Realzada con efectos de luz y sonido, una monumental maqueta reproduce fielmente el Centro Histórico y la obra de restauración que aquí se desarrolla.
Para reproducir los edificios, se utilizaron los planos de levantamiento de fachadas, plantas y fotos, incluso de aquellos que se encontraban en etapa de proyecto.

 El l6 de noviembre de 1999, con ocasión del 480 Aniversario de la Fundación de la Ciudad y la IX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, la calle Mercaderes cambió de dimensión al ser inaugurada la maqueta del Centro Histórico.
Con ocho paneles (de l6 m2 cada uno), la maqueta requirió unos tres años de trabajo y representa un área de 2,l4 km2 y aproximadamente 3 500 edificios en escala l: l500.
Para reproducir los edificios, se utilizaron los planos de levantamiento de fachadas, plantas y fotos, incluso de aquellos que se encontraban en etapa de proyecto. Se prevé una actualización constante, de modo que la maqueta sea un reflejo permanente de la realidad del trabajo de restauración en el Centro Histórico.
El arquitecto Orlando Martorell, quien junto a su familia creó esta obra, logró captar la magia de la ciudad para permitirnos la maravilla de apreciar La Habana de una sola ojeada.

EL EDIFICIO
Debido a su volumen y dimensiones (32 m2), fue necesario buscar entre los edificios del Centro Histórico un espacio en planta baja que permitiera albergar esta maqueta; finalmente, el sitio elegido fue el antiguo almacén de la farmacia Taquechel.
En la primera visita al lugar, este inmueble –sin más valores que su estructura y su integración al entorno– mostró al grupo de trabajo de la Dirección de Arquitectura Patrimonial los valores que regirían la intervención: las grandes vigas metálicas, la estructura noble y las pequeñas aberturas en la cubierta a modo de lucernarias.
El análisis del edificio y de las funciones vinculadas a la actividad expositiva, permitió elaborar el programa de proyecto. Se concibieron junto a la maqueta áreas de exposición, tienda de souvenirs, café, servicios sanitarios y un pequeño cine de 32 capacidades. Está concebida, además, un área para observar la maqueta desde lo alto.

El PROYECTO
Uno de los objetivos principales era que la maqueta no resultara un objeto frío, limitado a la información recogida en sí misma. Se tenía una idea mucho más  ambiciosa, por lo que se pensó en un sistema de sonido, luces y proyecciones que, complementado con las áreas de exposición y la venta de publicaciones, permitiera al visitante tener una idea global de la actividad del Centro Histórico, la historia de la ciudad y el destino de la misma.
De ahí también la escala l: l500 utilizada, que permite tener en detalle una imagen de cada edificio, calle, plazas... La maqueta facilita además el estudio del Centro Histórico desde el punto de vista de las nuevas inserciones, el urbanismo, los estudios de la zona y otros objetivos didácticos.
La Habana Vieja encierra el misterio de las luces y las sombras, que se revela en cada salida y puesta del sol, y que transforma parques, plazas, callejuelas y paseos. Ahora este encanto se repite ante los ojos de los visitantes de la maqueta gracias al sistema de iluminación colocado para simular la noche y el día. Ese sistema, suministrado por la empresa italiana Gamma Export, integrará sonido e imágenes al ciclo que, tal y como fue concebido, permitirá vivir plenamente, aunque a otra escala, la vieja ciudad.
El Cinematógrafo Lumiére, por otra parte, permitirá al visitante complementar su visión de la ciudad al exhibir películas que muestran y recrean imágenes de La Habana antigua. En este lugar se imparten conferencias temáticas o especializadas en temas de arquitectura y restauración, además de otros de interés general para quienes se preocupan por el destino del Centro Histórico y de la ciudad en general.
Aunque ya una parte del edificio ha sido inaugurada y funciona bajo la égida de la Dirección de Patrimonio (Oficina del Historiador), aún se trabaja para concluir el resto de las oficinas que ocupan la planta alta del inmueble y que pertenecen a la Dirección de Arquitectura Patrimonial, así como el Centro de Información con archivo de planos y fotografías, especializado en temas de restauración, arquitectura y diseño en general, y la biblioteca de arquitectura, lugar de consulta para arquitectos, ingenieros, historiadores y  estudiosos que visiten el Centro Histórico en búsqueda de información.
La intervención en el interior del edificio se basó en el reciclaje de los elementos existentes de mayor fuerza expresiva, que lo identificaban con la tipología de almacenes. De este modo se asimilaron vigas y estructuras metálicas, y se proyectaron cierres ligeros y transparentes que respetasen la estructura original. El ambiente recrea la presencia de la ciudad en el cine, lo cual se complementa con la colocación de pósters de clásicos de la cinematografía cubana o inspirados en el tema. El doble vestíbulo es otro elemento utilizado para conseguir esta relación. En el segundo de éstos, el puntal desciende para adecuarse a la escala utilizando elementos ligeros que se asocian al tema. En torno a la maqueta se funden el mar y el cielo creando el ambiente adecuado para el espectáculo de imágenes y sonido.
Exteriormente, la fachada fue totalmente transformada: la expresión original del edificio aún puede leerse en el cuerpo alto del volumen de la derecha que descansa sobre la nueva edificación. El proyecto pretendió realizar una intervención que, siendo contemporánea y acorde con su nueva función, no rompiera la continuidad visual de la línea de fachada en esta zona, tan rica y compleja.
El doble vestíbulo es otro elemento utilizado para conseguir esta relación. En el segundo de éstos, el puntal desciende para adecuarse a la escala utilizando elementos ligeros que se asocian al tema. En torno a la maqueta se funden el mar y el cielo creando el ambiente adecuado para el espectáculo de imágenes y sonido.
A la fachada se integra un elemento escultórico ejecutado en alambrón por el escultor Luis Pérez y diseñado por el D.I. Pedro Luis Días Rodríguez. La obra civil fue ejecutada por la Empresa de Restauración de Monumentos (Oficina del Historiador) y la inversión estuvo a cargo de las ingenieras Niurka Bacallao y Ana luisa Pacheco.
El espectáculo de la ciudad es siempre sorprendente y la maqueta nos permitirá repetir el sueño de una puesta de sol que se funde con las luces de las farolas y vivir, por unos instantes, el ambiente de los atardeceres.

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