Hoy viernes 27, horas antes de inaugurarse la Décima Bienal de La Habana, el Museo de la Cerámica Contemporánea Cubana puso a disposición del público la exposición «Contención», del artista Rafael Miranda San Juan. Con una propuesta a base de esculturas de barro que tienen insertadas urnas con órganos humanos en conservación, Miranda pretende llamar la atención hacia el concepto de lo efímero —a través de piezas que sufrirán los embates del tiempo— y a la pretensión del género a perpetuarse. Lección polisémica del ser y su existir, del tiempo y sus trampas, esta muestra se presentará también en la Escuela de Bellas Artes de San Alejandro.
 De sitio ideal para la celebración de la Décima Bienal calificó a La Habana Vieja el presidente del Consejo Nacional de las Artes Plásticas y director del Comité Organizador del magno evento, Rubén del Valle. En conferencia de prensa, celebrada este jueves 19 en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, se conoció que el Centro Histórico es uno de los principales circuitos expositivos y teóricos de esta edición que, con la asistencia de alrededor de 300 artistas de más de 54 países y bajo el lema «Integración y resistencia en la era global», celebra sus 25 años de existencia además de la reapertura, tras su remodelación, de la sede del Centro Lam.
Una suerte de recorrido histórico arquitectónico por una de las casas más relevantes de la Habana intramural ubicada en Obispo 117-119, realizó el investigador Daniel Vasconcelos Portuondo durante una conferencia impartida el 18 de marzo en el propio inmueble, hoy Museo de la Pintura Mural. Según el investigador, desde sus orígenes en el siglo XVI tuvo una primaria estructura edilicia de una sola planta, y fue propiedad de los herederos de Antón Recio, una de las familias más acaudaladas de la ciudad. En la actualidad es la pintura mural uno de los mayores atractivos de esta edificación, con destaque para los bocetos utilizados en la película Cecilia (1981) de Humberto Solas.
«Certificados de plata» es el título de la muestra abierta el miércoles 18 de marzo en el Centro de Información Bancaria y Económica, a propósito de cumplirse 75 años de la circulación de estos billetes. Justo el 22 de marzo de 1934, el gobierno republicano dictó el decreto-ley número 93, para la acuñación de 10 millones de discos de plata de un peso y la impresión de igual suma en billetes Certificados de Plata, cuya emisión estaría garantizada por la mencionada moneda. Según la ley, los nuevos billetes se imprimirían en Washington con los mismos requisitos que los norteamericanos, es decir, que la moneda fiduciaria también se asimilaría al papel moneda de Estados Unidos.