Entre esas personas de nuestra cultura con una destacada labor y obra debemos mencionar al matancero Conrado W. Massaguer (1889-1965), quien además de destacarse como dibujante, caricaturista y periodista editorial, fue el fundador de numerosas revistas cubanas. Es el caso de la revista
Social (1916-1933; 1935-1938), núcleo del talento gráfico, artístico y literario de la Cuba de entonces.
Por estos días, que esta publicación cumple un nuevo aniversario, algunos de los fondos que forman parte de la Oficina del Historiador de la Ciudad han sido dispuestos para ese público interesado por la historia.
«Hombre de simpatía proverbial sólo así podemos entender su obra y fina ironía, con un conocimiento de la técnica del dibujo que sentó las bases para el diseño gráfico cubano, heredero de la tradición nacional», destacó Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad, en el momento de la inauguración.
El Archivo Histórico de la Oficina del Historiador abre sus puertas con la exposición homenaje «Massaguer-
Social: un binomio inseparable» en el 90 aniversario de la fundación de la revista
Social, cuyo primer número vio la luz en enero de 1916. Esta publicación mensual tenía como objetivo describir en sus páginas los grandes eventos sociales, notas de arte y crónicas de modas, fue antena del acontecer renovador en el ámbito cultural, revelando en sus páginas el complejo proceso de una etapa cambiante, contradictoria y esperanzadora, puso énfasis en el desarrollo de
un arte nuevo y de las doctrinas artísticas más modernas. Fue además el soporte para una proyección cultural, agrupó junto a la revista los elementos intelectuales nuevos de Cuba. Al Grupo Minorista debió
Social su auge, esplendor literario y artístico.
Desde el primer número se presentó con un lujo que La Habana jamás había visto. Impresa por el método de la fotolitografía, Massaguer concibe
Social en una dirección similar a las revistas de variedades más importantes, con un concepto gráfico de gran modernidad. Publicó cuentos, poemas, crítica literaria, trabajos históricos, musicales, de arte, notas teatrales y se le dio espacio a un abundante material cinematográfico y deportivo. Contó además con varias secciones fijas, como «Los últimos libros», «Costumbristas cubanos», «Poetisas cubanas», «Bibliófila cubana», «Escritores latinoamericanos» y «Recuerdos de La Habana», que recogía los principales detalles históricos sobre la fundación, auge y desarrollo de la capital de Cuba. Especial atención merece la sección «Notas del director literario» que daba inicio a cada número de la revista.En su primera década de existencia,
Social contaba con un puesto cimero entre las publicaciones de América, criterio avalado por luminarias de la lengua castellana como Unamuno, Pérez de Ayala, Ugarte, Alfonso Reyes, Jiménez de Asúa, entre otros.
Larga es la lista de colaboradores cubanos y extranjeros cuyas firmas honraron las páginas de
Social, entre ellos: Juan Marinello, Alfonso Hernández Catá, Rubén Martínez Villena, Alejo Carpentier, Nicolás Guillén, Ramiro Guerra, Regino Pedroso, Fernando Ortiz, Raúl Roa, José Luciano Franco, Gabriela Mistral, Rufino Blanco Fombona, Alfonsina Storni, Rafael Heliodoro Valle, Jacinto Benavente, Rafael Alberti, José Vasconcelos, Federico García Lorca, Horacio Quiroga, Onelio Jorge Cardoso, Luis de Soto, Maribel Sáenz, Carolina Poncet, José Lezama Lima, entre otros.
Dos etapas tuvo esta importante revista cubana: una primera que abarcaría desde sus inicios hasta el mes de agosto de 1933, fecha en que salió el último número de
Social, a raíz de la caída del gobierno del dictador Gerardo Machado, y la segunda etapa, en que la revista reaparece con el título y el subtítulo
Social la revista cubana, caracterizada ?esencialmente? por la supresión casi total de material de carácter cultural. Así, quedó reducida a una simple publicación dedicada a la alta sociedad, hasta su desaparición, en abril de 1938.
Con la muestra de caricaturas originales realizadas por Massaguer, documentos de la época, reproducciones de fotografías, objetos y diversos números de esta publicación festejamos hoy los 90 años de creada esta maravillosa revista.
(Palabras al catálogo de la exposición «Massaguer-Social: un binomio inseparable», inaugurada el 25 de enero de 2006 en la sala transitoria del Museo de la Ciudad)