A través de los años, el Centro Histórico de La Habana se ha distinguido por diferentes tradiciones —entre otras, en los servicios— que suscita en los visitantes una obligada evocación y ensoñación desde cualquier rincón del mundo donde se encuentren. Sus emblemáticos establecimientos comerciales y hoteleros han contribuido a tal reconocimiento internacional.
Precisamente la exposición «Ciudad que crece en un sueño de porcelana», expuesta en estos momentos en la Sala Transitoria del Museo de la Ciudad, reúne una colección de vajillas pertenecientes a renombrados comercios habaneros.
Al contemplar estos objetos, nos parece que podemos detenernos en el tiempo y hasta evocar otros sitios. Nos trasmiten el ambiente de restaurantes como El Louvre, París, De Luz, Carabanchel y La Unión; algunos de ellos ubicados —originalmente— en los bajos de edificaciones dedicadas a empresas comerciales, sociedades, hoteles, casas de huéspedes, clubes...
Otras piezas de esta colección nos remiten a cafeterías de antaño, que acogían en sus salones a inquilinos especiales. Por ejemplo, La Reguladora —lugar de encuentro de los miembros de la Sociedad de Artesanos de la Industria del Tabaco— y el Anón del Prado, donde se ofertaron los primeros helados en La Habana.
Lo mismo ocurre con otros establecimientos como la tienda La Filosofía, de Neptuno y San Nicolás, al igual que la desaparecida locería El Globo —situada en Obrapía, entre Mercaderes y San Ignacio— que nos cautivan hoy con la originalidad de sus piezas, identificadas con el rostro de su dueño o la impronta del servicio que ofrecían.
Entre los exponentes «raros» encontramos una bandejita concebida como
souvenir para un día especial, confeccionada en loza francesa de la segunda mitad del siglo XIX, con una decoración de impresión por transferencia o calcomanía. Esta pieza fue dedicada a la tienda Las Ninfas que estuvo situada en la calle Obispo, donde posteriormente se construyó la
Western Union, y que actualmente ocupa el Centro de Multiservicios de ETECSA.
La exposición «Ciudad que crece en un sueño de porcelana» posibilitó —además— la participación del público y de esa forma apoyó el proyecto de verano Rutas y Andares, organizado por la Oficina del Historiador, en el que participaron cientos de familias habaneras. La propuesta consistió en identificar una imagen fotográfica del hotel La Unión, perteneciente a los inicios del siglo XX. Ubicado en la calle Cuba esquina a Amargura, el inmueble que todavía se conserva, es esencialmente de viviendas. Como dato histórico interesante vale decir que, según consta en manuscritos en papel de carta, en este hotel se alojó el poeta y escritor español Federico García Lorca, durante su estancia en La Habana en la década del 30.
En el transcurso del mes de agosto se recogieron las respuestas de los visitantes, y el día 29, durante la ceremonia de premiación de las Rutas y Andares, el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, escogió al ganador entre las respuestas correctas.