Las salas permanentes del Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa, quedaron inauguradas este martes, 9 de mayo, en el Palacio del Segundo Cabo, como parte del proyecto que desde 2010 acometió la restauración de la edificación, una de las tres más importantes de la arquitectura colonial cubana junto al Palacio de los Capitanes Generales y la Catedral de La Habana.
Según explicó Onedys Calvo, directora de la institución, se trata de un museo poco convencional en el que más que una colección de objetos, abordan procesos culturales y, particularmente, la formación de la identidad cubana en su imbricación con otras culturas a lo largo de 13 salas con temas como arquitectura, libros, un gabinete con objetos de uso cotidiano, visión del mundo de acuerdo a las más antiguas civilizaciones, un salón de viajeros, entre otras.
Las salas permanentes del Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa, quedaron inauguradas este martes, 9 de mayo, en el Palacio del Segundo Cabo, como parte del proyecto que desde 2010 acometió la restauración de la edificación, una de las tres más importantes de la arquitectura colonial cubana junto al Palacio de los Capitanes Generales y la Catedral de La Habana.
«Me alegro de que este Centro de Interpretación nos permita comprender más; alcanzar el respeto para nosotros, y alcanzar el respeto de nosotros para ellos. ¿Cómo nos vieron los viajeros?, ¿cómo nos vieron y cómo los vimos nosotros? ¡Qué fantástico el intercambio de las frutas, de los animales, de los colores! Como exclamó Bolívar en la isla de Jamaica, somos una especie de pequeño género humano», señaló el Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal Spengler, durante las palabras de apertura de uno de los proyectos de mayor envergadura realizados por la Oficina del Historiador en los años recientes.
Ante la presencia de Herman Portocarero, jefe de la Delegación de la Unión Europea en Cuba, el Historiador señaló el alto valor histórico y simbólico de abrir al público un museo como el del Palacio del Segundo Cabo. «Ahí delante de nosotros —resaltó Leal— están todos los matices de Europa y de América, y finalmente, solo en esa unidad cultural que tiene por base no la renuncia ni la negación, sino la reafirmación de nuestra historia común, podemos luchar por la paz, por el beneficio del mundo, por la salvación del planeta».
El Palacio del Segundo Cabo acoge uno de los museos más modernos del país: un túnel del tiempo; la recreación de uno de los camarotes del barco Santa María, con el que llegó Colón a América y donde puede olerse el mar; una sala de los viajeros, donde se escuchan crónicas de personalidades, nacionales y foráneas sobre la Isla de Cuba; materiales audiovisuales; paneles con infografías, viajes virtuales por momentos trascendentes de la historia, y una mediateca, figuran entre las posibilidades que este novedoso proyecto museográfico le depara al público.
Según explicó Onedys Calvo, directora de la institución, se trata de un museo poco convencional en el que más que una colección de objetos, abordan procesos culturales y, particularmente, la formación de la identidad cubana en su imbricación con otras culturas a lo largo de 13 salas con temas como arquitectura, libros, un gabinete con objetos de uso cotidiano, visión del mundo de acuerdo a las más antiguas civilizaciones, un salón de viajeros, entre otras. «Es un museo de nuevo tipo donde uno de los principios fundamentales es la interacción. Aquí no se aplica el dicho: “se mira y no se toca”; las personas tienen la posibilidad de elegir qué audiovisual quieren ver para complementar la información dentro de determinada sala, o cuál crónica de los tantos viajeros que pasaron por nuestra Isla desean escuchar», precisó Calvo.
De acuerdo a los especialistas, las salas permanentes implicaron un arduo trabajo de diseño, donde se demandaba encontrar soluciones contemporáneas dentro de un espacio colonial que tiene, además, el máximo grado de protección de las edificaciones patrimoniales. La elaboración de cada sala conllevó un trabajo museográfico e investigativo con equipos multidisciplinarios, pues —a diferencia de los museos convencionales, donde el usuario aprecia colecciones de objetos—, en el Palacio del Segundo Cabo el visitante se aproxima a procesos culturales y para ello tiene que interactuar necesariamente con la tecnología, a través de una experiencia personalizada, generando en sí mismo otra nueva experiencia cultural.
El trabajo conjunto con la Unión Europea y el Ayuntamiento de Barcelona posibilitó la adquisición del equipamiento tecnológico y el completamiento de los contenidos museológicos para la materialización de este espacio interactivo. En este sentido, Herman Portocarero, jefe de la Delegación de la Unión Europea en Cuba, acotó que el Palacio del Segundo Cabo es un edificio muy acogedor, luminoso y abierto al mundo, el lugar ideal para representar un punto de encuentro entre Cuba y Europa.
En este lugar, donde otrora radicó durante la colonia la residencia del segundo al mando en la Isla, el senado durante la etapa republicana, o el Instituto Cubano del Libro, se erige hoy un museo que, a partir de las tendencias más modernas, coloca la cultura, la investigación y el patrimonio, a disposición de la nación.
Eydi Sanamé Flores
Tomado de Habana Radio
Imagen superior, de izquierda a derecha: El Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler; Herman Portocarero, jefe de la Delegación de la Unión Europea en Cuba, y Onedys Calvo, directora del Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa, durante la inauguración de las salas permanentes de esta institución museable. Sobre estas líneas: El tunel del tiempo, recoge de forma paralela los principales acontecimientos de ambas regiones. Imagen derecha: Galería virtual sobre importantes personalidades de Cuba y Europa. Fotos: Alexis Rodríguez |