Algunas de las claves de la producción personal del artista Jorge Luis Cudina, pueden apreciarse en la exposición «Pequeñas crónicas cotidianas», inaugurada este jueves en el museo de Arte Colonial.

Tauromaquia. Óleo sobre lienzo (60 x 80 cm).

Hoy por hoy, Jorge Luis Cudina es uno de los pintores holguineros más prometedores. Formado en la Academia de Arte local, Cudina es un artista en la plenitud de sus facultades creadoras, facultades que vinieron con él al mundo pero que el artista se ha empeñado en elevar al rango de virtuosismo a través de una constante autosuperación. Es, en el mejor sentido del término, un perfeccionista. Sus obras atraen por su complejidad formal, por su sólida estructura, pero también por la frescura de los temas que aborda, temas sacados de su propia infancia campesina, del entorno familiar poblado por personajes singulares, que en sus obras alcanzan matices fabulosos. La sinceridad de estas obras, en las que el humor y el erotismo matizan esa especie de Feria de las vanidades que es la vida en un pueblo pequeño de provincia y donde lo particular alcanza, gracias al talento del artista, la dimensión de las verdades universales, establece una inmediata y casi mágica relación con el espectador.

La crucifixión. Óleo sobre lienzo (110 x 60 cm).

Cudina no niega ni esconde las influencias recibidas, las de los grandes maestros de sus tiempos de estudiante, que cualquier persona informada puede rastrear fácilmente en sus obras. La impronta de Cosme Proenza, de Lam, de Pedro Pablo Oliva o Picasso, aparece en una u otra pieza, a modo de homenaje que el artista ofrece a quienes le han servido de paradigma en el difícil arte de la creación.En sus «Pequeñas crónicas cotidianas» Cudina nos ofrece algunas de las claves de su producción personal, especialmente esa manera sensible y comprensiva con que aborda las más disímiles debilidades humanas. Sus criaturas, entre las cuales se incluye el propio artista, nos cautivan por su candor y terrenalidad. Nada humano le es ajeno, pero, de alguna forma, al ser transfiguradas por el arte de su creador, pierden parte de su condición perecedera para alcanzar una indudable trascendencia.
Obra rica en matices, lúcida, la de Jorge Luis Cudina, cuya madurez y variedad nos hacen esperar nuevas y mejores sorpresas de este pintor en pleno desarrollo, un artista que desde sus primeras obras no ha dejado de sorprendernos y cautivarnos con su sinceridad, su respeto por el oficio y su indudable talento.

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