«Plantado en este sitio como homenaje a la ciudad de La Habana, que nació bajo una ceiba», podrá leerse en las placas colocadas al pie de los árboles que —derribados por la furia del huracán Charlie, la noche del 12 de agosto, en el oeste de la capital— han sido rescatados, sembrándolos en espacios verdes del Centro Histórico.

 En el patio central del Palacio de Lombillo conviven plantas, pajarillos y otras especies, los cuales llegan a sorprender a los visitantes, que no esperan encontrar, en el mismo centro de la Habana Vieja, un intento de retiro ecológico.