Hasta el domingo 31 de julio estará a disposición del público la exposición «Muda: Las nuevas pieles del Amazonas», en la galería Carmen Montilla de la Oficina del Historiador. Brus Rubio, Silvana Pestaña y Christian Bendayán son los artífices de esta exhibición que, desde el arte y perspectivas individuales, nos acercan al tema identitario del «fenómeno amazonista que se percibe en el arte peruano contemporáneo, el cual no solo se conforma del arte producido por los pueblos indígenas, sino también el que se hace en la capital y en el país entero», como señala Bendayán en sus palabras al catálogo de la muestra.

 

«Esta diversidad de discursos artísticos ha tomado por asalto los medios y circuitos en todo el Perú para revelarnos el gran potencial cultural de la Amazonía que no habíamos percibido».

En la Amazonía todo está en perpetuo cambio y mudanza: así como los ríos, en su serpentear cambian de cauces, los hombres y mujeres se desplazan y buscan nuevos territorios. Ya sea por los caprichos de la naturaleza o por la ambición humana, los habitantes de la Amazonía tienen que estar cambiando de lugar y adaptándose a nuevas condiciones de vida constantemente. Esto es sobre todo patente en el caso de las poblaciones indígenas, muchas prefieren la vida «más estable» en las grandes ciudades y «abandonan» no sólo su hogar sino su lengua y su cultura para adaptarse a una nueva forma de vida urbana. Pareciera que «mudaran» de piel, pero debajo de esta fluye una memoria que habla de abusos y de explotación, de antiguas heridas y nuevas esperanzas.
La Amazonía es una de las regiones más diversas del mundo, tanto natural como culturalmente; es una fuente no solo de animales y plantas sino de múltiples lenguas, tradiciones y saberes. Pero «el progreso» siempre ha querido simplificar esa diversidad. Es por eso que las poblaciones indígenas han adoptado distintas pieles o más caras culturales para sobrevivir. Desde el descubrimiento del río Amazonas hasta nuestros tiempos, la relación del resto del Perú y el mundo con la región Amazónica había sido en su mayoría de extracción y lucro. Es recién en la última década que los peruanos hemos empezado a tomar mayor conciencia sobre la importancia de la Amazonía en un país que antes se reconocía únicamente como andino o criollo, a pesar de que esta ocupa dos tercios de su territorio.
Esta revaloración responde en gran parte al desarrollo de un arte amazonista que ha contribuido decididamente a la comprensión de las cosmovisiones amazónicas y a un conocimiento más profundo sobre la región de mayor amplitud y biodiversidad, pero al mismo tiempo, la más olvidada del Perú. Esta exposición presenta la obra de tres artistas que dan muestra del fenómeno amazonista que se percibe en el arte peruano contemporáneo, el cual no solo se conforma del arte producido por los pueblos indígenas, sino también el que se hace en la capital y en el país entero, dotando al arte peruano de una nueva piel amazónica que ha renovado nuestra identidad.
Así como sabemos poco de la historia del arte amazónico, es poco también lo que sabemos de la historia real de esta región. Brus Rubio, nacido en la comunidad de Pucaurquillo, proviene de las familias huitoto-murui y bora. Su obra exige recordar y reconocer la historia de los pueblos amazónicos, reclamando una memoria que llegue hasta sus orígenes. Se vale de la llanchama, piel del árbol de ojé, como soporte para realizar pinturas que abordan temas sociales vinculados a las dificultades que se suscitan en su comunidad y a los problemas políticos que aquejan a la Amazonia en general. Sus personajes exhiben sus pieles decoradas con pinturas corporales que nos remi ten a tradiciones, mitos y prácticas artísticas que, al igual que la relación armónica entre humanos y naturaleza, se han ido perdiendo.
Desde un lenguaje que combina lo audiovisual, la instalación, la pintura y la fotografía, Silvana Pestana, artista nacida en Lima, narra las mutaciones que han sufrido las culturas amazónicas en su afán de supervivencia, en algunos casos por imposición, extirpación de idolatrías y demás procesos de dominación desde los tiempos de la conquista de El Dorado hasta el actual extractivismo maderero, minero y petrolero. Silvana Pestaña recupera escamas de paiche, el más grande pez escamoso del mundo, el monarca del Amazonas, para tejer nuevas pieles que orgullosamente portan los tatuajes de sus orígenes. Así logra un sincretismo de culturas aparentemente irreconciliables, pero abundantes en el mundo amazónico, donde el verdadero tesoro, es el de su diversidad cultural.
La modernidad trajo consigo el desarrollo de ciudades como Iquitos, conocida como la capital amazónica, que tuvo su mayor auge económico a principios del siglo XX con la explotación y comercio del caucho. Esto generó una sociedad mestiza que en su mayoría fue negando su origen indígena. En las pinturas recientes de Christian Bendayán, artista iquiteño, las imágenes que sirvieron para estigmatizar a los pueblos amazónicos se revierten para encarnar con desenfadado orgullo su diferencia afirmando y empoderando vitalmente su sexualidad e identidad cultural. De ese modo, postales que presentaban a hombres, mujeres y niños casi como fenómenos de feria, se convierten ahora en nuevas imágenes que con desparpajo desafían al espectador a cuestionar sus estereotipos.
Esta diversidad de discursos artísticos ha tomado por asalto los medios y circuitos en todo el Perú para revelarnos el gran potencial cultural de la Amazonía que no habíamos percibido. Es ahora el momento de generar cada vez más acciones para salvaguardarla y propagar su vital importancia si es que queremos pensar un futuro para el mundo. Una muda de actitud, producida desde el arte, para dotar de poderosa identidad a estas nuevas pieles y cauces que emergen del Amazonas.

Christian Bendayán,
Artista visual y curador.

Imagen superior:Extirpación de idolatrías-manto católico, de Silvana Pestana (300 x 200cm; escamas de paiche, pintura metálica, lágrimas de cristal, pan de oro, mantón de Manila, llachama). Imagen izquierda: Despintado, de Christian Bendayán (120 x 150cm; óleo sobre tela). Imagen derecha: El caucho y la resistencia, de Brus Rubio (202 x 235 cm; acrílico sobre llanchama).

 

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