Al escritor José Lezama Lima se le estudia por estos días. Destacados conocedores y especialistas de literatura y cultura cubanas, cada jueves ofrecen sus reflexiones sobre este destacado poeta y novelista en el curso libre y de postgrado
Miradas lezamianas, que tiene como sede al Centro Hispanoamericano de Cultura (Oficina del Historiador). El curso ha sido coordinado por esta institución y la Cátedra Alejo Carpentier (Universidad de La Habana), con motivo del aniversario 30 de la muerte de
José Lezama Lima (1910-1976) y de los 40 años de la publicación de su novela
Paradiso.
La más reciente conferencia estuvo a cargo de la profesora y ensayista Ana Cairo Ballester, quien abordó este jueves 12 «La cultura colonial y José Martí, según Lezama».
Mucho antes de la consolidación cultural alcanzada por Lezama mediante sus concienzudas reflexiones y lecturas, él había estado en contacto con la oralidad histórica relativa a Cuba y a su cultura colonial en el seno familiar. «Desde niño había escuchado varios testimonios sobre el siglo XIX. Lezama crece con el patriotismo de su familia que había estado en la emigración en el siglo XIX. Incluso, como tenía una memoria excelente, llegó a aprenderse discursos patrióticos de memoria. Se sabía, por ejemplo, los famosos discursos de Manuel Sanguily y otros textos de destacados cubanos», refirió Ana Cairo.
Este sería un momento importante para el escritor e intelectual que, tiempo más tarde, habría en él. Y entre las primeras noticias culturales e históricas que tuvo Lezama de su pasado nacional está aquella que se asocia al nombre de José Martí.
De acuerdo con la conferencista, la primera visión que tuvo Lezama Lima de Martí le llegó por las narraciones orales. «Él heredó recuerdos de las tías y la madre sobre la vida del Maestro, e incluso, de la vida cotidiana de entonces». Fue esta la primera imagen que se le formó de Martí. En el hogar de Lezama ocurrió algo similar que en otras viviendas cubanas, donde hechos históricos se transmitían sucesivamente, una y otra vez.
Ya cuando Lezama es un hombre formado, que ha leído y memorizado literatura del pasado colonial cubano –y además de su tiempo–, a sus 30 años queda fascinado con uno de los mejores textos de José Martí: El Diario de Campaña. Para Lezama, este documento es un verdadero «ejercicio de poesía», según Ana Cairo.
Como casi todas las figuras de la historia de Cuba, Máximo Gómez acumuló también informaciones que servirían luego para conocer y esclarecer pasajes históricos de interés. Gracias a este celo por la documentación y al sentido por la historia, fue que se salvó el ya citado diario martiano. Claro, tuvieron que pasar cuatro décadas del siglo XX para que éste llegara a ser divulgado públicamente. Siendo aún un joven, Lezama lo leyó.
Los hijos de Máximo Gómez tuvieron que esperar al natalicio del centenario del padre en 1936 para poder abrir el archivo del Generalísimo. Ellos cumplieron el encargo paterno. En éste se había conservado nada más y nada menos que el Diario de Cabo Haitiano a Dos Ríos, de José Martí, explica Ana.
Con la publicación en 1940 de ese diario martiano, la historia y la cultura cubanas ganan un hermoso escrito, y además, consolida en José Lezama su imagen del Maestro. Porque este es «el texto que Lezama más admira de Martí. Lezama se fascina con este texto, al punto que memoriza fragmentos», reiteró.
La obra martiana fue médula para la visión sistémica que alcanzaría Lezama de la cultura toda y, en particular, de la cubana.
Un gran recuento de la formación y diálogo lezamiano con nuestra cultura, algunas de sus lecturas y su admiración y pasión por la obra martiana, fueron parte de los tópicos abordados con la disertación «La cultura colonial y José Martí, según Lezama». Esta ha sido la cuarta conferencia del curso libre y de postgrado
Miradas lezamianas. Las anteriores estuvieron relacionadas con las publicaciones periódicas de Lezama, el grupo Orígenes, Lezama y las bibliotecas. En las próximas semanas las profesoras Elina Miranda y Yolanda Wood, respectivamente, comentarán sobre «Julián del Casal y Lezama» (día 19) y «Lezama, crítico de arte» (día 26).