«Cuando un trabajo no es creativo, es eso, trabajo solamente, deja de serlo cuando se hace con amor», expresó Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad, en las palabras de inauguración al homenaje que se le ofreciera a Serrano el pasado 19 de noviembre.
Organizado por la compañía Habaguanex, S.A. –con la presencia de Meise Weiss, presidenta de su Junta Directiva– dicho homenaje tuvo lugar en los altos del Café del Oriente, instalación que pertenece a esta compañía turística.
El Historiador de la Ciudad subrayó el significado que tiene para los trabajadores del turismo y en especial para el proyecto de la Habana Vieja, el premio otorgado y añadió: «el que lucha por el honor de su patria es digno de recibir honores también».
Por primera vez, un competidor de un país latinoamericano es merecedor del premio que otorga la prestigiosa institución fundada en 1951 y que, en la actualidad, cuenta con más de cincuenta países miembros. Con el renacimiento en 1998 del reconocido Club de Cantineros de Cuba, ahora con el nombre de Asociación Cubana de Cantineros, nuestro país se integró a la numerosa lista de la asociación internacional.
Como parte del homenaje le fue otorgado al Chino, como muchos conocen a Serrano, un plato del pintor holguinero Cosme Proenza y un diploma de honor, mientras que la gerencia del Hotel Sevilla lo declaró «cliente ilustre» al obsequiarle una Sevillana, escultura que se ofrece como símbolo de la instalación hotelera.
No es la primera vez que Serrano alcanza merecido reconocimiento por su labor profesional y creativa. En el año 2001 resultó premiado en el Gran Prix de Ciudad de La Habana con otro trago de su creación, el Habana Pasión, disponible en la carta-menú del Café del Oriente; en el 2002, fue subcampeón nacional a la vez que lideró el torneo organizado por CubaSí y la Asociación de Cantineros de Cuba en busca del cóctel CubaSí. Este año, el Chino se llevó el tercer lugar en el campeonato panamericano celebrado en Uruguay y fue declarado campeón nacional con el Adán y Eva.«Lo más difícil de esta última competencia era el nivel de preparación de todos los participantes; en otros eventos se podía notar el nerviosismo de algunos y eso te ayuda un poco a ganar confianza, a sentir que tú no eres el único que tiene un poco de miedo», declaró Serrano en entrevista concedida a
Opus Habana.
Adán y Eva se suma a los tragos que avalan nuestro prestigio internacional: Mojito, Daiquirí, Jaimanitas, Lobo de Mar, Plaza Presidente, Sloppy Joels, Tango Obispo, Habana Opera, Isla de Pinos, Casa Bella, Habana Special, Bello Monte…
En los años 40 el escritor cubano Alejo Carpentier consideraba que los cantineros cubanos eran los mejores del mundo, a la vez que declaraba a La Habana como «indudablemente la ciudad con la mayor variedad de tragos para tantalizar el curioso paladar del viajero». La premiación de Adán y Eva demuestra que la coctelería cubana vuelve a enriquecerse con la inventiva de nuestros cantineros, que han heredado del pasado no sólo un rico caudal de recetas propias, sino también una técnica que se distingue por su elegancia y complejidad.