Los instrumentos de la música afrocubana fuero objeto de la investigación de Don Fernando Ortiz |
Uno de los aspectos más significativos de la obra científica de Don Fernando Ortiz es su perenne vinculación con el entorno social de la época; no sólo por su carácter de fuente de información sobre costumbres y dinámicas, sino como destinatario especial de todas las revelaciones acerca de su origen y realidad. Este objetivo le permitió a Ortiz, desde sus inicios, presentar y profundizar sobre importantes elementos de la historia, la sociología y la cultura cubanas destinados a grandes grupos receptores de diversa índole, en un momento en que los temas culturales se quedaban en el rango de pequeñas élites de especialistas e interesados. Fue su impulso divulgativo y su constante apoyo en los estamentos más humildes de la población, lo que permitió palpar la cultura cubana desde su fuente y hacerla extensiva a todos sus protagonistas y herederos. Como dijera el afamado ensayista mexicano Alfonso Reyes «el estudio no lo aisla del mundo, antes robustece en él los saludables intereses por la vida que lo rodea».1
Como se ha podido conocer por el doctor Isaac Barreal,2 harto difícil se hacía en aquellos años convulsos publicar un libro sobre aspectos antropológicos, históricos, etnográficos y folklóricos. En la Cuba republicana se consumía literatura dilatada, meros refritos de traducciones ibéricas que pasaban por todo el tamiz cientificista foráneo antes de carenar en las librerías antillanas. Poco o nada se publicaba sobre Cuba. A llenar ese vacío orientó Ortiz su trabajo editorial, lo que le valió no pocos esfuerzos y la adopción de un pensamiento holístico, unido a una verdadera voluntad promocional, sólo comparable con la realizada por el doctor Emilio Roig de Leuchsenring al frente de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.
Las sectas espiritistas atrajeron la atención de Ortiz como formas de religiosidad popular |
La utilización de la prensa como sistema transmisor de discursos científico-culturales está entre los aportes de Don Fernando Ortiz al enramado comunicativo cubano; no porque haya sido el primero en publicar artículos de esta índole en la prensa cubana, sino por adecuar las necesidades divulgativas de una época determinada al soporte que mayores ventajas le ofrecía para la transmisión de mensajes culturales. No resulta casual que su primer trabajo haya visto la luz en el semanario El Noticiero de Menorca, con tal agudeza crítica que tuvo que trasladarse a Mahon, la capital menorquina, para terminar su segunda enseñanza, pues pagó con la expulsión el cuestionamiento que ensayó sobre algunas costumbres sociales de su patria adoptiva.
Los artículos de Ortiz tuvieron el apoyo de importantes artistas de la plástica, como lo demuestra este dibujo de Jaime Vals |
Contrario a lo que se podría imaginar, en la primera mitad del siglo XX abundaban en Cuba los medios de prensa con carácter universal, con un perfil que hacía confluir las crónicas de variedades, los artículos de costumbre, las llamadas prensa «roja» y «amarilla», la literatura, las controversias políticas, etcétera. Desde su etapa de estudiante participó en la edición de gacetas y boletines como El Eco de la Cátedra¸algo que acompañó su práctica intelectual hasta su final. En varios periódicos y revistas se insertó Ortiz publicando trabajos estructurados a partir de segmentos de sus investigaciones sobre antropología, etnología, literatura, musicología, criminología y otras cuestiones de la actualidad cultural de su tiempo. Así podemos ver su firma en Pueblo, Alerta, Excelsior, El País, Bohemia, Diario de la Marina, Cuba y América, Prensa Libre, Azul y Rojo y muchas más.
Vistos en su particularidad, cada uno de estos artículos constituye un excelente acercamiento a temas inéditos y mayoritariamente desconocidos para la época. Baste decir que, gracias a los aportes de Ortiz a los estudios etnológicos y sociológicos, muchos especialistas comenzaron a trabajar en líneas de investigación similares. La influencia del positivismo italiano y de la antropología sociológica española, le permitió proyectar una obra a seis manos con Miguel de Carrión y Mario Muñoz Bustamante sobre elementos de la marginalidad habanera que se titularía. Mientras él trabajaría el ñañiguismo, Carrión se dedicaría a la prostitución y Bustamante a la mendicidad. Aunque el proyecto no se llevó a cabo, sirvió para que Ortiz se cerciorara de la inmensa urdimbre que acompaña a la cultura negra cubana y su impronta en nuestra nacionalidad.
Un desconocedor de la obra y la personalidad de Ortiz podría pensar que sus artículos son complicados bodrios de inniteligibles coordenadas. Nada más alejado de la realidad. Joyas del conocimiento factual y la reflexión fenoménica, Ortiz logra un equilibrio entre lo teórico y lo interesante, utilizando un lenguaje neutral, fácilmente accesible a grandes conglomerados de lectores que explica hasta el concepto más simple. La excelencia de la propuesta periodística orticiana radica en la comunidad de experiencias, en el basamento presencial de una labor investigativa sostenida por la observación y el trabajo de campo, el uso de las fuentes bibliográficas e informativas que, casi siempre sostienen las aseveraciones del sabio cubano. Nunca —y lo afirmo con toda responsabilidad— se vislumbra un rictus de superioridad, ni una postura presuntuosa o absolutista. Su fórmula viene siempre respaldada por resultados tangibles, por un sentido de comunidad que hace participar y brillar hasta el más modesto colaborador, quien gana iguales grados de protagonismo que la voz más prestigiosa.
En la imagen el doctor Ortiz junto al profesor Gaspar Agüero, mientras estudiaban los ritmos de un trío de «ilubatá», los tambores «aña» de Changó |
Imagen de una ceremonia de espiritismo de cordón, investgado por Ortiz en sus asentamientos de Bayamo y Manzanillo, en la parte oriental del país |
Óleo «Areíto», de P. Charles Charlevoix que representa una ceremonia religiosa aborigen, en la que adoraban al cemí, o dios de la lluvia |
En este sentido tiene preponderancia los artículos orticianos aparecidos en la revista Bohemia. Decana de las revistas latinoamericanas, Ortiz compartió paginas con lo más importante de la intelectualidad cubana del momento, otorgándole a sus escritos un vigor y una plasticidad notables, si se toma en cuenta el rebajo imagenológico que llevó a cabo. Según Berta Becerra, la revista Bohemia posee gran importancia en el periodismo orticiano, pues:
Los hechos trascendentales de la Historia de España no carecieron de interés para la proyección hispánica de Ortiz |
Como se podrá percibir, esto apenas es el resultado de una aproximación. El trabajo investigativo sobre el periodismo de Fernando Ortiz prevé profundizar en elementos comunicológicos, compositivos e imagenológicos que redondearán el acercamiento y ofrecerán mejores elementos para entender la labor de Ortiz en la prensa. Asimismo, se prevé preparar una edición crítica de los artículos del sabio cubano, compilándolos según su temática y cronología con el objetivo de lograr un producto editorial de riqueza bibliográfica que brinde una visión global aporte criterios de análisis sobre su desempeño. Esto llevaría aparejado un análisis de la coyuntura social, cultural, política y creativa en que se escriben y publican estos artículos.
Sirva este proyecto para impulsar no sólo el estudio de la vida y la obra de Fernando Ortiz que, como dijera el actual Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, se nos hace cada vez más necesaria hoy en día, sino para atraer la atención a la necesidad de imprimirle una visión antropológica al análisis de nuestra cultura y de los avatares de nuestra sociedad. Sirva el legado de Fernando Ortiz para profundizar en la defensa de nuestra nacionalidad y en la obtención de un pensamiento dialéctico para analizar los fenómenos que, aún en la actualidad, particularizan nuestra realidad cultural y social, haciéndola única y merecedora de enriquecimiento y conservación.
2 Isaac Barreal: Prólogo al libro de Fernando Ortiz: Etnia y sociedad, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1993, pp. VII-XXXIII.
3 Berta Becerra y Bonet: «El doctor Ortiz, periodista», en: Miscelánea de estudios dedicados a Fernando Ortiz por sus discípulos, colegas y amigos, con ocasión de cumplirse sesenta años de la publicación de su primer impreso en Menorca en 1895, tomo 1, Úcar García Impresores S.A., La Habana, 1955, pp. 157-158.
4 Ibídem, p. 160
Opus Habana