Doctorado en Antropología en la Universidad Tecnológica de Sidney, Australia, la juventud de Adrian H. Hearn contrasta con la sabiduría que rezuma su mirada y la madurez con que trabaja los temas culturales-comunitarios a los que se dedica desde hace años.
Entrevista exclusiva para Opus Habana, ofrecida por el Dr. en Antropología de la Universidad Tecnológica de Sidney, Australia, Adrian H. Hearn , en la presentación del libro Cultura, tradición y comunidad. Perspectivas sobre la participación y el desarrollo en Cuba, compilado por un grupo de intelectuales bajo su coordinación.
El Dr. Adrian H. Hearn rodeado de los editores de Imagen Contemporánea Luis M. de las Traviesas Moreno y Gladys Alonso González, así como de la Coordinadora general de esa institución, Esther Lobaina Oliva. |
¿Qué lo hizo venir a estudiar la experiencia cultural comunitaria en Cuba?
La música. Yo llegué aquí en el 2000, pasé originalmente dos años aquí en Cuba y después regresé a Australia para terminar el doctorado. Después de hacer el doctorado conseguí un trabajo como investigador en la Universidad Tecnológica de Sidney. Fue en ese entonces que comencé estudiando los vínculos entre Cuba y China, volví para estudiar y conocer el barrio chino de La Habana. Me puse de acuerdo con María Teresa Montes de Oca Choy, de la Cátedra de Estudios Chinos de la Universidad de La Habana, para hacer un trabajo juntos. Fue ahí que nació la idea de hacer este libro.
¿Por qué Cuba?
En 1997 viví un año en África, fui allá para aprender sobre los tambores, porque yo soy músico, percusionista. Y estando en Senegal escuché mucha música cubana y me encantó la música… yo tenía 20 años y entonces dije que un día iría a Cuba. Llegué aquí y fui a ver al Dr. Eusebio Leal, hicimos la entrevista del desarrollo comunitario de la Habana Vieja. Me fijé que las culturas, que las religiones tenían un gran peso en el desarrollo comunitario, vinculándose de una manera muy interesante con la Oficina del Historiador de la Ciudad e hice mi tesis doctoral sobre estos vínculos.
¿Para usted que rol desempeña la cultura en el enriquecimiento espiritual, personal de los moradores de estas comunidades?
La cultura es lo que se respira, lo que se vive, lo que se piensa. Tanto yo como usted, como cualquier persona. Entonces, el punto de partida de cualquier proyecto serán los valores culturales y antes de hablar de dinero, de negocios, de política hay que pensar primero cuales son los valores culturales que trae una persona; eso es información. De ahí viene todo lo demás.
¿Qué opinión le merece la interrelación entre cultura y comunidad en Cuba después de estos años de trabajo?
Lo que yo veo en Cuba es un proceso muy interesante de vinculación entres los actores estatales y los actores comunitarios y eso es muy importante, pues un proyecto autónomo en un barrio donde se está tratado de hacer un proyecto de mejoramiento de la calle, de la educación, si no puede contar con esos vínculos, entonces no puede avanzar. En muchos países no existen estos tipos de vínculos y eso es lo más importante que yo veo aquí.
Eso tiene también que ver con el concepto de la sociedad civil que desde finales de los años 80, con los cambios en Europa del Este, muchas personas comenzaron a usar ese término de sociedad civil, en contra de la Unión Soviética, para decir que los estados de esos países no permitían el diálogo con la sociedad civil, pero yo me he informado mucho conversado con mucha gente y leyendo los libros y artículos de Rafael Hernández, el director de la revista Temas, él cree que desde el siglo XVII, con John Locke, desde los fundadores de la filosofía moderna la sociedad civil siempre ha sido una esfera de intercambio, interpenetración de lo comunitario con lo estatal.
Entonces eso se ve vivo aquí en Cuba, la sociedad civil aquí contiene la presencia del Estado, cuenta con esta interpenetración que muchos países no se ve la sociedad civil de esa forma. Por eso yo digo que en Cuba la sociedad civil puede ser un modelo para otros países.
¿Cuáles son sus proyectos futuros en este campo de estudios?
Actualmente, más que nada, estoy estudiando los vínculos entre la República Popular China y los países de la América Latina. Hay muchas razones por las que me interesa este fenómeno, como sabemos en el mundo el sistema de libre comercio está en problemas y estos problemas se basan, hasta cierto punto, en una carencia de la presencia estatal, precisamente en la sociedad civil. Entonces yo veo los vínculos entre China y América Latina como un ejemplo que puede crear un ámbito para el futuro en que pudiera surgir un sistema más integral. Dicho de otra manera, yo veo esta relación como una base fundamental para el futuro, del sistema global, incluso en aspectos como la gobernabilidad.
¿Cuba continuará teniendo una presencia importante en sus investigaciones?
Yo creo que sí. Como dije al principio de la entrevista, la cultura es el punto de vista de todo y después de tres años en Cuba me he imbuido de toda la cultura cubana: la música, la forma de ser, el sentimiento comunitario… que hace falta en mi país y en muchos. Creo que también se pueden aprender cosas en diferentes países. Yo soy nacido en Escocia, viví gran parte de mi vida en los Estados Unidos, también viví en Londres y ahora en Australia; yo siempre estoy pendiente de las lecciones que pueden darme los proyectos de desarrollo en las comunidades en donde he vivido. Yo veo a Cuba como una fuente de lecciones. Hay muchas cosas aquí que se pueden aprender.
¡Qué curioso! Comenzó estudiando las culturas africanas y terminó fijando su atención en la cultura china… ¿por qué?
Bueno, a lo mejor Cuba tiene mucho que ver… es un punto de encuentro histórico entre las dos culturas…
Rodolfo Zamora Rielo
Opus Habana