientras que el mundo cristiano de Occidente se fue centralizando de forma progresiva, teniendo al Papa de Roma en la cima de la pirámide, los principales centros del cristianismo oriental durante el primer milenio se desarrollaron de forma autónoma: los patriarcados de Constantinopla, Jerusalén, Antioquia y Alejandría. Desde el siglo IV surgieron tensiones entre el cristianismo occidental y oriental, las cuales se agudizaron después de la caída del Imperio romano de Occidente en 476, cuando el Papa comenzó a proclamar explícitamente la primacía de Roma por haber sido el lugar donde fue martirizado y enterrado san Pedro, a quien Jesús se había referido como la «piedra» sobre la que debía construirse la Iglesia (Mt. 16, 18). Por su parte, el patriarcado de Constantinopla basaba su supremacía en que su lugar de asentamiento lo era del emperador y del Senado, herederos del Imperio romano en su totalidad. De ahí las dos interpretaciones de la palabra primacía: «apostólica» en Occidente y «pragmática» en Oriente.
—Diferencias tales como la ya referida a la interpolación en el credo de la palabra latina filioque, que significa «y del Hijo»; la liturgia continuada en griego (mientras el culto occidental se hacía en latín), así como el hecho de que la iglesia oriental ordenara sacerdotes a hombres casados y usaran pan sin levadura en la eucaristía, conllevaron a un alejamiento cada vez mayor entre el cristianismo oriental y occidental hasta desembocar en el Gran Cisma de 1054, cuando Constantinopla y Roma se excomulgaron mutuamente.
—En 1204, ejércitos procedentes de Occidente que iban de camino para arrebatar la Tierra Santa del dominio otomano, atacaron y arrasaron la ciudad cristiana de Constantinopla. Esa ruptura entre el cristianismo oriental y occidental se ha mantenido hasta hoy, aunque ha habido repetidos esfuerzos por lograr la reconciliación. Una de la más recientes muestras de esta tendencia fue la entrevista que mantuvieron el papa Juan Pablo II y el patriarca Demetrio I. Por otra parte, la corriente principal del pensamiento ortodoxo mantiene una actitud positiva con respecto al movimiento ecuménico contemporáneo. Así, desde 1948, las iglesias ortodoxas se integraron en el Consejo Mundial de Iglesias.

El Patriarcado Ecuménico de Constantinopla
Por las anteriores razones de carácter histórico, corresponde al patriarca de Constantinopla (hoy, Estambul) el honor de tener una cierta primacía honorífica entre los restantes, incluidos los tres antiguos patriarcados melquitas: el de Alejandría (en Egipto), el de Damasco (en Siria, y que aún ostenta el título de patriarcado de Antioquia) y el de Jerusalén.
Ya desde el siglo VI, al patriarca de Constantinopla le fue dado el título de Patriarca Ecuménico, expresión que indica su primer puesto o primero entre iguales, aunque ello no implica jurisdicción administrativa sobre el territorio (o patriarcado), ni presunción de infalibilidad como la del Papa. Eso sí, las demás iglesias ortodoxas reconocen su figura en la preparación de consultas y concilios panortodoxos.
De modo que, por Patriarca Ecuménico de la Iglesia Ortodoxa Griega, se reconoce al Patriarca de Constantinopla, mientras que el adjetivo de «griega» se explica —en primer lugar— porque se refiere a su origen en el seno del Imperio bizantino, además de que su autoridad espiritual se expande sobre las pequeñas comunidades griegas de Turquía; sobre la diócesis que existen en las islas griegas y en el norte del país, así como sobre las numerosas comunidades griegas de Estados Unidos, Australia y Europa Occidental, y, por último, sobre la iglesia autónoma de Finlandia.
Después de los cuatro patriarcados arriba mencionados, le sigue en jerarquía el patriarcado de Moscú, que se encuentra al frente de la iglesia ortodoxa rusa, sin duda alguna la que cuenta con el mayor número de fieles.
Entre otras comunidades ortodoxas, se pueden mencionar las llamadas iglesia autocéfalas de Grecia, y de Chipre, el patriarcado de Serbia, etc.



 Momento en que el Presidente cubano recibía la Orden de San Andrés, máxima distinción que otorga el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla.
Como Patriarca Ecuménico, Bartolomeo es considerado precisamente como el 270 sucesor del apóstol Andrés.
Fue ordenado Diácono de la Catedral de Imvros el 13 de agosto de 1961, recibiendo en esa ocasión el nombre de Bartolomeo.
Ascendió al trono ecuménico el 2 de noviembre de 1991.
Desde su condición patriarcal se ha pronunciado contra la guerra y la violencia, y es firme defensor del medio ambiente.
Durante la homilía previa a la consagración de la Catedral ortodoxa habanera, Su Toda Santidad afirmó que «el bloqueo de pueblos y países es un error histórico (...)».
Frente a la Catedral de San Nicolás, el Patriarca Ecuménico y el Presidente cubano se estrecharon las manos en señal de saludo y, luego de que la procesión de dignatarios religiosos dio tres vueltas alrededor de la nueva iglesia, se dio lectura a los textos y se intercambiaron presentes.
El Comandante en Jefe entregó a Su Toda Santidad las llaves de la Catedral y el documento que acredita la personalidad jurídica de esa institución. Inmediatamente, el Patriarca le entregó a Fidel la Orden de San Andrés «como bendición y símbolo de justicia y firmeza». Se trata de la máxima distinción que otorga el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla y que lleva el nombre del Apóstol que fundó la iglesia en Bizancio hace 2000 años.
En su homilía, el Patriarca Ecuménico agradeció la construcción de la Catedral y aseguró que su Iglesia no había venido con prepotencia y soberbia, sino «a predicar con franqueza que el bloqueo de pueblos y países con la sociedad general de los pueblos de la Tierra, es un error histórico y que los problemas entre los pueblos y países se resuelven a través del diálogo y la comunicación».
En lo adelante, los religiosos continuaron los movimientos del servicio de consagración: desde la ubicación de las reliquias santas hasta el lavatorio, unción y vestimiento de la mesa del altar. El rito culminó con la unción del templo todo, tras lo cual quedó consagrado como sitio de culto.


En los inicios de la ceremonia, el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler afirmó que la pequeña Catedral era «un presente de la nación cubana a la sacra ortodoxia», además de destacar algunas de las particularidades de la obra como el relieve románico del siglo XV sobre el tímpano.
A Leal le fue obsequiado por el Patriarca Ecuménico un icono de San Eusebio, que es el más antiguo de los santos padres griegos, nacido en el siglo III de la era cristiana. Siendo obispo de Cesarea, se le tuvo como el hombre más sabio de su tiempo y fue el primero en escribir Historias eclesiásticas, con un estilo considerado como de gran erudición.

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 Consagrada a San Nicólas, la Catedral ortodoxa que acaba de erigirse en la Habana Vieja se suma a los más de dos mil templos cristianos dedicados a ese santo tan popular en la antigüedad.
Su nombre significa «Protector y defensor de los pueblos» y era invocado en los casos de peligros, naufragios, incendios… y cuando la situación económica se ponía difícil, lográndose por su intercesión favores admirables. Se representaba siempre con niños ya que —según los antiguos— curó con sus rezos instantáneamente a unos infantes que habían sido heridos de gravedad por un criminal.
En Oriente lo llaman Nicolás de Mira, por ser esta ciudad turca donde fue elegido obispo y realizó sus numerosos milagros, pero en Occidente se le llama Nicolás de Bari porque cuando los mahometanos invadieron a Turquía, un grupo de católicos sacó de allí en secreto las reliquias del santo y se las llevó a la ciudad de Bari, en Italia.
Es patrono de los marineros, de Rusia, Grecia y Turquía, además de haber pasado al mundo profano para animar las Navidades como el famoso Santa Claus (una reducción de su nombre en alemán: San Nikolaus).
El arte y arquitectura religiosos del cristianismo ortodoxo son de origen bizantino, o sea, se desarrollaron durante el Imperio romano de Oriente, cuya capital era Constantinopla (la antigua ciudad griega de Bizancio) y duró casi 1000 años: desde la caída del Imperio romano de Occidente, en el año 476, hasta la toma de Constantinopla por los otomanos en 1453.
La Catedral ortodoxa de San Nicolás de Mira, en la Habana Vieja, se erige como un inusitado exponente de esas manifestaciones arquitectónicas y artísticas, desde su curiosa tipología hasta sus preciosos iconos y mosaicos. Realizada su fachada en piedra conchífera con tejares rojos en los techos, su imagen exterior es de aspecto austero debido a la poca ausencia de decoración, limitada a algunos iconos bizantinos en ambos lados de la parte delantera, mientras que su frontón está rematado con un tímpano románico proveniente de una derruida iglesia española del siglo XV y que era propiedad de la Oficina del Historiador de la Ciudad de la Habana. En ese relieve aparece Jesús, rodeado de ángeles y apóstoles.
Como en todas las iglesias bizantinas, el mayor interés artístico se concentra en el espacio interior, decorado en este caso con reproducciones de antiguos candelabros, simulaciones de pinturas murales, mosaicos e iconos verdaderos que representan a apóstoles, profetas, santos y obispos de la iglesia primitiva. Por ejemplo, los Evangelistas están representados en las pechinas de la cúpula central.
Destaca el iconostasio, una suerte de tabique que —decorado con iconos— separa a los fieles del sagrario y el altar, este último hecho en mármol por el escultor cubano Quintanilla.      volver

 Labrado en madera preciosa, el iconostasio tiene tres puertas: la gran puerta real en el centro (así llamada porque conduce directamente al altar); la puerta del diácono, a la derecha, y la puerta del proskomide (preparativos para la liturgia) a la izquierda, siempre mirando desde el punto de vista de un fiel sentado en la nave del templo.
A ambos lados de la puerta central se
representan —como es habitual— las figuras de Cristo, a la derecha, y de la virgen María, a la izquierda. Al lado de esta última, aparece San Nicolás de Mira, el santo patrono de esta iglesia, y junto a la puerta del diácono están los arcángeles Miguel y Gabriel.
El iconostasio es la principal y más distintiva característica de la iglesia griega, tanto ortodoxa
como católica, concentrando la ornamentación frente al altar, en lugar de hacerlo detrás de éste como hacen las iglesias latinas

Para construir las bóvedas semiesféricas , se aprovechó la experiencia adquirida en Extremadura, España, por los profesores y alumnos de la Escuela-taller Gaspar Melchor de Jovellanos (Oficina del Historiador), quienes aplicaron un método tradicional que no usa cimbras en la colocación de las hiladas concéntricas de ladrillos, confeccionados estos últimos especialmente para la edificación.
Utilizando una guía de alambrón, las piezas eran colocadas y pegadas con un yeso de fraguado rápido para garantizar su total estabilidad.
A partir de un croquis y fotos de iglesias bizantinas, los profesionales cubanos de la Oficina del Historiador de la Ciudad elaboraron el proyecto de la Catedral ortodoxa habanera, según explicaron a Opus Habana el arquitecto Jaime Rodríguez Cunill y el ingeniero de estructura Pedro Rodríguez Sánchez, quienes estuvieron al frente de la obra.
El templo es de estilo bizantino clásico con planta en cruz, cubiertas abovedadas y una cúpula en el centro. Se erige sobre los terrenos que ocupan la parte trasera del Convento de San Francisco de Asís, muy pegados al litoral y —por ende— de difíciles condiciones de cimentación. Y es que junto a la roca caliza de los arrecifes (diente de perro), de gran resistencia, coexisten zonas pantanosas con más de siete metros de profundidad. Fue ésa la causa —comprobada hoy por los especialistas— de que la cúpula y demás estructuras del templo franciscano se derruyeran en el siglo XIX.
Para neutralizar esas diferencias del subsuelo y lograr cimentar la iglesia, se tuvo que acudir —entonces— a la solución de fundir en el lugar 52 pilotes de 15 a 17 metros (no podían hincarse a golpes debido a la cercanía de la antigua construcción), con lo cual ya se aseguró la estabilidad de la nueva fábrica.
Otro problema que hubo de tenerse en cuenta fue la cercanía del manto freático, pues la humedad sube por capilaridad a los muros si no se toman las medidas adecuadas, lo cual había que evitar ya que el interior del templo ortodoxo está profusamente decorado. Para ello se aplicó una impermeabilización total entre la cimentación del edificio y el comienzo de sus paredes, con lo cual —afirman Rodríguez Cunill y Rodríguez Sánchez— todo hace indicar que se ha solucionado el problema.
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