Luego de deambular por diferentes sitios de la ciudad, la fuente del dios de los mares retornó a su lugar de origen: la orilla del litoral, donde fuera erigida en 1838 con el ánimo de despedir y recibir a los marinos. Hasta ese momento, sin tridente y con sus surtido res fuera de uso, el Neptuno de La Habana se erigía en el parque Gonzalo de Quesada (Calzada, entre C y D), en el capitalino barrio del Vedado, último de los siete lugares por los cuales transitó. Este artículo fue escrito por la ingeniera civil Adriana Hernández, de la Dirección de Arquitectura Patrimonial (Oficina del Historiador), quien formó parte del equipo restaurador de la fuente de Neptuno, y fue publicado en Opus Habana Vol. I No. 4 jul.-dic. 1997 (Ernesto Racaño).

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