Dirigido por el pianista Ulises Hernández, el Lyceum Mozartiano de La Habana, con sede en el Oratorio de San Felipe Neri, tiene ya dos años de creado.

Uno de los principios es el que la orquesta sea para los estudiantes y dirigida por ellos; además de que no se convierta en una agrupación con un solo programa determinado.

Director del Lyceum Mozartiano de La Habana, el Maestro Ulises Hernández obtuvo el Gran Premio Cubadisco 2008 con el DVD Mozart en La Habana.

Con un concierto de gala en la Plaza de la Catedral el viernes 25 de febrero, se celebró el segundo aniversario de la creación del Lyceum Mozartiano de La Habana que, con sede en el Oratorio de San Felipe Neri, dirige el pianista Ulises Hernández.

¿Cuándo, por qué y para qué surge en Cuba esta orquesta-escuela?


Desde 2008 se venía gestando, pero realmente fue el 27 de enero de 2009 que fundamos la orquesta junto con el Lyceum Mozartiano de La Habana. Su propósito es, sobre todo, formativo, de manera que viene a ser una asignatura dentro del currículo de los instrumentistas que estudian en el Instituto Superior de Arte (ISA), aunque también invitamos a alumnos de años terminales del nivel medio.
El principal objetivo es elevar el rigor, el conocimiento y la preparación en materia de la práctica de atril sinfónico, es decir, del músico de orquesta sinfónica. Por eso aspiramos a que sea dirigida por los propios alumnos. En la actualidad, esta labor está a cargo de directores y profesores enviados por la Universidad Mozarteum de Salzburgo, ya que son ellos los responsables de este proyecto formativo.

¿Cómo se ha insertado el Lyceum Mozarteum en el Programa Cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad?

El  apoyo a este proyecto por parte del Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, ha sido definitorio para que la orquesta tenga el nivel actual, pues se necesita una serie de requerimientos, que incluyen la acústica y el acondicionamiento climático, además del espacio en sí.
Dar respuesta a las necesidades de un grupo que oscila entre 40 y 70 jóvenes y adolescentes, no hubiera sido posible sin este apoyo.
Con el concierto en La Plaza de la Catedral, sentimos la seguridad de haber aportado un granito de arena en la vida espiritual de los cientos de personas que, durante hora y media, disfrutaron la música que interpretamos en completo silencio. Esto nos hizo sentir que estábamos cumpliendo con una importante tarea dentro del Programa Cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad.

¿Cuál es la metodología para el aprendizaje del trabajo sinfónico?


El trabajo de la orquesta está diseñado por los maestros que vienen de Salzburgo, principalmente Jorge Rotter, quien ha sido rector de esta labor, y ha dispuesto metodológicamente qué hacer. Por supuesto, se trabaja un repertorio formativo que sienta las bases para el futuro de la orquesta y que parte de lo más elemental hasta lo más complejo.
Uno de los principios es el que la orquesta sea para los estudiantes y dirigida por ellos; además de que no se convierta en una agrupación con un solo programa determinado.

Y para usted, pianista de formación, ¿qué retos le impone estar al frente de este proyecto?

Yo me alimento mucho musicalmente y, desde el punto de vista pedagógico, también siento que crezco cuando aconsejo y oriento a más de 40 estudiantes, que se convierten en alumnos míos desde que están bajo mi responsabilidad. Pero he dejado de tocar mucho para que todo salga bien, y eso ya no es tan bueno.

La orquesta-escuela del Lyceum Mozartiano de La Habana está integrada por instrumentistas que estudian en el Instituto Superior de Arte (ISA).

¿Hay alguna relación entre la creación del Lyceum y su DVD Mozart en La Habana, Gran Premio Cubadisco 2008?

Casi te podría decir que ahí está la génesis del proyecto Lyceum Mozartiano de La Habana, porque en esa oportunidad conocí al presidente de la Fundación Mozarteum de Salzburgo, Sr. Johannes Honsig. Al estar yo tocando y grabando las sonatas de Mozart para hacer el DVD, a él se le ocurrió presentar dicho trabajo en la propia casa del genial músico austriaco, con un concierto mío que incluyó también obras de Cervantes. Mi visita a Austria sirvió para planear el desarrollo en Cuba de la música clásica y de la obra de Mozart con jóvenes talentos. Es así que surge «la Orquesta-Escuela», nombre que le damos a este proyecto.

La orquesta ha sido dirigida por prestigiosos maestros como Jorge Rotter, Ronald Zollman y Walter Reiter. ¿Hay algún otro(a) en particular que le gustaría que también lo hiciera?

Muchos son los grandes directores a los que les gusta trabajar con jóvenes. Me vienen a la memoria Claudio Adbado, Simon Rattel, Gustavo Duhamel y, partiendo de esa condición, me parece excelente compartir sus experiencias aquí en nuestra orquesta.

Las óperas son una parte importante de la producción musical de Mozart. ¿No ha pensado en alguna función con el Teatro Lírico de Cuba?

No, de momento estamos afianzando el repertorio sinfónico. Ello tomará mucho tiempo y energía.

¿Esta escuela-orquesta cuenta ya con registros fonográficos o en planes?


Ya estamos en eso. Es muy importante recoger y dejar plasmado lo que tenemos, pues como el proyecto de la orquesta es cambiante, en tanto entran y salen estudiantes, debemos recoger la sonoridad lograda, que en realidad ya resulta impresionante.

¿Cuáles son los proyectos a corto y largo plazos?

Muchos son los proyectos, pero me voy a referir a los dos más importantes: las giras que tenemos dentro del período de formación de la orquesta. La primera será por diversas universidades de Cuba, y la otra, a Salzburgo, donde nos mediremos con profesionales expertos en la música clásica. También tenemos previsto participar en festivales de jóvenes intérpretes.

 

Renata Najjar
Opus Habana
www.opushabana.cu

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