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 «Consciente de los límites de sus posibilidades expresivas de paisajista, paisajista de la tierra y del mar, marinista… Machado ha optado por representar algo sí como el homúnculo de José Martí»», expresó Argel Calcines al dejar inaugurada la exposición «…Un hombre sincero» del pintor Esteban Machado, este lunes 19 de mayo en el Memorial José Martí, Plaza de la Revolución, en ocasión del 113 aniversario de la caída en combate de nuestro Héroe Nacional.

 Hasta el 12 de junio se exhibirá esta muestra conformada por 13 dibujos y diez telas en diversos formatos, incluidas las piezas que integran la serie «…Un hombre sincero», en clara alusión a los Versos Sencillos escritos por José Martí.

 
 Momentos en que Argel Calcines, Editor general de Opus Habana (derecha) deja inaugurada la exposición del pintor Esteban Machado (centro). A la izquierda, René Ávila, coordinador de la muestra.
Imprescindible en la vida intelectual y espiritual de los  cubanos, José Martí es fuente constante de inspiración para los creadores, su figura se reitera en las más disímiles técnicas; su ideario y muy en especial los Versos Sencillos, han sido fuente constante de inspiración para los más variados creadores. Múltiples son los soportes a los que han sido transportadas las expresiones del siempre vigente pensamiento martiano.
En esta ocasión, llegan sus versos a una visualidad sosegada, plácida, pero profunda e inquietante. Así, la pintura y el dibujo se convierten en portadores de espiritualidad refinada. La colección concebida por Esteban Machado (La Habana, 1965), rinde homenaje al Maestro al establecer un vínculo con uno de sus versos.  Una y otra vez la plena sencillez, las más genuinas voces de límpida armonía en las formas se convierten en imágenes. Un hombre sincero… es un acto de fe, llevar a la pintura las ideas; es ofrecer una imagen a la esencia de esas ideas.
Ya en series anteriores, Machado ha demostrado un acertado dominio en la representación del paisaje, un escenario idílico, alcanzando un ambiente paradisíaco, en que la naturaleza virgen se presenta con acentuado colorido. El agua, elemento presente en la casi totalidad de sus obras, márgenes de ríos anchurosos o un mar encrespado o sereno, acompañado de una abundante, rica y voluptuosa vegetación propia del trópico. Estos elementos se unen a la marcada reiteración de una fruta  devenida un emblemático ícono identificador. Vinculado a la obra como  bote, barco o simplemente apetitosa golosina, apareciendo en un primerísimo plano, o en la lejanía marcando el horizonte, el coco es el símbolo que sobrevive a la tormenta, que da cuenta por otra parte de una vinculación sincrética ancestral, acompaña en la felicidad, y  es huella de esta humanidad mestiza un paisaje solitario.
Se aprecia un acentuado cambio en esta última serie,  el paisaje se mantiene rezumando cubanía, pero a su vez ese coco, imagen tantas veces presente en la obra, se universaliza para convertirse en un coco-terráqueo, porque en la sencillez del hombre, en sus concentrados valores humanistas, ha sido capaz de asirse a ese coco-mundo, que lo acompaña y guía. Otro elemento que distingue claramente esta serie de las anteriores es la presencia del dibujo, un dibujo sencillo, hermoso, bien trazado.
 
 De la serie «...un hombre sincero», XX (2008). Técnica mixta sobre lienzo (36 x 96 cm).
Ese hombre sincero se apropia del mundo para en él situar sus palmas, sus anhelos y apetencias. Las aves que le rodean, cercanía de tierra, elevación de los sentimientos, la lectura como enriquecimiento filosófico, la meditación, la fuerza, el tesón, los valores éticos por los que ha de luchar y enfrentar el reto continuo de vivir en correspondencia con sus principios, con sus sueños.
Hermoso homenaje a ese hombre brillante que en la distancia del tiempo mantiene la cercanía de las ideas, la proximidad de su sencillez y el amor por la humanidad. 

Virginia Alberdi
Especialista del Consejo Nacional de las Artes Plásticas


Esteban Machado
CON EL ORBE A CUESTAS

 
 De la serie «...un hombre sincero», XXII (2008). Técnica mixta sobre lienzo (70 x 50 cm).

No se cansa el pintor de sorprendernos. Luego de haber arribado a la feliz e inclusiva metáfora del coco como contenedor de geografías y anhelos, arca que navega algunas veces a capricho de la marea y el viento, y otras, guiada por la invencible voluntad del hombre, ahora se aparece con un giro de 360 grados en el sentido. El elemento vegetal, tan nuestro en el imaginario colectivo, ahora es, simple y llanamente, el mundo. Esa esfera que, tal un balón, recibe menos caricias que patadas.
Es una mirada desde afuera. Una abstracción, si se quiere. Acostumbrados a vivir en el monte, no reparamos en los árboles. Sencillamente, y para decirlo con palabras del poeta argentino Leopoldo Marechal, hemos olvidado que la tierra esconde su vejez entre flores. De ahí que ese hombrecito –el Hombre– presente siempre en esta última etapa de su obra, ha de acarrearlo, defenderlo contra las veleidades del tiempo, llevarlo a cuestas como un atlante, orearlo a la brisa corrosiva del Caribe, fijarlo en unas coordenadas donde podamos hallarlo a la alborada siguiente...
Se trata de marinas, ¿quién lo duda?, aunque algunas han sido reducidas a la grácil sugerencia. Estupendamente dotado en lo técnico, con una sensibilidad más dada al diálogo que al discurso, el artista participa con pasión en un debate que no admite postergaciones ni sobrentendidos: el de la responsabilidad de la especie con su ámbito. Ha dejado de pintar para sí –lo cual no es nada censurable– para asumir la obra en sí, es decir, que ya no tiene que demostrar quién es, de dónde viene ni siquiera hacia dónde enrumba sus pasos. Solamente ser, con la elaborada despreocupación que da el oficio y la inocultable pasión de quien se expresa y –como si esto fuera poco– nos expresa.
«...un hombre sincero», en clara alusión al verso martiano, sí. Pero también una autodefinición ajustadísima. Bien lo sabemos quienes admiramos su callado trabajo y nos regocijamos con su leal manera de estar en/sobre/por y para el mundo, con todas las implicaciones que el término tiene en lo material y en el ámbito de las emociones más recónditas.  

Alex Fleites
Poeta, guionista, crítico y periodista


(Las palabras de Alberdi y Fleites aparecen en el catálogo de la muestra personal de Esteban Machado, inaugurada el 19 de mayo de 2008 en el Memorial José Martí, Plaza de la Revolución).
 

Redacción Opus Habana