Hace seis décadas, el pueblo de Estados Unidos cuenta con una escultura ecuestre del Héroe Nacional José Martí, un regalo de Cuba en los años de la República como símbolo de amistad entre ambas naciones. La réplica de aquella que permanece en el inicio de la Avenida de las Américas del Parque Central de Nueva York, arribó a La Habana el 3 de octubre.
«Cuando la réplica del monumento creado por Anna Hyatt – tras su larga travesía desde la fundición estadounidense en Filadelfia donde se moldeará y bruñirá el bronce –, se emplace en la rotonda central del gran jardín que se extiende desde la terraza norte del antiguo Palacio Presidencial hasta la confluencia de las calles Cárcel y Avenida de las Misiones, un camino histórico de ida y regreso quedará sellado»
Hace seis décadas, el pueblo de Estados Unidos cuenta con una escultura ecuestre del Héroe Nacional José Martí, un regalo de Cuba en los años de la República como símbolo de amistad entre ambas naciones. La réplica de aquella que permanece en el inicio de la Avenida de las Américas del Parque Central de Nueva York, acaba de arribar a La Habana.
El Doctor Eusebio Leal Spengler y la Oficina del Historiador de la Ciudad, durante años, persistieron en la idea de colocar en el Centro Histórico de la capital cubana una expresión de la estatua de Martí, esculpida por la artista norteamericana Anna Hyatt Huntington. Este martes 3 de octubre la primera fase de ese sueño se ha cumplido, desde que desembarcara en el puerto habanero la figura de 3 toneladas y 5.67 metros de altura.
«Cuando la réplica del monumento creado por Anna Hyatt – tras su larga travesía desde la fundición estadounidense en Filadelfia donde se moldeará y bruñirá el bronce –, se emplace en la rotonda central del gran jardín que se extiende desde la terraza norte del antiguo Palacio Presidencial hasta la confluencia de las calles Cárcel y Avenida de las Misiones, muy cerca de la estatua ecuestre del generalísimo Máximo Gómez, un camino histórico de ida y regreso quedará sellado», describió Eusebio Leal en una nota publicada el 22 de junio de 2016.
En aquella ocasión, el Doctor Eusebio Leal declaró que es la única escultura que conoce «en que el Héroe está en el acto de morir, transfigurado con la idea que él mismo expresó un día: "Mi verso crecerá un día, (…) y yo también creceré"».
La pieza forjada en bronce es el fruto de la contribución generosa de los cubanos y de los norteamericanos, de ambas orillas, «una obra inobjetable, que ha de llegar pronto a La Habana, si lo logramos». Y ha sido así finalmente. El pueblo norteamericano amigo de Cuba y su gente, ha respondido una vez más, y ha estrechado los vínculos históricos y culturales que nos unen – de la misma forma en que respondió en el apoyo a la Guerra Necesaria impulsada por el Apóstol.
La creadora norteamericana Anna Hyatt Huntington (1876-1973), reflejó en este trabajo el acto del sacrificio del Apóstol de la Independencia de Cuba, caído en combate el 19 de mayo de 1895, con solo 42 años. La figura – ha comentado de igual forma el Dr. Leal – revela «la serenidad con que Martí asumió el mandato de su propio destino»; la réplica conserva ese halo mágico que envuelve al héroe, al instante, al reflejo de bronce original.
Por unos minutos, este martes, se detuvo el tramo de la Avenida del Puerto junto a la terminal Sierra Maestra. Los autos y los transeúntes que ágilmente se mueven por esta parte de la ciudad, se paralizaron para dejar descender la escultura del transporte que la trajo desde la Zona Especial de Desarrollo Mariel, a donde arribó procedente de Estados Unidos hace pocos días. Los curiosos registraron con sus celulares y cámaras el peculiar acontecimiento, quizás desconociendo el propósito y los esfuerzos de tan larga travesía.
Perla Rosales, directora adjunta de la Oficina del Historiador de La Ciudad, en declaraciones a Habana Radio comentó que la escultura reposará en el que hoy se conoce como Parque 13 de Marzo, hasta su inauguración definitiva. Allí trabajan, desde hace algunas semanas, un equipo de la empresa Restaura con el asesoramiento de la contraparte norteamericana – liderada por el Museo del Bronx y del comité creado al efecto en dicha institución –, que ha acompañado todo el proceso: desde las indicaciones para el diseño del pedestal, que contará con 5.03 metros de altura para un total de 10.70 metros que tendrá todo el conjunto; revisterirán la base piezas de granito negro también donadas para la ocasión. Todos los elementos del monumento recordarán al original en la ciudad norteamericana.
El espíritu combativo del Historiador de la Ciudad, junto al pueblo norteamericano amigo de Cuba, y los hijos de este país que residen en los Estados Unidos, son los responsables de que haya llegado, finalmente a suelo cubano, una efigie que registra «la imagen de un héroe en el acto de morir por la causa que había soñado».
Hace un año, cuando el acontecimiento que hoy nos motiva aún parecía una utopía, el Doctor Eusebio Leal Spengler sentenció:
«Serán indispensables también para dar feliz término a esta iniciativa quienes sienten la legitimidad de su cubanía y aporten, no importa qué cantidad, para unirse a la contribución de instituciones y fundaciones de los Estados Unidos que favorecen las relaciones entre ambos pueblos, de tal forma que la inscripción al pie del monumento invierta el sentido original. Ahora dirá: del pueblo de los Estados Unidos al pueblo de Cuba; englobando en el concepto de pueblo estadounidense no sólo a sus ciudadanos sino también a los cubanos patriotas que allí fijaron su residencia».
Thays Roque Arce
Habana Radio
Momentos de la llegada a La Habana de la réplica de la escultura ecuestre de José Martí creada por Anna Hyatt. |