Pintor de asuntos religiosos y retratista, Juan del Río es uno de los pocos pintores conocidos de nuestra historia colonial que inmortalizó en el lienzo a capitanes generales, regidores, alcaldes y nobles.Por su propio esfuerzo y vocación pictórica, Juan del Río se convirtió en un artista de renombre que legó no pocas obras apreciables entre las que se le atribuyen escenografías para el teatro, dibujos y óleos.
Juan del Río (1748-18..?), pintor de asuntos religiosos y retratista, es uno de los pocos pintores conocidos de nuestra historia colonial e inmortalizó a capitanes generales, regidores, alcaldes y nobles.
Junto a Juan José Nicolás de la Escalera y Vicente Escobar —de quien fue discípulo— se subordinó a las referencias del arte europeo, fundamentalmente de la pintura barroca española inspirada en la Contrarreforma.
Por su propio esfuerzo y vocación pictórica, se convirtió en un artista de renombre que legó no pocas obras apreciables, entre ellas el tal vez más hermoso rostro infantil de la pintura cubana del siglo XIX, visible en el retrato de don Luis Ignacio Caballero, Regidor Perpetuo de La Habana, y su hijo (1802), uno de sus cuadros más estudiados.
A Juan del Río se atribuyen, además, escenografías para el teatro, dibujos y óleos que se reprodujeron en grabados y litografías; por ejemplo: Nuestra Señora de Covadonga grabado por Francisco Javier Báez, y la litografía de Juan Domingo de Lequerica que representa la inauguración de la Real Casa de Beneficencia en 1794.
La colección del Museo Nacional de Bellas Artes, conserva en sus fondos el ya mencionado cuadro de don Luis Ignacio Caballero al igual que la Virgen del Rosario (óleo sobre cobre) y Nuestra Señora de las Mercedes (óleo sobre tela). El Museo de la Ciudad, antiguo Palacio de los Capitanes Generales, exhibe los retratos al óleo sobre tela de Ana Josefa de Sotolongo, segunda condesa de Macurijes, de don Ignacio Montalvo Ambulodi, primer conde de Casa Montalvo, y de los capitanes generales Luis de las Casas y Salvador del Muro y Salazar.
La inscripción «Juan del Río lo pintó», colocada al pie de sus obras, valoriza la colección, apreciada como parte de la historia del arte americano.
Juan del Río (1748-18..?), pintor de asuntos religiosos y retratista, es uno de los pocos pintores conocidos de nuestra historia colonial e inmortalizó a capitanes generales, regidores, alcaldes y nobles.Junto a Juan José Nicolás de la Escalera y Vicente Escobar —de quien fue discípulo— se subordinó a las referencias del arte europeo, fundamentalmente de la pintura barroca española inspirada en la Contrarreforma.
Por su propio esfuerzo y vocación pictórica, se convirtió en un artista de renombre que legó no pocas obras apreciables, entre ellas el tal vez más hermoso rostro infantil de la pintura cubana del siglo XIX, visible en el retrato de don Luis Ignacio Caballero, Regidor Perpetuo de La Habana, y su hijo (1802), uno de sus cuadros más estudiados.
A Juan del Río se atribuyen, además, escenografías para el teatro, dibujos y óleos que se reprodujeron en grabados y litografías; por ejemplo: Nuestra Señora de Covadonga grabado por Francisco Javier Báez, y la litografía de Juan Domingo de Lequerica que representa la inauguración de la Real Casa de Beneficencia en 1794.
La colección del Museo Nacional de Bellas Artes, conserva en sus fondos el ya mencionado cuadro de don Luis Ignacio Caballero al igual que la Virgen del Rosario (óleo sobre cobre) y Nuestra Señora de las Mercedes (óleo sobre tela). El Museo de la Ciudad, antiguo Palacio de los Capitanes Generales, exhibe los retratos al óleo sobre tela de Ana Josefa de Sotolongo, segunda condesa de Macurijes, de don Ignacio Montalvo Ambulodi, primer conde de Casa Montalvo, y de los capitanes generales Luis de las Casas y Salvador del Muro y Salazar. La inscripción «Juan del Río lo pintó», colocada al pie de sus obras, valoriza la colección, apreciada como parte de la historia del arte americano.