Los jigües, que –según el propio Fonseca– «pueden ser plantas, animales, personas, agua, aire, cielo… o todo a la vez», constituyen desde hace varias décadas el leiv motiv del quehacer de este pintor, escultor y ceramista.
Son sólo siete los cuadros que integran la exposición inaugurada el miércoles 17 en el salón del Monte del hotel Ambos Mundos (Habaguanex S.A.), y que sirviera como colofón del homenaje que varias instituciones —incluida la Oficina del Historiador— rindieran al pintor en su cumpleaños 65. Cuando a las cinco de la tarde, las puertas de la galería se cierran al público, por los predios de la parte más antigua de la ciudad comienza el deambular de los jigües, una «combinación del ser y de la imaginación, del poder que tiene la naturaleza de sorprendernos», al decir de Ever Fonseca (Manzanillo, Oriente, 1938). Desde su graduación en la Escuela Nacional de Arte (1967) hasta la actualidad, ha sido largo el camino recorrido por Ever. En el campo de la docencia, se puede señalar que durante más de 20 años fungió como profesor de artes plásticas en los tres niveles de enseñanza y que, en todo ese tiempo, ha impartido conferencias en centros docentes de Cuba y de otros países. Fue el primer pintor cubano graduado de la ENA, invitado a realizar una exposición personal en el Museo Nacional de Bellas Artes que, con el título «Óleos de Ever Fonseca», se inaugurara en 1971.Ya para entonces, sus creaciones formaban parte de la colección permanente de dicho museo. En consecuencia con su trayectoria, ha compartido la responsabilidad de ser jurado en salones y concursos nacionales e internacionales de artes plásticas. Veintidós exposiciones personales —en galerías cubanas, latinoamericanas y europeas— tiene en su haber Ever Fonseca, cuya obra ha integrado unas 400 muestras colectivas presentadas en Cuba, Francia, México, Estados Unidos, Canadá, España, Suecia, Colombia, Italia, Bulgaria, Curazao, Barbados, Antillas Holandesas, Alemania, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Martinica, Chile, República Dominicana, Panamá, Puerto Rico y Portugal. Poseedor de la distinción Por la Cultura Cubana y la medalla Alejo Carpentier, mereció también el Premio 1987 del Museo Nacional de Szczecin (Polonia) el que, tras organizar una exhibición personal suya, adquirió para sus fondos la pieza Descubrimiento mutuo. Ever obtuvo los premios nacionales de Cannes Sur-Mer (Francia, 1971); y de Dibujo Joan Miró, otorgado por la Fundación de igual nombre de Barcelona (España), en 1972.{mosimage}Apenas cinco años después ganó el primer lugar en el concurso de pintura de la UNESCO, que confiere la Asociación Internacional de Artistas Plásticos para el área de América Latina y el Caribe, París (Francia). Y en 1997, una obra con jigües —en este caso, Los jigües del sol— es seleccionada para representar a Cuba en el Museo Internacional de Arte Siglo XX (UNESCO), el que realiza su primera exposición en Nueva York durante la Asamblea General de la ONU, celebrada ese año. En 1998, otro cuadro suyo con jigües —Los jigües del mar— se elige para ilustrar el libro Liberte'98, un texto de enseñanza que se exhibe en la colección permanente del museo Memoria Artística del Siglo XX, en las sedes de las Naciones Unidas en Ginebra y Nueva York. El tercer milenio también ha sido pródigo para Ever Fonseca. Así, en 2001 realizó una exposición con el nombre de «Reencuentro», organizada por la UNEAC de Matanzas, donde a finales de la década de los 60 fuera a trabajar por dos años y permaneciera siete. En 2002 correspondió a la galería Talento Arte Visual, de la colonia Polanco, D. F. (México), acoger la muestra «Ever Fonseca Génesis, Esencia y Mito». Como antecedente inmediato en el actual año, estuvo «Diálogo con la expresión», en la galería Óleos, Hotel Club Amigo, en Varadero, para dar paso ahora a la exhibición del hotel Ambos Mundos la que, abierta desde las 10 de la mañana, posibilita a los visitantes el disfrute de los jigües de Ever Fonseca.
María Grant Opus Habana
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