En el patio del Museo de Arte Colonial se pueden apreciar desde la tarde del 16 de marzo obras elaboradas por el escultor Aramís Justiz en mármol, bronce, chapa de hierro y piedra de capellanía. Hasta fines del mes siguiente podrá visitarse «En movimiento», título de esta muestra de esculturas dinámicas, semi-abstractas y a la vez figurativas.
Diferentes formatos y soportes reafirman que Aramís Justiz domina los materiales primarios de sus futuras piezas, ya sea la piedra, el bronce y el mármol. Materiales que con pericia y práctica el escultor les otorga una nueva figuración: la artística
Al igual que la naturaleza esculpe las conchas de los moluscos, Aramís Justiz (La Habana, 1964) crea sus piezas escultóricas de pequeño formato, capaces de reproducir la belleza misteriosa de las formas simples con la sabiduría de un «phyllosofo», o sea, del coleccionista de «phyllos», la más espectacular caracola marina.
Nunca olvidaré su exposición en Armadores de Santander junto a Cannatello, el importante fotógrafo italiano que nos visitara hace ya algún tiempo: a las imágenes de las bailarinas impúberes que recordaban a las «lolitas» de Balthus se contraponían las esculturas de este joven artista cubano, como significando el mundo interior de las fotografiadas en el universo tridimensional.
Sencillo y noble en el trato, Aramís canaliza su timidez a través de sus obras que con títulos como Discurso de Eva y Guerrera terminan dando paso a la abstracción como todo arte que busca ir más allá de la realidad. Bronce, mármol, piedra, hierro... son los materiales que trabaja, pero también pudiera valerse del nácar para intentar hacer lo que Dios hace con las casas de esas criaturas que viven en el fondo del mar.
(Palabras al catálogo de la exposición «En movimiento», del escultor Aramís Justiz, inaugurada el 16 de marzo de 2006)
Nunca olvidaré su exposición en Armadores de Santander junto a Cannatello, el importante fotógrafo italiano que nos visitara hace ya algún tiempo: a las imágenes de las bailarinas impúberes que recordaban a las «lolitas» de Balthus se contraponían las esculturas de este joven artista cubano, como significando el mundo interior de las fotografiadas en el universo tridimensional.
Sencillo y noble en el trato, Aramís canaliza su timidez a través de sus obras que con títulos como Discurso de Eva y Guerrera terminan dando paso a la abstracción como todo arte que busca ir más allá de la realidad. Bronce, mármol, piedra, hierro... son los materiales que trabaja, pero también pudiera valerse del nácar para intentar hacer lo que Dios hace con las casas de esas criaturas que viven en el fondo del mar.
De izquierda a derecha: Guerrera. Piedra y plancha de hierro patinado (29 x 22 x 14 cm); Dualidad. Mármol de Carrara (33 x 30 x 19 cm); Discurso de Eva. Bronce y aluminio patinado (40 x 17 x 14 cm). |
(Palabras al catálogo de la exposición «En movimiento», del escultor Aramís Justiz, inaugurada el 16 de marzo de 2006)