Los estudios sobre género en el ámbito de la cultura han develado un sinnúmero de connotaciones, reflexiones y derivaciones teóricas; específicamente en el campo de las artes visuales muestra una mayor inclinación a partir de la última década del siglo XX, cuando un número mayor de artistas (principalmente mujeres) a través de sus obras recrean y en muchos casos problematizan fenómenos y realidades concernientes al tema.
Es esta una exposición cuya línea curatorial va encausada hacia la diversidad de lenguajes y estilos, con poéticas que no abogan por encasillamientos nominales, al tiempo que expresan reflexiones profundas con enfoques certeros en torno a problemáticas de género. El carácter autorreferencial de estas producciones se convierte en una invariante: temas personales, otras veces plurales enriquecen el discurso artístico y conceptual sobre la representación de la mujer y desde ella.
Dress me up simboliza, entonces, una acción a partir de la cual participamos como mediadoras. Es una invitación a “desvestirse”, a exponer criterios, preocupaciones y posturas para revelar ante el espectador aquellos gestos e interioridades visibles en las obras de sus creadoras.
Especialistas de Artes Plásticas de la Oficina del Historiador.
1. Rocío García, «El sueño», de la serie Geishas, 1997. Oléo sobre tela, (140 x 120 cm) 2. Belkis Ayón, «Hay que tener paciencia», 1998. Colografía, (100 x 70 cm) 3. Cirenaica Moreira, «No por mucho madrugar amanece más temprano», de la serie Lobotomía, 1996-1997. Plata sobre gelatina, (50 x 40 cm) 4. Aimée García. De la serie El sabor del silencio. (detalles de «1914-1996» y «1925-1987»9 5. Lidzie Alvisa, Sin título, de la serie Carrera de triplefilo, 2008. Impresión digital, 100 x 66 cm) 6. Liudmila López Domínguez, «Habana» (detalle), 2009. Instalación (conjunto), técnica mixta. 7. Glenda León, «Suspensión», 2000. Video, 0'49 min. 8. Liang Domínguez Fong, «Pensamiento», 1998. Colografía, (200 x 100 cm) |