En 2004 el Conjunto de Música Antigua Ars Longa arribó a sus diez años de vida artística. Numerosos conciertos y giras internacionales, así como la grabación de siete discos compactos, dan fe de su dedicación a los repertorios históricos de Cuba, América y Europa. Para lograrlo ha sido preciso mantener la lumbre encendida de un constante taller, como aquellos que reunían —en la Edad Media— a un grupo de aprendices alrededor de su maestro. De la misma manera, Teresa Paz y Aland López han formado a los músicos que una vez llegaron a las puertas de su sede en la Iglesia de Paula, curiosos por conocer cómo se producían los sonidos en la viola da gamba, el cornetto, el clavecín...
«La delicada interpretación de estas antiguas partituras nos aproxima a un ideal de belleza que los jóvenes intérpretes de Ars Longa han asumido con intensidad conmovedora, en la certeza de que no hay ni habrá premio superior que haber contribuido a llevarnos a reconciliar a la criatura humana con una maravillosa e indescriptible verdad...», expresó Eusebio Leal Spengler a modo de validación, cuando ya era una certeza que no se había equivocado la Oficina del Historiador de la Ciudad cuando acogió —desde 1995— este proyecto sin precedentes.
En lo adelante, sustentado en el espíritu mismo de la restauración del Centro Histórico, Ars Longa concibió la idea de celebrar un Festival de Música Antigua en el que, a las voces de dicho ensemble, se unieran las de otros músicos cubanos y extranjeros invitados. Además de ser una fiesta, esta cita anual debía aprovecharse para que cada maestro dejara su impronta en la enseñanza de algunos de los secretos de su arte.
Así, desde 2000, durante la primera semana de febrero, la Habana Vieja se convierte en anfitrión de múltiples conciertos y auténtico conservatorio de las artes musicales para hacer crecer la generación de músicos que en Cuba se adiestran en el manejo de instrumentos y voces antiguas. Por ejemplo, en esta edición se han previsto talleres de instrumentos de viento, clavecín, viola de gamba, guitarra barroca...
Este Festival lleva el nombre de Esteban Salas, invocado como «santo patrón» de la música antigua en Cuba, puesto que Ars Longa ha dedicado una importante parte de su labor a rescatar la obra de ese gran exponente del barroco cubano e iberoamericano. Como resultado, se presenta hoy el tercer fonograma con obras de Salas, dedicado en esta ocasión al repertorio de semana santa y fieles difuntos, así como dos nuevos volúmenes de la colección Música Sacra de Cuba siglo XVIII, a cargo de la musicóloga Miriam Escudero.
Ha escogido Ars Longa como repertorio de su concierto inaugural el programa titulado
De la música italiana en el antico e nuovo mondo, basado en el proyecto de interpretación que recientemente interpretó el grupo durante una importante gira por Italia junto al maestro Claudio Abbado.
En el escenario de la Basílica menor del antiguo Convento de San Francisco de Asís se escucharán —por primera vez en Cuba— los madrigales que al amor
tormentato escribiera el príncipe Carlo Gesualdo (Nápoles, ca. 1560–Avellino, 1613) y los cantos a la caridad divina compuestos por Doménico Zípoli (Prato, 1688-Córdoba, 1726) durante su estancia en la América Hispana.
Al referirse a la interpretación de este repertorio por parte de Ars Longa, el musicólogo Dinko Fabris, profesor de la Universidad de Potenza, escribió en las notas al programa del Primer Festival Gesualdo Oggi: «Se trata —argumenta— de una propuesta totalmente nueva de interpretación de la música de Gesualdo que, exponente de la cultura artística del Viejo continente, es vista a través de la fresca energía de músicos que pertenecen a una cultura aparentemente lejana pero también estrechamente ligada a la Europa del Renacimiento».
Y agregó: «El proyecto de Claudio Abbado nació probablemente de una personal desilusión auditiva, derivada de la escucha de gran parte de la tentativa de restituir en nuestros días —en concierto o grabaciones— el arte supremo de los madrigales excepcionales de la época de Gesualdo, por parte de valiosos conjuntos actualmente en auge en el mundo occidental. Observando a Cuba, por ejemplo, a la poco frecuente habilidad de los jóvenes intérpretes de Ars Longa de cantar y tocar la viola da gamba, Abbado ha pensado que aquélla era la más admirada característica interpretativa de las célebres Damas de Ferrara, que encantaron e influenciaron además de Gesualdo a otro de sus predilectos: Luzzasqui».
Convocado a inaugurar el Primer Festival Gesualdo Oggi en la Ciudad de Potenza, región Basilicata, Ars Longa siguió una gira por otras cinco ciudades italianas, incluida Roma, donde se presentó en el Parco della Musica programado por la Academia de Santa Cecilia de Roma.
Hoy, de alguna manera, concluye esta gira en La Habana, donde —con el concurso de los ensembles vocales Sine Nomine, Luna y el Coro del Instituto Superior de Arte— el Conjunto de Música Antigua Ars Longa les propone transitar de la Italia del Renacimiento a la América colonial, cuidando de seguir el consejo de Carlo Gesualdo, Príncipe da Venosa, cuando dijo: «En las cosas humanas, lo principal es la paciencia; en las cosas divinas, la humildad».