¿Cómo explicarías la noción de crecimiento del Conjunto de Música Antigua Ars Longa durante sus diez años de vida? Todos los grupos musicales tienen un nacimiento, una vida, un desarrollo; hay los que crecen hasta alcanzar su especialización en determinados repertorios y ya no pretenden más que reproducir una y otra vez aquella parte del arte musical en el que han logrado especializarse... Muchos músicos temen llegar a ese estado de monotonía.
Sin embargo, Ars Longa, quizás porque comenzó siendo el primer y único conjunto de su tipo en Cuba, ha abordado desde sus inicios una gama muy amplia de repertorios y estilos. Músicas medieval, renacentista, de Europa, América, Cuba... han llenado sus programas, y aún, no está cerca el momento en que hayamos abordado todo el repertorio propuesto.
Otro sentido del crecimiento es el individual, pues la ausencia de una cátedra de música antigua en los conservatorios de Cuba hace que cada músico aprenda de forma autodidacta, a través del estudio minucioso de discos, videos, del contacto directo con profesionales del llamado mundo de la música antigua. De manera que la avidez por aprender se manifiesta en los ensayos, en los conciertos de conjunto y de solistas, en la búsqueda incesante de nuevas partituras…
Todo esto ha sido posible gracias a que hemos contado con el apoyo del Historiador de la Ciudad, no sólo en el orden material —como es la adquisición de un adecuado
instrumentarium—, sino en el orden moral, espiritual... que es a fin de cuentas lo insustituible.
Sin embargo, en sus inicios Ars Longa tenía un tono juglaresco, y fue luego que se decantó en un sentido más orientado al virtuosismo musical... ¿Cómo explicarías ese cambio? En un principio, es cierto, tuvimos una expresión mucho más inclinada hacia el teatro. Luego sentí que lo teatral comenzó a pesar más que lo musical, y, por supuesto, como intérprete decidí defender una proyección más musical para el grupo. Esto condujo a buscar un balance diferente, a echar mano a otros recursos expresivos como la danza y demás medios afines con la música. Por ejemplo, hicimos entrenamientos de danza antigua con una especialista del Ballet Nacional, la profesora Adria Velásquez.
Siempre digo que tomamos elementos que pueden enriquecer el ambiente musical, pero no somos un grupo teatral. Cuando un grupo prioriza la música, debe entonces dedicarle más tiempo, pues cada nuevo repertorio exige mucha preparación. Esto no quiere decir que deje de cuidarse la imagen a través del vestuario, la escenografía, las expresiones danzarias, pero siempre como elementos que complementan nuestra proyección musical.
¿Y no será que lo juglaresco estaba más enfocado a un repertorio muy específico y, por tanto, limitado? En efecto, cuando nos dedicábamos a lo juglaresco hacíamos más bien música medieval, música más simple, sin grandes elaboraciones y requerimientos técnicos, para que la música estuviera al servicio del teatro.
¿Qué interrelación ha mantenido el grupo entre musicología e interpretación, específicamente, en lo referente a la obra de Esteban Salas? Nosotros casi desde el inicio tuvimos una relación muy estrecha con la musicóloga Miriam Escudero, lo cual ha hecho muy rico el trabajo de investigación sobre la música barroca cubana, pues ella es la que encabeza los más recientes estudios sobre los repertorios del siglo XVIII en nuestro país. Miriam investiga acerca de las partituras, hace su transcripción y nosotros las interpretamos, de ahí que sea un trabajo que se nutre mutuamente, lo que nos convierte en un equipo de trabajo muy sólido. Esa interrelación redunda en las grabaciones, la elección del repertorio de acuerdo con su función litúrgica…
Así, hemos armonizado la publicación de la colección
Música Sacra de Cuba, siglo XVIII, a cargo de Miriam, con la grabación de discos que resumen cada uno de los temas abordados por Esteban Salas: villancicos y cantadas de Navidad, repertorio mariano, obras de semana santa y fieles difuntos...
Más allá de su tendencia historicista, ¿es posible que Ars Longa abra su espectro hacia la interpretación de obras neohistoricistas como es el caso en Cuba de la música de Julián Orbón?Ars Longa no lo ha hecho nunca, realmente. Pero yo siempre he dicho que, si no hubiera hecho música antigua, me habría dedicado a la música contemporánea —o sea, a la del siglo XX— pues se trata de repertorios que tienen muchos puntos en común.
Dentro del movimiento de la música antigua conozco grupos europeos que alternan entre ambas tendencias; concretamente recuerdo el cuarteto Flauta Dulce, de Austria, que alterna su repertorio de música antigua con la interpretación de obras contemporáneas utilizando instrumentos históricos.
Incluso existe el caso de mezcla de géneros, como es la propuesta de unos amigos que han fusionado obras italianas con tangos argentinos, apoyándose en los elementos culturales comunes a ambos países.
En Cuba tenemos el caso de Julián Orbón, compositor contemporáneo que escribió obras para instrumentos históricos como el clavecín e hizo apropiaciones como
Las cantigas del rey. Nosotros estamos abiertos a proyectos de este tipo, pues con la misma curiosidad conque nos acercamos a las partituras antiguas, me encantaría saber qué escribieron estos compositores contemporáneos, muchas veces conocedores de las técnicas y posibilidades de la interpretación histórica de la música antigua.
Además del Centro Internacional de los Caminos del Barroco, ¿con qué otros circuitos de la llamada música antigua Ars Longa ha establecido —o le gustaría establecer— una relación de intercambio? Nosotros entramos al circuito mundial de la música antigua a través de la relación de colaboración establecida desde 1999 entre la Oficina del Historiador y el Centro Internacional de los Caminos del Barroco (
Le Couvent), radicado en Francia. Y este año en curso, por cuarta vez consecutiva participaremos en el Mes Nacional del Barroco Latinoamericano, evento que promueve esa institución francesa.
Además de propiciar giras de concierto,
Le Couvent posee un sello discográfico —K617— cuyo interés primordial es el repertorio del barroco latinoamericano. Sus grabaciones, distribuidas por Harmonia Mundi, son colocadas en el mercado discográfico de más de cuarenta países. Eso ha hecho que Ars Longa y la más antigua música cubana se hayan dado a conocer en el mundo, pues nuestros discos han tenido una repercusión inmediata en la crítica especializada de prestigiosas publicaciones de Inglaterra, España, Estados Unidos…
La participación en festivales internacionales es otro medio que propicia intercambio y difusión. Por ejemplo, en 2002, en el Festival de Brezice, Eslovenia, conocimos a Walter Reiter y Linda Perillo, dos figuras de renombre en el ámbito de la música antigua de Inglaterra. Este encuentro derivó en que vinieran a La Habana para participar en el Segundo Festival de Música Antigua Esteban Salas, celebrado en febrero pasado, y que posteriormente —durante la primavera— ofrecieran clases magistrales de canto y violín en Inglaterra a algunos integrantes de Ars Longa.
Aunque hemos estado en España, me gustaría que pudiéramos insertarnos alguna vez en el circuito de Jordi Savall, en su festival y sus cursos de verano, que tanto bien harían a los músicos del grupo. Por otra parte, el reciente encuentro en La Habana con el director Claudio Abbado fue el motivo de nuestra próxima gira a Italia. Este gran músico y director de orquesta dirige el Festival Gesualdo, llamado así en honor a un importante compositor italiano del siglo XVI, y nos ha invitado a recorrer importantes ciudades de Italia, donde compartiremos juntos presentaciones en conciertos, además de alternar con especialistas en la música italiana del Renacimiento, específicamente en el repertorio de Luca Marenzio.
¿Pudieras darme más detalles sobre el encuentro con Abbado en La Habana?Invitados por el Ministerio de Cultura y la Facultad de Música del Instituto Superior de Arte, participamos en la ceremonia de entrega a Abbado del título Doctor
Honoris Causa. Realmente, nos sorprendió en aquel encuentro su interés inmediato por nuestro trabajo. Apenas concluyó el acto se acercó para invitarnos al Festival Gesualdo.
Para esta ocasión, Abbado nos ha pedido un programa integrado por obras de Monteverdi, Marenzio y Gesualdo, que alternaremos en su segunda parte con obras del Cancionero Musical de Gaspar Fernandes, lo más representativo del renacimiento musical en el Nuevo Mundo.
Precisamente con ese más reciente disco, Ars Longa acaba de obtener por cuarto año consecutivo el premio Cubadisco en la categoría de música de cámara ¿Cómo explicas esa cosecha ininterrumpida de lauros?En Cuba la música de cámara ha tenido un gran desarrollo, ya que muchos profesores e integrantes de la Orquesta Sinfónica Nacional forman parte de dúos, cuartetos y otras agrupaciones de cámara muy respetables.
Con fines de concurso, a nuestra obra se le considera dentro de la modalidad de música de cámara, y realmente varios de esos premios han sido para nosotros una sorpresa pues hemos competido con agrupaciones destacadísimas como el Dúo Promúsica o la Camerata Romeu, que han presentado trabajos igualmente merecedores de premios.
Lo más interesante, quizás, es que cuando nos otorgaron el Gran Premio Cubadisco 2003, el jurado tuvo en cuenta el creciente peso que ya tiene la música clásica en este evento discográfico. Ojalá, y en un futuro no muy lejano, llegue el momento en que sea incluida la categoría de Música Antigua. Significaría que habrían muchos más grupos como Ars Longa concursando en esa importante fiesta de la música cubana.
¿Crees que Ars Longa ya ha alcanzado la madurez artística? Yo creo que el grupo esta aún en etapa de crecimiento; yo te diría, incluso, que es un grupo todavía joven. No podemos hablar de una madurez consolidada; sin embargo, se han logrado determinados cimientos que permiten hablar de equipo de trabajo, de un sello propio... Todavía nos falta mucho por aprender, mucho repertorio que interpretar; todavía sentimos curiosidad por descubrir; aún trabajamos para lograr una proyección artística más consolidada.
¿Qué repertorios te parecen imprescindibles para lograr la madurez artística?En los Festivales de Música Antigua Esteban Salas cada vez nos proponemos retos mayores, como lo fue más recientemente el
Oratorio Sacro a la Pasión de Cristo Nuestro Señor, del valenciano Antonio Teodoro Ortells.
Cada vez los conciertos de música instrumental se presentan con repertorios de mayor dificultad. Y los solistas de Ars Longa se han crecido, al punto de poder asumir personajes y arias de la
Pasión según San Juan de Johann Sebastian Bach, compartiendo el escenario con Maria Felicia Pérez y el Coro Exaudi, así como con destacados intérpretes internacionales de este complejo repertorio en idioma alemán.
Quizás la meta más alta, que ahora pretendemos alcanzar, es la puesta de una ópera barroca con todos los requerimientos musicales, dramatúrgicos y escénicos.
Además de su labor artística, Ars Longa ha hecho trabajo comunitario con los niños de la Habana Vieja. Recuerdo aquel concierto con obras del Llibre Vermell
de Montserrat o el más reciente concierto Pequeñas Huellas
en el Festival de Música Antigua Esteban Salas. ¿Qué tiene previsto Ars Longa para multiplicar el amor por la música antigua en un futuro cercano? Ars Longa tiene muchos sueños en ese sentido, lo que pasa es que la dinámica de trabajo no nos deja tiempo suficiente para dedicarnos más al trabajo comunitario y pedagógico.
No obstante, en 2000 se fundó la coral infantil Cantus Firmus, y este proyecto se ha mantenido latente. Así, en el pasado Festival de Música Antigua, ese coro aficionado de niños de la Habana Vieja compartió un trabajo sobre música del barroco americano con estudiantes del conservatorio Manuel Saumell, que quizás pronto se materialice en un disco.
Otro camino fue el iniciado con las Jornadas de Música Antigua Esteban Salas —luego Festivales—, durante los cuales se prevé la realización de talleres sobre técnicas de ejecución de instrumentos históricos como el clavecín, el violín barroco, de cuerdas pulsadas (laúd, tiorba, guitarra)…, impartidos por profesores de reconocimiento internacional y que luego siguen supervisando los músicos de Ars Longa.
Yo quisiera extender nuestra proyección pedagógica aún más hacia la enseñanza de instrumentos como la flauta dulce. Y en esa dirección, mi más preciado sueño sería llegar a fundar una academia especializada en música antigua para los niños interesados en acercarse a los instrumentos históricos.
Pero Ars Longa está todavía en el momento de aprender, y pienso que ya llegará el momento de enseñar y de desbordar todo el caudal de conocimientos que hemos ido adquiriendo a lo largo de estos diez años de fundado el grupo.