El primero de julio de 1935 Emilio Roig de Leuchsenring fue designado como Historiador de La Habana; por tal motivo, los historiadores cubanos escogieron esta jornada para celebrar su día. El acto de La Habana por la efemérides tuvo lugar el sábado 28 de junio, en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís. El Doctor Félix Julio Alfonso López, Profesor Titular y Vicedecano del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, evocó la impronta de Roig y su legado para las nuevas generaciones de historiadores capitalinos.

El primero de julio de 1935 Emilio Roig de Leuchsenring fue designado como Historiador de La Habana; por tal motivo, los historiadores cubanos escogieron esta jornada para celebrar su día. El acto de La Habana por la efemérides tuvo lugar el sábado 28 de junio, en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís.
El Doctor Félix Julio Alfonso López, Profesor Titular y Vicedecano del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, evocó la impronta de Roig y su legado para las nuevas generaciones de historiadores capitalinos. Resaltó sus cualidades de revolucionario esencial, «aunque no militó en partido alguno, estuvo siempre en el grupo de vanguardia de la sociedad, comprometido con las causas justas y democráticas».



 
«Numerosos fueron los proyectos culturales – aseguró Alfonso López – en los que Emilio Roig fue el creador o uno de sus promotores principales: las conferencias de historias habaneras, los conciertos de música cubana, la primera feria popular del libro, así como  las lecciones del curso de introducción a la historia de Cuba, las Actas Capitulares del Ayuntamiento y la colección histórica cubana y americana, entre otros».
El también Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular resaltó, además, que muchos de los más importantes hitos históricos de La Habana colonial como el Castillo de la Real Fuerza, el Convento de Santa Clara, la garita de la Maestranza, el Palacio de Aldama, el Torreón de San Lázaro o la Iglesia de Paula no existirían hoy “si Emilio Roig no hubiera hecho amplias campañas públicas para evitar su demolición”.



 
También destacó que «acompañado por prestigiosos arquitectos restauró el Palacio del Segundo Cabo, El Templete, El Convento de San Francisco, La Plaza de Armas y la Catedral. Asimismo, defendió y logró que la imagen del Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, sustituyera en la Plaza de Armas a la del odioso monarca Fernando VII».
«Fue Emilio Roig – continuó – un ardiente defensor de las mejores tradiciones del pueblo cubano. Su absoluta identificación con la Revolución Cubana fue el resultado de una vida consagrada a luchar por los principales valores de nuestra historia y de nuestra identidad como nación frente a las ambiciones imperialistas de Estados Unidos».
Para finalizar Félix Julio leyó una frase de Eusebio Leal, el más brillante de sus discípulos: «Era un hombre de izquierda, absolutamente laico, opuesto totalmente a la irrupción de la cuestión religiosa en la educación pública. Protagonizó una de las más grandes campañas que se hicieron en Cuba por una escuela libre, luchó por el culto y el respeto al magisterio cubano. Fue profundamente antimperialista y apoyó a Mella en la fundación de la Liga Antiimperialista y en la creación de la Universidad Popular José Martí. Todas las guerras para él terminaron con la victoria de la Revolución».
«Nos toca hoy a los historiadores cubanos y a todos los que trabajamos en la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana seguir encontrando razones para continuar su formidable y patriótica obra», concluyó.
El Día del Historiador es la fecha en que anualmente se entregan los reconocimientos instituidos por la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC)  para estimular a sus afiliados y a instituciones merecedoras de ello.
Entre los diplomas de reconocimientos conferidos estuvo el Pablo de la Torriente Brau, a quienes de forma destacada vinculan el trabajo del periodista y de historiador, y han realizado una meritoria labor en la divulgación de la historia a través de los medios masivos de comunicación. El estímulo lo recibieron las colegas Magda Resik, Ania Ortega, Fabiola López y Francisca López Civeira. También fueron acreedores Cecilio Curbelo Chongo, Víctor Joaquín Ortega, Pedro Pablo Fernández, entre otros. Igualmente, fue reconocida la revista Opus Habana.
Por su parte, el certificado Emilio Roig de Leuchsenring lo recibieron los asociados a la UNHIC que han desarrollado una destacada labor investigativa relacionada con aspectos de la historia regional y local; y la institución  merecedora del galardón fue la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH) en el año del 500 aniversario de la capital.



 


En tanto, el Emilio Bacardí que se otorga a los asociados que a través de su vida profesional realicen contribuciones para la preservación del patrimonio histórico, su divulgación y su función de beneficio social, fue conferido entre otros a  Raida Mara Suárez Portal, Miriam Escudero y Sergio González, todos trabajadores de la OHCH. En cuanto a instituciones estimuladas con el Bacardí estuvieron 10 de la Oficina, entre ellas los Museos de los Naipes, Numismático, de la Orfebrería, de África y el Plan Maestro de la OHCH.
Las palabras de clausura estuvieron a cargo de Jorge Luis Aneiros Alonso, Presidente Nacional de la UNHIC, quien aseguró que representaba un gran estímulo que coincidiera la celebración del Día del Historiador en La Habana con la jornada por el 500 aniversario de la fundación de la capital de la nación.
«Son muchos los retos y tareas que tiene por delante la UNHIC en La Habana”, y recordó palabras que les dedicara el líder de la revolución cubana hace 19 años cuando expresó: “Nosotros tenemos que saber mucha historia de Cuba por una cuestión de identidad, para que nosotros nos sepamos valorar a nosotros mismos, para que nuestro pueblo se valore a sí mismo (…) Este país tiene muchas cosas que contar, todavía quedan muchas cosas que hacer; este país tiene muchas ideas que trasmitir. Ustedes tienen que estar unidos, estar organizados y tienen que jugar un papel muy importante».
Muy a tono con esta frase, vale recordar estas palabras de Emilio Roig: «Nuestro pueblo necesita como ningún otro que se le diga cuál ha sido en realidad su pasado para saber mejor cuál es su presente; poder resolver dificultades, males y tropiezos de la obra de ahora y encauzar el porvenir».


Al referirse a su predecesor, Eusebio Leal, actual Historiador de la Ciudad de La Habana, también aseveró: «Fue un gran conferencista, un gran tribuno; es decir, de esos oradores que la gente se podía sentar a escuchar con deleite, tenía un sentido del límite, preparaba bien sus objetivos y caía como un rayo en la cuestión principal  y luego sacaba las conclusiones dejando al público con la avidez de volverlo a escuchar».

Tomado de Habana Radio.

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