Con las palabras de bienvenida y la lectura del acta del jurado, Alejandro G. Alonso, director del Museo Nacional de la Cerámica, dejó inaugurado esta mañana en el Convento de San Francisco de Asís La Vasija, evento convocado por el Museo Nacional de la Cerámica, el Consejo Nacional de las Artes Plásticas y la Oficina el Historiador de la Ciudad de La Habana.
Asimismo, quedó abierta en el Salón Blanco del antiguo convento, la exposición integrada por las obras concursantes, muestra que ofrece la posibilidad de apreciar el quehacer de los ceramistas en las categorías: vasija, conjunto de vasijas, instalación a base de vasijas y paneles de azulejos.
Según Alonso, en la presente edición La Vasija «ha sido concebida de manera que, además de las obras aisladas en concurso, se abre la oportunidad de apreciar –a partir de su actual concepción museológica y museográfica– un espectro más amplio y abarcador de la creación cerámica cubana, siempre dentro de los rubros convocados. De esta manera, a lo presentado se incorporarán verdaderas muestras personales, importantes instalaciones, así como la demostración didáctica de los distintos pasos necesarios para que un artista de experiencia complete su trabajo en el taller personal o el modo en que, en un hipotético puesto de ventas, se despliegan las obras generadas por el talento de algún autor. Se trata, sobre todo, de presentar las intervenciones de los ceramistas para que –dentro de lo posible– se alcance una proyección más fuerte y completa del quehacer creativo en este campo.
Como de costumbre, se ha programado un ciclo de conferencias a cargo de especialistas, incluido Carlos Puyalena, ganador de premios en anteriores eventos, un verdadero experto en la decoración a la mayólica –dentro del estilo neoflorentino– de vasijas de distinto tipo, quien como heredero familiar de una larga tradición alfarera, ofrecerá el fruto de su más reciente investigación».
Acta del juradoEl 4 de junio del 2007 sesionó el jurado del evento La Vasija, en el Salón Blanco del Convento de San Francisco de Asís, para proceder a la selección de las obras que merecen formar parte de la muestra; así como aquellas cuyo nivel cualitativo las hacen acreedoras a premios o menciones.
El jurado estuvo integrado –en orden alfabético– por Alejandro G. Alonso (en sustitución del artista gráfico, pintor y ceramista Manuel Hernández), Yuleina Barredo (periodista de la Televisión Cubana especializada en artes visuales), Glaucia Basulto (diseñadora industrial y ceramista), Flora Fong (pintora y docente) y Lesbia Méndez (directora del Centro Hispanoamericano de Cultura).
La decisión de este tribunal fue seleccionar para integrar la muestra 54 obras de 47 artistas entre 70 piezas de 63 autores. Las razones que apoyan el criterio de no exhibición, obedecen a los siguientes argumentos:
Primero: No adaptación de lo realizado al tema, exigencia
sine qua non que motivara la convocatoria; por lo cual se le recomendó a sus autores que presentaran nuevamente sus obras el próximo año, pues son trabajos que se adaptan mejor a la Bienal prevista para esculturas e instalaciones de tema libre.
Segundo: Cuestiones de carácter técnico o la no observancia de los requerimientos establecidos en la convocatoria.
Tercero: Insuficiencias en la expresión formal del concepto o ausencia de una apreciable proyección estética.
El jurado acordó conceder las siguientes distinciones:
Premio Opera Prima para la obra
Vida, de Ismary González, por la interesante materialización de un planteamiento de carácter experimental que va, desde lo corpóreo de un recipiente a la caleidoscópica imagen científica.
Premio Especial:
Nueva historia para Mamá Inés, de Pedro Pablo Oliva, por el excelente oficio demostrado al trasladar al mundo tridimensional, su bien definido lenguaje pictórico, según singular demostración de coherencia entre técnica y el imaginativo discurso formulado.
PANELES
Menciones para los trabajos de Luis Rodríguez Noa (NOA), Oscar Rodríguez Lasseria y Fernando Velázquez Torres.
Premio:
Convivencia, de Jorge Jacas, quien en superficies obtenidas a partir del mosaico cerámico, consigue un magnífico juego de factores de diversa densidad superficial y considerable eficacia plástica.
VASIJAS
Mención para Fernando Gutiérrez Amat.
Premio:
Belle époque, de Gilberto Gutiérrez Amat, por la feliz alternancia de masa y vacío en una vasija de muy feliz diseño. Él concreta eficazmente esa especie de metáfora sensual dentro del marco del muy estilizado contenedor.
CONJUNTO DE VASIJAS
Premio:
Vacío compartido, de Pedro Cantero, quien en un conjunto de dos vasijas da señales inequívocas del orgánico uso del medio que lo define, a través de orgánicas formas y exquisito acabado.
INSTALACIONES
Mención para Javier Martínez.
Segundo premio ex aequo:
Estilo propio, de Osmany Betancourt, por ser pieza representativa de la acostumbrada excelencia del autor en el manejo de los volúmenes y el lugar que ocupan en el espacio; su especial sentido crítico y una matizada gracia popular le otorgan incentivos adicionales a un logrado trabajo plástico.
Segundo premio ex aequo:
Vasija real, de Carlos Enrique Prado, por emitir inequívocas señales del talento que lo distingue, por medio de una fuerte relación entre componentes cerámicos reciclados y elementos concebidos especialmente para su obra. Él explaya aquí una concepción calificable –en el mejor sentido– de escenográfica, para el logro de una impresionante y mordaz puesta en escena.
Primer premio ex aequo:
Paradoja, de Ángel Rogelio Oliva, que en admirable materialización plástica, ofrece lecciones de oficio y densidad conceptual sirviéndose de la elipsis suprema y la absoluta economía de recursos propios del gran arte. Trasmite así muy serias reflexiones en torno a graves temas del momento tales como la desertificación y la pérdida del medio natural.
Primer premio ex aequo:
¿Donde está la orilla? de Judith Valdés, quien hace gala de un magnífico acabado y el cuidado de cada detalle en la ejecución de los diversos elementos constitutivos de la obra; ella expresa admirablemente su personal acercamiento a circunstancias de poético aliento y mágico clima surrealizante.
El jurado, por último, desea reconocer la presencia de un notable número de creadores que, al escoger el medio cerámico y un tema de tradicionales connotaciones como la vasija, transitan vías de alto nivel expresivo para hacerlo formar parte inseparable –y a un muy buen nivel– del activo panorama de las artes plásticas nacionales de hoy.
Alejandro G. Alonso, Glaucia Basalto, Yuleina Barredo, Flora Fong y Lesbia Méndez