Paisajes, retratos y naturalezas muertas, conforman la exposición «Guayasamín en mí» que se exhibe en la Casa Museo que lleva el nombre de este pintor en el Centro Histórico. Se trata de 14 trabajos hechos en tempera, lápiz de color, crayola… por algunos de los niños que integran el taller de artes plásticas Oswaldo Guayasamín, que cada sábado imparte la profesora Zenaida Díaz García. Teniendo ante sí los originales de las obras, los pequeños se inspiraron e hicieron sus propias versiones, que se exponen en dicha muestra que conmemora otro año de la muerte del Pintor de Iberoamérica, cuya relación con Cuba se inició en 1959. Desde entonces su presencia y la de su obra fueron casi cotidianas en la Isla.

A la Plaza de Armas del Centro Histórico, trajo este lunes 14 de marzo la Compañía D´Morón Teatro su Medea de barro, como parte de la gira nacional que realiza esta agrupación que dirige Orlando Concepción González. Desde su estreno en diciembre de 2009, la obra —Premio Nacional de Diseño Rubén Bigón 2010— es considerada como una de las más aceptadas por el público en lo referente al teatro callejero. Con un original diseño que destaca por el vestuario y por el empleo de los personajes como estatuas vivientes, la puesta nos traslada en sólo 35 minutos al escenario de la trama y, de inmediato, logra acaparar la atención de cuanta persona transita por la vía.

La ludoteca de la Biblioteca Pública Rubén Martínez Villena devino uno de los escenarios del Festival de Narración Oral Primavera de Cuentos 2011, cuya sexta edición sesiona en esta capital desde el lunes 14 hasta pasado mañana domingo 20 de marzo. Bajo la dirección general de la maestra Mayra Navarro, el evento incluyó un foro teórico (miércoles 16) en dicha institución del Centro Histórico con el tema De la tradición y la contemporaneidad. La cita está dedicada a festejar el 20 de marzo, Día Internacional de la Narración Oral, y a la llegada a nuestro hemisferio de la estación primaveral.

Durante todo el mes de marzo, la Casa de Asia presenta una exposición dedicada al Hina Matsuri, conocido también como el Día de las Niñas. Esta festividad tuvo su origen en un ritual de purificación de procedencia china, acogida en Japón durante el Periodo Heian. En la actualidad, cada 3 de marzo, se realiza la exhibición de un conjunto de muñecas, colocadas en una pequeña grada de siete escalones y recubierta con una tela roja o un biombo, cuya representación evoca a la Corte Imperial. Es tradición que familiares y amigos íntimos regalen una colección completa, o un juego de dairibina a cada niña en su primer Hina Matsuri.