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Desde:
2005-03-14
Hasta:
2005-03-21
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Inauguran Casa Víctor Hugo en el Centro Histórico
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La tarde del miércoles 16 quedó inaugurada en O'Reilly, n° 311, la Casa Víctor Hugo, centro promotor de la vida y obra del reconocido escritor y de la cultura francesa en Cuba.
Por : Karín Morejón Nellar .
... ampliar en este Semanario
( Leer esta información en: sitio web opushabana )
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La Habana en Rafael Alberti
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Considerado el poeta español de la generación del 27 con más prolongada e intensa vinculación con Cuba, se le evoca ahora como parte de esta Isla que, ya en su primer libro, le hizo versificar: «De mi ventana huye el barco/ venido ayer de La Habana/ ¡saltemos del lecho al barco,/ lucera de la mañana!»
Por : Tomado de Opus Habana, Vol. VI, No. 1, 2002, pp. 4-15. .
( Leer esta información en: sitio web opushabana )
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Los olvidados
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Catalogado con el título de Diáspora, este poco conocido óleo del gran pintor cubano Víctor Manuel rememora la agonía vivida por los pasajeros judíos del buque Saint Louis frente al litoral habanero.
Por : Tomado de Opus Habana, Vol. VII, No. 1, 2003, pp.52-55. .
( Leer esta información en: sitio web opushabana )
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El diretivo
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La referencia al tema político, también hubo de realizarla Roig mediante la definición de «tipos» sociales de entonces como El diretivo, español llegado a Cuba en busca de trabajo y fortuna.
Por : Emilio Roig de Leuchsenring Historiador de la Ciudad desde 1935 hasta su deceso en 1964. .
( Leer esta información en: sitio web opushabana )
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Inauguran Casa Víctor Hugo en el Centro Histórico
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Punto de encuentro y puente entre las culturas cubana y francesa, esta institución se inserta en el sistema cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad.
{mosimage}En O'Reilly 311 –a poco metros de la Plaza de la Catedral–, quedó inaugurada el pasado miércoles 16 la Casa Víctor Hugo, que promoverá el desarrollo de la cultura francesa en la Isla, además de rendir homenaje al ilustre poeta, novelista, dramaturgo y crítico cuyas obras constituyeron un gran impulso al romanticismo literario.
«Nace esta Casa como una institución del sistema cultural de la Oficina del Historiador, que trabajará todo el tiempo para que su biblioteca de la francofonía y su espacio –creado para ello– contribuyan al acercamiento entre Francia y Cuba», expresó el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, durante la ceremonia de apertura.
Una biblioteca, salas de conferencias, aulas dedicadas a la enseñanza de la lengua francesa y un salón de proyecciones han sido habilitados en la recién restaurada edificación de estilo neoclásico, que data de mediados del siglo XIX, y que tuvo entre sus propietarios a la familia de Felipe Poey, uno de los más ilustres científicos cubanos.
Entre los objetos que conforman la muestra permanente de la Casa se halla una reproducción de la mascarilla mortuoria de Hugo, expuesta en la sala donde se exhibirá, además, la bandera entregada a lesta entidad por el Senado francés.
Justamente, la arquitectura bancaria de ese espacio, y el hallazgo durante las labores de restauración de una caja fuerte, revelan –aunque no se especifica en los documentos– el posible uso del inmueble, entre 1861 y {mosimage}1886, como sede de la Caja de Ahorro, Descuentos y Depósitos de La Habana, pues su director, don Carlos del Castillo y Loyzaga, aparece entre los dueños que tuvo la vivienda.
Complementan la muestra permanente, objetos asociados a la farmacia y la medicina francesa, como frascos, un urómetro, además de fragmentos de las primeras sondas de caucho fabricadas en Francia, todos hallados por especialistas del Gabinete de Arqueología (Oficina del Historiador). También se encontraron el aljibe, pinturas murales y fragmentos de azulejos catalanes (XVIII) y valencianos (siglo XIX) que, en alguna etapa, decoraron la edificación.
Los festejos por la apertura de la Casa Víctor Hugo en los predios del Centro Histórico, han incluido un variado programa que –organizado por la Oficina del Historiador de la Ciudad y la Asociación Cuba Cooperación– se extenderá hasta el sábado 19 de marzo.
Exposiciones, conferencias, conciertos, proyección de documentales y filmes franceses; la premiación de un concurso infantil de artes plásticas a partir del cuento «La epopeya del león», del literato francés, así como la colocación de una ofrenda floral en El Templete ante los restos del pintor francés Juan Bautista Vermay, han sido algunas de las actividades realizadas.
En el afán de homenajear la memoria de Víctor Hugo, hace poco más de medio siglo, cuando se cumplió el 150 aniversario de su natalicio, el primer Historiador de la Ciudad de La Habana, Emilio Roig de Leuchsenring, hizo colocar un busto del insigne escritor en el parque sito entre las calles 19, 21, H e I, en El Vedado.
«Genio de Francia y de las letras universales, defensor incansable de los pobres y los oprimidos de la tierra, a quien, en el cincuentenario de su muerte, ofrendó el pueblo de Cuba este monumento, como perenne testimonio de imperecedera gratitud, por haber {mosimage}sido, durante las luchas cubanas por la independencia, vocero de nuestros dolores y paladín de nuestras libertades», puede leerse en la tarja del monumento, esculpido por el artista Juan José Sicre.
De esta manera quedaba perpetuado en suelo cubano el reconocimiento al escritor francés, defensor de los que combatían por la libertad de sus patrias y que, en varias ocasiones, se había pronunciado a favor de los cubanos que luchaban por la independencia de la Isla.
Así, en carta que envía a las mujeres cubanas exiliadas en Norteamérica, en respuesta a la petición de ellas de unas palabras de solidaridad para con el pueblo que, el 10 de octubre de 1868, había proclamado su derecho a la abolición de la esclavitud, Víctor Hugo escribe:
«Mujeres de Cuba, comprendo vuestro quejido. ¡Oh!, desesperadas vosotras os dirigís a mí. Fugitivas, mártires, viudas, huérfanas, demandáis socorro de un vencido. Proscritas, vosotras os tornáis hacia un proscrito; las que no tienen hogar llaman en su ayuda a quien no tiene patria. Ciertamente, estamos demasiado agobiados; vosotras no tenéis más que vuestra voz, y yo no tengo más que la mía; vuestra voz gime, la mía advierte. Estos dos hábitos, en vosotras el sollozo, en mí el consejo, he ahí todo los que nos queda. ¿Qué somos? ¿La flaqueza? No; nosotros somos la fuerza. Porque vosotras sois el derecho y yo la conciencia».
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