Doce imágenes de abanicos, seis correspondientes a las colecciones del Museo de las Artes, en Sevilla, e igual número al Museo de la Ciudad de La Habana, componen el calendario Escandón 2009. La velada de su puesta en circulación el 12 de diciembre, en el Palacio Capitanes Generales, al decir del Historiador de la Ciudad Eusebio Leal Spengler, se trató, más que presentar un almanaque, de rendir homenaje a un amigo: don Luis Escandón, quien, a su juicio, se ha ganado un prestigio, «con calificación y en el espíritu que anima una obra que está en perpetuo duelo entre las urgencias comerciales y la bella inspiración».
El poemario La pupila insomne, de Rubén Martínez Villena, se presentó este jueves 18 de diciembre en la Biblioteca Pública que ostenta el nombre del insigne intelectual y revolucionario, ubicada en el Centro Histórico de esta ciudad. Publicado por la Casa Editora Abril, de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), sigue los pasos de la edición de 1943 promovida por su viuda, Asela Jiménez, e incluye el prólogo de  Raúl Roa García «Una semilla en un surco de fuego», otro de los hitos de la literatura cubana contemporánea.
Uno de los imaginarios vinculados al escritor norteamericano Ernest Hemingway es la conexión entre sus obras y las mujeres que rondaban su vida. Gracias a esas musas, Hemingway legó obras maestras a la narrativa contemporánea y enigmáticos romances a la memoria. Sus cuatro matrimonios no detuvieron cortejos e idilios que inspiraron, además de conspicuas especulaciones, trascendentales historias en que el amor y la muerte se funden en un concierto de aventuras y tragedias. Esta faceta hemingwayana se resalta en la exposición fotográfica «Mujeres y pasiones» que se exhibe en su habitación 511, ahora museo, del Hotel Ambos Mundos.
 En la antigua capilla mortuoria del Convento Sur de la Basílica Menor de San Francisco de Asís, está abierta al público la exposición «La santa faz o El paño de Verónica» que reúne cinco óleos, recientemente restaurados, sobre el famoso velo impregnado por la imagen de Jesús después que su dueña secara el rostro del Mesías, demacrado por la tortura de las espinas en sus sienes y la cruz en sus espaldas. Fruto de un profundo trabajo investigativo y museológico, la muestra trasciende por su atinada curaduría y la expresividad, clásica y popular, que proponen las obras, facturadas en España, América Latina y Cuba entre los siglos XVIII y XIX.