Hasta este viernes se exhibe en la galería de arte del hotel Ambos Mundos la muestra «Impresiones habaneras» de la artista neozelandesa Jayne McKelvie, quien «ha disertado con un estilo singular, situándose como una espectadora que dialoga ante la avalancha de eventos, engranajes, localismos y ecuaciones cívicas que forman el estatus de la vida insular».
La artista Jayne McKelvie ha logrado sintetizar una policosmovisión multifacética, inspirada en sus añoranzas y percepciones coloristas, sobre todo queriendo vislumbrar la ciudad como un ente real azul celeste.

 La obra pictórica de Jayne McKelvie (Nueva Zelanda, 1942), desde una óptica otra, está concebida en un cosmopolitismo cultural y urbano, donde se entrelazan distintas analogías, que confluyen con la naturaleza ecológica y antropologista del ser humano como centro y eje de su actividad arquitectónica y socio-medioambiental. Este es el caso de la exposición personal «Impresiones habaneras», inaugurada en días pasados en la galería de arte del hotel Ambos Mundos, ubicado en la calle: Obispo, esquina a Mercaderes, Centro Histórico de La Habana Vieja. Los que se acerquen a este recinto podrán dilucidar un discurso pletórico de confluencias, con elementos filosóficos, costumbristas y etnográficos, de una época atrabiliosa de la habana colonial, la pseudorrepública y la contemporaneidad.
Se destacan sobre toda la gama cromática, colores fuertes y variados del trópico, que la paleta de la artista emplea en su ejecución poética, buscando describir la ciudad con sus abismos insondables de belleza y efervescencia: los parques, ambientaciones coloniales, interiores y fachadas de edificios, el malecón, junto a otros entornos socio-arquitectónicos; siendo evidente que la artista neozelandesa ha logrado una fusión de elementos simbióticos, con sus matices propios del mundo interior que le son inherentes, sobresaliendo con una hermenéutica espiritualista, de lo que significa la isla de Cuba dentro de una amplia amalgama de cualidades, idiosincrasias y peculiaridades de la cultura cubana universal.
Esta propuesta artística, es sin dudas, una recurrencia al azar impresionista de la realidad, con su caracterísca intuitivista, particularidad de quien observa el devenir de la vida diaria con una convicción basada en la cotidianeidad, con ojos estéticos palpables de exhuberancia intimista y un marcado sentido de extrañeza inmanente.
 La artista Jayne McKelvie ha logrado sintetizar una policosmovisión multifacética, inspirada en sus añoranzas y percepciones coloristas, sobre todo queriendo vislumbrar la ciudad como un ente real azul celeste, que infiere la presencia y luminosidad, entre otros elementos, los enigmas que encierran los espacios del mar, la abundancia de vegetación, el diseño interior de las construcciones habitacionales, músicos tocándole una serenata a la saudade de la novia marina, todos muy vinculados al reflejo de la vida imantada por los sueños y las esperanzas en un mundo mejor. Bajo esta variedad y fundamentación, la obra ensayística de Jayne McKelvie, se complementa con un profundo análisis deductivo e inductivo, pero sin una lógica academicista que limite la creatividad, sino que busca enaltecer el arte espontáneo, que constituye el hábitat del hombre en las modernas metrópolis donde reside y a la cual se encuentra asociado por su origen. La creadora ha disertado con un estilo singular, situándose como una espectadora que dialoga ante la avalancha de eventos, engranajes, localismos y ecuaciones cívicas que forman el estatus de la vida insular. El conjunto de su obra está basado en una técnica en la que se agrupan sus proposiciones formales, en acrílico, acuarela, óleos y pasteles con disímiles soportes, esta vez en formatos de pequeña dimensión que fiscalizan su quehacer más reciente. Su próximo proyecto será realizar una Guía Artística-Literaria Habanera, propuesta que demuestra su amor por Cuba, apoyando la causa progresista de la raíz sociocultural latinoamericana de integración. En fin, con un punto de vista otredad, su obra es un canto a la vida y a la espiritualidad humana que nace de la esencia misma de la creación.
Rolando Toledo Rosabal
Poeta, crítico de arte y promotor cultural

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