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La Academia de Historia de Cuba entregó, por primera vez, el reconocimiento Académico de Honor al Historiador de la Ciudad, Dr. Eusebio Leal Spengler, en el Aula Magna del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana.

«Respetemos la necesaria locura que tiene cada generación y a cada individuo para contribuir, aunque sea humildemente, a la historia», sentenció el Dr. Leal Spengler.

La Academia de Historia de Cuba entregó, por primera vez, el reconocimiento Académico de Honor al Historiador de la Ciudad, Dr. Eusebio Leal Spengler, en el Aula Magna del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana.
De manera unánime, se decidió esa propuesta en la sesión plenaria del pasado 9 de septiembre, cuando también fue acordado que la entrega de la distinción se efectuara la víspera del 10 de octubre, después del tradicional acto de la Plaza de Armas, esta vez por el aniversario 151 del inicio de las gestas independentistas cubanas, y a poco más de un mes de la celebración del medio milenio de vida de la otrora villa de San Cristóbal de La Habana.
La «consagración de Leal Spengler al rescate y conservación del patrimonio nacional y, en especial, de la ciudad de La Habana, sus aportes a la historiografía cubana, su vocación cespedista y martiana, y en general, la obra de toda su vida, así como su contribución determinante a la refundación y funcionamiento de la Academia de la Historia de Cuba», fueron destacados en el acta leída por el Dr. Eduardo Torres Cuevas, presidente de la Academia.
«Hay que estudiar a Eusebio, dijo Torres Cuevas. Debemos tener un acercamiento que no sea el simple de la amistad, sino el estudio de una obra que tiene una lógica, y que fue capaz de construir la historia no solo en letras, también en piedra».
Visiblemente emocionado, el Dr. Leal  señaló: «Cese toda lauda y palabra. La obra está, pero no es mía. Un poeta la puede escribir en un momento de iluminación frente a una página en blanco, un genio lo puede hacer sobre un pentagrama musical. Pero uno que restaura tiene que partir de la voluntad política de un Estado. Y ese es el Estado cubano en el que viví y al cual he servido con lealtad».
«Que no se apague nunca la fe en Heredia, en la Avellaneda distante, en los que fueron nuestros predecesores: Portuondo, Hortensia, Franco, Guy, todos aquellos a los que quisiera recordar ahora, y a los que tuve el placer de conocer y saludar», indicó el intelectual.
Evocó pasajes de su vida que lo llevaron al hombre que es hoy. «Hijo de su tiempo», se calificó como un eterno autodidacta, rebelde cuando había que serlo, incansable en el empeño de mantener bien alto el nombre de la institución fundada por el Dr. Emilio Roig de Leuchsenring. «Respetemos la necesaria locura que tiene cada generación y a cada individuo para contribuir, aunque sea humildemente, a la historia», sentenció.
El Artículo 16 de la Academia de Historia de Cuba, referido a la entrega de la condición de Académico de Honor, destaca que esta se otorgará a aquellas personalidades cuyo prestigio se asienta en una obra de reconocida significación para los estudios históricos, y que acumulen una notable contribución al desarrollo de la cultura cubana.
El Instituto de Historia de Cuba reconoció, asimismo, el quehacer del Dr. Eusebio Leal Spengler y su entrega por seis décadas a la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana en su misión de salvaguardar el patrimonio cubano.

Teresa de Jesús Torres Espinosa
Habana Cultural

 

Momentos del discurso del Dr. Eusebio Leal Spengler durante la entrega del reconocimiento de Académico de Honor, en el Aula Magna del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana. Foto: Alexis Rodríguez.