No hubo una escultura propiamente cubana en el novecento, Como apenas hubo escultores del patio y, mucho menos, escultoras. Sin embargo, gracias al arte monumentario es posible conocer hoy cómo se fue perfilando la imagen femenina a tenor con el crecimiento urbano. A esta temática esta dedicada el artículo que presentamos hoy «Mujeres de Alabastro», realizado por la Dra. en Historia del Arte y profesora de la facultad de Artes y Letras de la Universidad de la Habana. Publicado en en el no. 14 de la revista Opus Habana Vol. IV No. 3, 2000 con portada del artista Alfredo Sosabravo.