Adigio Benítez (Santiago de Cuba, 1924)—muy próximo a cumplir sus 80 años— hace gala de su vitalidad al presentar su obra más reciente, un conjunto de pinturas y dibujos que son exponentes de la originalidad y versatilidad de este artista, de esa capacidad para fabular con las visiones que emergen de su imaginación y de su peculiar entorno creativo. Historias que son a la vez fantásticas y reales, que mezclan lo verosímil con lo inédito y que resultan de la libertad de atrapar en la naturaleza de su arte, la humanidad de su concepto creador.
«Ventanal» –inaugurada el 19 de septiembre– apunta hacia un tránsito evidente en el que el artista hace de sus personajes papirofléxicos el centro de atención de su propuesta plástica, distanciándose un tanto de los recursos del arte referencial que la caracterizó en los últimos tiempos. Con esta singular figuración que alude al juego del papel doblado a la manera del
origami, Adigio halló la metáfora plástica que lo identifica y que resume su intensa labor de creación.
Los papirotes, como él mismo los ha nombrado, son verdaderos conceptos pictóricos en torno a los cuales se ha estructurado su imaginario desde la exposición «Papiros de La Habana» (1968), un símbolo del vasto camino creativo recorrido por este artista.
En las pinturas que integran la muestra se puede descubrir un registro que abarca desde la pincelada difuminada que ofrece la posibilidad de trasmitir un ambiente cromático a base de gradaciones, hasta aquella más suelta y espontánea, que lejos de encubrir la mancha, la revela como huella del pincel sobre el lienzo, en una riqueza propia de quien ha transitado por los diversos recursos técnico-expresivos del arte, manteniendo su sello de identidad.
En sus obras, sentimos la cercanía entre la idea y el acto de realización; en ellas no hay mediaciones, no se descubren razones capaces de desviar la mano virtuosa del trazo preciso y sutil sobre el soporte puro y desafiante. Pintura y dibujo se mezclan en sus últimos lienzos, trasgrediendo convencionalismos y reafirmando su preferencia por la renovación y la experimentación artística.
«Ventanal» no sólo es el título de una de sus obras con la que el artista quiso nombrar la exposición toda, es una invitación a asomarnos a contemplar y disfrutar de ese peculiar paisaje de historias y personajes que pueblan el mundo artístico de Adigio, ése en el cual todo es posible y se ofrece por el bien y el disfrute del hombre.