A 20 años de su fundación, la Casa Museo Oswaldo Guayasamín mantiene vivo el espíritu del pintor ecuatoriano a través de la colección de lienzos, grabados, láminas, joyas y otros objetos decorativos creados por el artista, y la difusión del arte latinoamericano contemporáneo.

La Fundación Oswaldo Guayasamín donó a la Casa Museo homónima una colección de fotografías tomadas en el acto inaugural de la institución, que arribó este 8 de enero a su 20 aniversario.

 

Imagen superior derecha: Texto realizado por Oswaldo Guayasamín para la tarjeta de invitación a la apertura de la Casa que lleva su nombre en La Habana Vieja. Imagen superior izquierda: Fachada de la Casa Museo, el día de su inauguración. Abajo: Momentos de la ceremonia que estuvo presidida por Fidel Castro Ruz, el artista ecuatoriano (en primer plano en la imagen del centro), y Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad (en el extremo derecho de la foto inferior izquierda).

Cada vez, a nivel mundial adquiere mayor fuerza el movimiento reivindicador de los pueblos originarios de América Latina, marginados durante siglos por el sesgo colonialista que consideraba a los nacidos en esta región como seres inferiores e incivilizados. Son precisamente los intelectuales y artistas latinoamericanos quienes han empleado las tradiciones históricas de sus pueblos como la mejor arma para defender su cultura e idiosincrasia.
Casos paradigmáticos lo constituyen, en literatura, la novelística latinoamericana que, con el concepto de Civilización y Barbarie, acompañó desde la década del 50 del siglo XX al liberalismo latinoamericano en la lucha por los derechos de los indios, y en pintura, la Escuela Indigenista.
Uno de los principales exponentes de esta corriente fue Oswaldo Guayasamín, pintor ecuatoriano que supo captar la esencia del espíritu latinoamericano, fusionando la fuerza de la temática indigenista con los logros de las vanguardias pictóricas del siglo XX, sobre todo del cubismo y el expresionismo. La denuncia a las injusticias cometidas contra los pueblos originarios, la discriminación del negro, y el rechazo a los más pobres y oprimidos se convirtió en el rasgo fundamental de su obra. Su particular estilo temático lo hizo merecedor del título de Pintor de Iberoamérica, reconocimiento conferido en 1999, tras su fallecimiento.
Pero desde mucho antes, Guayasamín gozaba de la admiración y el respeto del pueblo cubano, que honró en vida su talento y humanismo al consagrarle una Casa en el Centro histórico habanero para difundir y contribuir al desarrollo del arte latinoamericano, en consonancia con su concepto de que el arte es patrimonio de los pueblos.
Es por ello que esa Casa Museo atesora una importante colección de lienzos, grabados, láminas, joyas y otros objetos decorativos creados por el artista, además de otras piezas representativas del arte popular latinoamericano, que datan, en algunos casos, del siglo XIX.
Entre las obras más sobresalientes del artista en La Habana destacan la emblemática obra Niña Azul, de la serie «Mientras vivo siempre te recuerdo», más conocida como La Edad de la Ternura, pues la dedica a todas las madres del mundo, y en especial a la suya; el retrato de varias personalidades, incluido el del Comandante en Jefe Fidel Castro, y una colección de 50 grabados donada por la Fundación Guayasamín como parte de las celebraciones por el 80 cumpleaños del dirigente cubano.  
A las tres salas de exposición permanente se suma una transitoria, que periódicamente acoge muestras del arte contemporáneo realizado en América Latina, la proyección de videos sobre la vida y obra del pintor ecuatoriano, y la celebración de importantes fechas relacionadas con la historia de Ecuador. Otras tres galerías exhiben muestras transitorias de las diferentes manifestaciones del arte de Cuba y el mundo.
Fundada en 1993 por el propio artista, acompañado de Fidel Castro —su entrañable amigo— y Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad, la Casa Oswaldo Guayasamín arribó a su vigésimo aniversario, este 8 de enero.
Para la ocasión, fueron proyectadas 42 imágenes de archivo que testimonian el acto inaugural, y que a partir de ahora integran los fondos de la Casa Museo, gracias al empeño de la Fundación Guayasamín.
En la celebración del 20 aniversario estuvieron presentes Edgar Ponce Iturriaga, embajador de Ecuador en Cuba, y Aliana Martínez, directora de la institución, entre otras personalidades culturales y amigos del pintor.
En su intervención, Ponce Iturriaga destacó la «inconfundible presencia de la obra y el espíritu de Guayasamín en esta Casa», y exhortó a que la esencia humanista y justiciera de su obra «permanezca viva en el pueblo cubano».
Que mejor empeño, en este sentido, que la Casa se convierta cada sábado -desde hace 20 años-  en un taller de pintura infantil, donde los niños desarrollan su vocación por las artes plásticas y aprenden sobre la cultura de América Latina, en especial, sobre el Pintor de Iberoamérica.

Celia María González
Opus Habana

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