Con la gala inaugural del Proyecto Rutas y Andares de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana —el sábado 2 de julio, en el Teatro Martí—, culminó la cuarta edición del taller Verano Flamenco que realizó la Compañía Irene Rodríguez. 

El taller de Verano Flamenco impartido por la Compañía Irene Rodríguez inició a niños (entre 8 y 13 años) y a jóvenes (entre 14 y 29 años) al mundo de la danza española.

El flamenco sacudió la escena del Teatro Martí. De España llegó como estilo, con pilares en el baile, el cante y el toque. Tradición arraigada no solamente en esta cultura, sino también en el saber universal; al punto de ser considerada patrimonio cultural inmaterial de la humanidad desde el 2010. Con un origen no muy claro a falta de argumentos históricos, el curioso encuentra algunas palabras que lo motivan: palo, duende, por no hablar del sustantivo que define a este modo de apreciar la vida. En tal sentido, el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española incluye en sus páginas algunas claves: si de palo habla, asegura que se conoce como «cada una de las variedades tradicionales del cante flamenco»; cuando incursiona en duende asevera que es «encanto misterioso e inefable»; y para flamenco considera que es un adjetivo «dicho de una manifestación cultural, o de su intérprete: de carácter popular andaluz, (…)». Después de estas breves lecturas, nuestro curioso necesita saber, oír y ver más…
Se aproxima por la calle Zulueta y en el costado del Coliseo de las cien puertas encuentra a niños y jóvenes de disímiles edades ansiosos por entrar. Allí sesiona la cuarta edición del taller de Verano Flamenco —invitación que forma parte del proyecto Rutas y Andares de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana— impartido por la Compañía Irene Rodríguez. Concluirá la semana con la esperada gala inaugural que dará inicio a nuevos itinerarios para este verano.
Una vez dentro, se acomoda en una de las esquinas del teatro. Lugar donde pasa inadvertido y alcanza a ser partícipe lejano en el proceso de instrucción de esta poderosa danza. El primer grupo, conformado por pequeños entre 8 y 13 años, es guiado por las profesoras Karla Martínez y Teresa Álvarez. «Manos en la cintura. Tres, y… golpe, tacón, tacón», indican desde adelante. Algunos se equivocan pero ante el error, la perseverancia triunfa. Pudiera pensarse que repetirían la coreografía angustiados, pero lo más que se escucha es: «¡Sí, qué rico!».

Momento del ensayo con el primer grupo del taller de Verano Flamenco. (Fotos: Yadira Calzadilla)

A las 3:00 p.m., es hora de que pasen los jóvenes. Mientras unos salen y otros entran, Irene Rodríguez se prepara para guiar al nuevo grupo, integrado por muchachos de entre 14 y 29 años. Empieza el conteo y cuando llegue a diez, cada uno deberá haber ocupado su lugar en completo silencio, a la espera de instrucciones. Después de comentar detalles sobre el vestuario, la profesora inicia con una pregunta: «¿Saben qué es la farruca? Es un palo del flamenco, normalmente pensado para ser interpretado por hombres; tal razón hace que cuando lo bailan las mujeres tengan que usar pantalón». Dicho esto, camina entre ellos y los divide en dos: unos trabajarán con la maestra Laura Brito y los otros con ella. Se oyen acordes. Una guitarra y tres cajones incitan al baile.

La bailarina Irene Rodríguez al frente del segundo grupo del taller de Verano Flamenco. (Fotos: Yadira Calzadilla)

Tras una intensa semana de trabajo, ha llegado el sábado de gala. En las butacas ya no hay solo un curioso… ahora, el Teatro Martí ha sido invadido por diminutos curiosos acompañados por padres, abuelos y amigos. Público que espera impaciente y a la vez impresionado ante la majestuosidad de la sala. Suena la última campana y todos brincan en el asiento. Casi automáticamente, un silencio expectante que crece con la disminución de la luz. Salen a escena los alumnos del primer nivel del taller de Verano y la interpretación de Tango-Rumba (estreno mundial) muestra cuánto se puede hacer en poco tiempo. Cadencias que días antes parecían no lograr la uniformidad requerida, hoy distan mucho de esa primera impresión. De igual forma los jóvenes del segundo nivel son acogidos por el tabloncillo. Con deslumbrante fuerza es bailada la obra Farruca (estreno mundial). Taconeo virtuoso que se convierte en muestra de abnegación y entrega, prueba definitiva del triunfo del taller de Verano Flamenco.

Imagen izquierda: los bailarines del primer grupo del taller interpretan Tango-Rumba (estreno mundial) con coreografía de Karla Martínez y Teresa Álvarez. Imagen derecha: el segundo grupo ejecuta la obra Farruca (estreno mundial), coreografiada por Irene Rodríguez. (Fotos: Néstor Martí)


Después de las palabras de inauguración y del reconocimiento a Claudia Castro Mesa y Richard Pelegrín Ávila por la consagración demostrada en las jornadas del taller, los alumnos de la Compañía tomaron las riendas de la velada. Con música de Ernesto Lecuona llegó Andalucía, coreografía de Irene Rodríguez que recibió, en abril de 2016, el Premio a la Excelencia a la mejor labor coreográfica en el Concurso Internacional de Coreografía del XXII Encuentro Internacional de Academias para la Enseñanza del Ballet. En los siguientes minutos el estilo flamenco domina con las piezas Primavera flamenca, Guajiras flamencas y Con esa morena, interpretadas por el taller Infantil y alumnos del taller de Danzas Españolas.

Instantes de Andalucía, coreografía de Irene Rodríguez que recibió Premio a la Excelencia. (Fotos: Néstor Martí)

Oscuridad. Una luz… Irene en el centro del escenario. «Encanto misterioso e inefable» se consuma en la interpretación de Secreto. Bruma que baja de las tablas e hipnotiza a niños y adultos. Fuerza que, al unirse los demás bailaores, encuentra en el continuo zapateo su guarida. Desconcertados los presentes, ella sonríe. Sabe que ha ocurrido, los ha atrapado a todos con la pasión indescriptible que siente por lo que hace y que con igual fuerza transmite. Música y danza conquistaron al público con la magia del flamenco.  

Imagen superior: instantes finales de la gala, donde alumnos y profesores de la Compañía Irene Rodríguez se unieron para despedir la velada. Imagen izquierda: la primera bailarina de la Compañía mientras interpreta Secreto. Imagen derecha: se une a la coreografía, el cuerpo de baile que integra la Compañía. (Fotos: Néstor Martí)

Viviana Reina Jorrín
Opus Habana

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