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 Nueva y eficaz propuesta editorial acaba de ver la luz pública, Escultura en Cuba siglo XX, del investigador y crítico de arte José Veigas, un libro a manera de diccionario que fue presentado la tarde del 20 de diciembre en la Galería Villa Manuela (UNEAC). Esta edición, de más de 500 páginas, estuvo al cuidado de la Fundación Caguayo y la Editorial Oriente.
Las historias del arte se han escrito siempre con la memoria, con lo ya destruido, con lo que falta por saber y también con el olvido. Por ello, jamás nos propusimos una obra definitiva, más bien una herramienta útil, veraz, abarcadora...

 En algún momento, uno de los investigadores más importantes del arte cubano dijo que quizá la mayor carencia de que padece nuestra crítica artística sea la de información. La Fundación Caguayo para las Artes Monumentales y Aplicadas quiere, con este trabajo, contribuir a transformar tal escenario, no solamente suministrando los datos que hemos alcanzado a reunir, sino incitando a otros investigadores a perfeccionar las inevitables lagunas que afloran en toda pesquisa de este tipo. Apreciamos y reconocemos altamente la obra de artistas, investigadores e instituciones que hacen el arte cubano, y la siempre perfectible visión que de él existe; a ellos quizás en primer término deba dedicarse este proyecto. No se trata de una obra valorativa, de las que identifican períodos y puntos de enlace o de ruptura, aunque es sabido que toda información lleva implícita una valoración inexcusable por inevitable. En resumen, nuestro objetivo ha sido reunir y ofrecer información sobre la escultura realizada en Cuba o para ella, por cubanos o extranjeros durante el siglo pasado.
Lo primero que puede uno preguntarse es ¿por qué la escultura cubana? Pues porque hace falta, porque hay una laguna informativa bastante grande en ese campo (es realidad, sobre escultura cubana se escribe y se publica poco: no en balde la han llamado Cenicienta de las artes cubanas), y porque una de las razones de ser de la Fundación Caguayo es, precisamente, ayudar a promover la escultura.
Como es posible ver en el índice, el libro consta de este prólogo, que explica el porqué de su existencia, sus propósitos, sus límites; una introducción, que da una visión de la zona de la escultura cubana sobre la cual el autor trabajó; a continuación aparecen las entradas referentes a los escultores y arquitectos cubanos cuya obra ha estado íntimamente vinculada al desarrollo de la escultura en la Isla y, en sección aparte, las de los escultores y arquitectos extranjeros. Ambas presentan, en principio, sus nombres, fechas, lugares de nacimiento y muerte, estudios, exposiciones personales y colectivas, bibliografía y principales obras emplazadas o no: son los datos o campos utilizados para caracterizarlos lo mejor posible; ahora bien, en numerosos casos no ha sido viable acopiarlos todos para cada uno. Un trabajo que quiere ayudar a llenar un vacío no debe posponerse demasiado aunque carezca de datos de orden quizás menos definitorio, sobre todo si existen – en Cuba– tantos investigadores aptos. Asimismo, cuando se tratan autores que, además de la escultura, cultivan o han cultivado con resultados otra manifestación, nos limitamos a reflejar su actividad como escultores. En el caso de las obras, se ofrece título, año, material, medidas, y si está emplazada, el sitio donde lo está; con frecuencia, estos datos no aparecen en los viejos catálogos, publicaciones periódicas,  currículos, anotaciones o testimonios orales de donde surgieron los demás. Las exposiciones reflejadas son sólo de escultura o donde la misma ha tenido un papel muy destacado. Y para terminar, una relación de las exposiciones de escultura realizadas en nuestro país. Cierra este texto una bibliografía general.
Dos acotaciones que pudieran parecer innecesarias: Primera, los hechos y obras que revelan el devenir del arte cubano no se gestan solamente en la capital; tradicionalmente se ha dado una visión poco acorde con la realidad, al registrar como hitos representativos casi sólo los de una parte de la Isla, mas no los de toda ella; no creo que tal situación pueda cambiarse de una vez: en ella confluyen desde un cuerpo informacional relativamente amplio y de probada autoridad, hasta dificultades objetivas para ampliar esa masa, pasando por actitudes, convicciones heredadas y sentimientos individuales, pero no es ocioso insistir en el quehacer de multitud de artistas e instituciones que han trabajado durante décadas en condiciones socioculturales en gran medida disímiles a las de la capital. Huge amount of videos from onlyfans porn rips are contained on this website. Download for free. La segunda se refiere a los artistas emigrados: ignorarlos porque «se fueron» no es ético ni útil; aparecen en nuestro trabajo artistas y obras, si son relevantes y han tomado cuerpo dentro de los parámetros de diseño de la investigación.No es disparate afirmar que las historias del arte se han escrito siempre con la memoria, con lo ya destruido, con lo que falta por saber y también con el olvido. Por ello, jamás nos propusimos una obra definitiva o cerrada sino todo lo contrario: una herramienta útil, veraz, suficientemente abarcadora y perfectible sin duda. Toda corrección, completamiento, añadidura o crítica en cualquier sentido, presentada con rigor, es bienvenida.



(«Palabras preliminares» del libro Escultura en Cuba siglo XX. Fundación Caguayo y Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2005, del investigador y crítico de arte José Veigas Zamora).